El fallido plan de Estados Unidos para destruir la URSS en plena Guerra Fría

Durante la Segunda Guerra Mundial la URSS se convirtió en una de las naciones más relevantes y necesarias para el triunfo del Bloque Aliado. Por tal motivo, tanto estadounidenses como británicos, contaron con los soviéticos para todos sus planes pero, una vez terminado el conflicto bélico, el país liderado por Iósif Stalin pasó a ser un incómodo estorbo para los occidentales.

En plena Guerra Fría Estados Unidos planeó destruir la URSS lanzando 300 bombas nucleares (imagen vía pixabay)
En plena Guerra Fría Estados Unidos planeó destruir la URSS lanzando 300 bombas nucleares (imagen vía pixabay)

El recién nombrado presidente de EEUU, Harry S. Truman, comenzó a barajar la posibilidad de deshacerse de los rusos y de este modo poner freno a la expansión del comunismo hacia otras naciones.

Entre los muchísimos planes que se barajaron en 1948 se presentó la ‘Operación Dropshot’, la cual consistiría en utilizar todo el arsenal nuclear que poseía Estados Unidos y lanzarlo contra objetivos estratégicos de la Unión Soviética.

En aquellos momentos los norteamericanos eran los únicos que habrán demostrado poseer bombas atómicas y querían hacerlo antes de que la URSS desarrollara las suyas, aunque tenían el conocimiento que esto no lo lograrían hasta una década después, debido a que EEUU contaba con la colaboración de la práctica mayoría de científicos de la época, gracias a la ‘Operación Paperclip’.

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El único problema que tenían los estadounidenses era el de no disponer de suficientes bombas para alcanzar todos los objetivos soviéticos deseados. Sabían que de hacerlo sin contar con un arsenal suficientemente potente darían pie a la URSS a reaccionar y repeler los ataques, entrando en una larga y cruenta guerra que podría durar años.

Acababan de salir de la IIGM y no era el momento idóneo, por eso en 1949 se trazó un plan para ponerlo en marcha a corto plazo (a partir de 1950) para construir suficientes bombas con las que alcanzar y destruir todos los objetivos (el 85 por ciento de territorio soviético, así como puntos estratégicos de los países del Este aliados de la URSS).

Harry S. Truman era conocedor del estrago que hicieron las dos bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki y que fueron determinantes para obligar a la rendición japonesa en la Segunda Guerra mundial. Teniendo un arsenal suficientemente potente podría desolar prácticamente toda la Unión Soviética.

Para la Operación Dropshot se contaba tener listas para ser lanzadas un total de 300 bombas nucleares y 29.000 bombas convencionales (250 mil toneladas). Los objetivos se repartían entre un centenar de localidades soviéticas, entre las que se incluía Moscú y Leningrado.

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Pero el plan estadounidense de bombardear y destruir la URSS se fue al traste a partir del verano de 1949. El 22 de agosto de aquel mismo año la Unión Soviética detonaba con éxito (y orgullo), en el centro de pruebas de Semipalatinsk (en Kazajistán), su primera bomba nuclear: la ‘RDS-1’.

A este contratiempo (para los estadounidenses) se le añadió la detención del físico teórico de origen alemán Klaus Fuchs, quien llevaba varios años trabajando en el proyecto atómico norteamericano y que había sido descubierto que había colaborado como espía para los soviéticos.

A pesar de que la traición realizada por Klaus Fuchs apuntaba a ser castigada con la pena de muerte, el abogado del físico logró que tan solo se le condenase a 14 años de prisión (de los que cumplió 9) debido a un pequeño detalle: en aquello momento la Unión Soviética todavía constaba en los documentos oficiales como un país aliado de Estados Unidos y, por tanto, tan solo pudo ser acusado de un delito menor de ‘revelación de secretos militares a una nación aliada’ y no por el de ‘comunicar información relevante a un enemigo potencial’.

Con la URSS armada nuclearmente se iba al traste la Operación Dropshot y se ponía fin a las aspiraciones estadounidenses de bombardear y destruir el país.

Fuentes de consulta e imagen: thesun / allworldwars / sakerlatam / pixabay

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