El extraño Síndrome de Guillain-Barré

El Síndrome de Guillain-Barré, también conocido como polineuritis aguda ascendente, es un padecimiento en el que el sistema inmunológico de la persona ataca los nervios periféricos (nervios que controlan los movimientos musculares y que transmiten las sensaciones de dolor, temperatura o tacto) de su cuerpo provocando inflamación de los mismos, lo que se traduce en debilidad muscular, parálisis progresiva e incapacitante y pérdida de sensibilidad en piernas o brazos.

La enfermedad no suele ser muy frecuente ya que, según cifras mundiales, la padece una persona de cada cien mil; puede llegar a afectar a personas de cualquier edad y sexo, pero suele ser más recurrente en pacientes adultos, de entre 30 y 50 años de edad, del sexo masculino.

Las causas del síndrome se desconocen con precisión, sin embargo a menudo se desencadena por infecciones, virales o bacterianas, de las vías respiratorias o digestivas o incluso por infecciones por VIH o dengue. La mayoría de la información señala que se trata de un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico ataca la cubierta que rodea los nervios periféricos (vaina de mielina) evitando así que las señales nerviosas provenientes del cerebro lleguen adecuadamente a los músculos (comprometiendo los movimientos), y a su vez el cerebro no recibe adecuadamente las sensaciones provenientes del resto del cuerpo.

Cabe señalar que, actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que se realizan investigaciones sobre una posible relación entre el aumento en la cantidad de casos de Guillain-Barré y las infecciones por el virus de Zika.

Los síntomas, generalmente, duran pocas semanas y en su mayoría suelen tener una recuperación sin complicaciones neurológicas graves a largo plazo.

Los síntomas pueden incluir:

  • Los primeros síntomas suelen ser debilidad, sensación de hormigueo y pérdida de la sensibilidad en ambas piernas y posteriormente afectando tronco y brazos.

  • En algunos casos puede provocar parálisis de brazos, piernas, músculos faciales y, en aproximadamente un 25% de los casos, músculos del tórax (lo que provoca dificultad respiratoria).

  • Los casos severos, que no suelen ser muy comunes, pueden llegar a producir una parálisis total, llegando a afectar funciones cardiacas y respiratorias, lo cual los convierte en potencialmente mortales, y por lo tanto suelen requerir hospitalización inmediata y cuidados intensivos, incluso en caso necesario, conexión a un respirador artificial.

La mayor cantidad de los casos de Guillain-Barré, aun los más graves, llegan a recuperarse totalmente a pesar de continuar presentando debilidad del cuerpo.

El diagnóstico del padecimiento se basa en los síntomas, el examen físico realizado por el médico y estudios, como análisis de sangre o de líquido cefalorraquídeo entre otros, para determinar las causas. El diagnóstico oportuno es fundamental ya que cuanto más rápido se inicie el tratamiento, mejor será el pronóstico del paciente.

No existe cura para el síndrome de Guillain-Barré, sin embargo un adecuado tratamiento, que depende del estado general de la persona y del grado de la enfermedad, puede disminuir la severidad de los síntomas, acortar la duración de los mismos y acelerar la recuperación del paciente, por lo que es importante acudir con el médico ante cualquier probable manifestación de la enfermedad.

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