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El error de López-Dóriga que al final lo sacó del aire

Llegó el final de la crónica que hace casi un año se empezó a escribir con el tema de la inminente salida de Joaquín López Dóriga del noticiero más visto e influyente de la televisión mexicana, el de las 10:30 pm de Televisa, en el que estuvo por muchos años Jacobo Zabludovski.

Los errores se pagan y los grandes errores demandan grandes pagos y en el caso de López Dóriga su salida empezó a gestarse cuando se enfrentó con la empresaria María Asunción Aramburuzabala que lo acusó, lo mismo que a su esposa, Adriana Pérez Romo, de intentar extorsionarla para que pudiera continuar la obra de construcción de un desarrollo inmobiliario de la calle Rubén Darío 225 en la colonia Polanco.

La empresaria ventiló en el periódico Reforma y la Revista Proceso, así como en algunos canales de televisión, evidencias que documentaban las amenazas que recibió y con las que demandó en tribunales los intentos de extorsión, además de asegurar que López Dóriga la había amenazado con destruirla por haberse enfrentado con un comunicador.

Por los detalles de ésta confrontación, los analistas comentaron que el tiempo de López Dóriga al frente de El Noticiero pronto llegaría a su fin. Se tardó casi un año para hacer oficial lo que desde enero de 2016 ya se había filtrado a los medios en el sentido de que sería sustituido.

La salida de López Dóriga del servicio informativo más visto de la televisión mexicana, marca el fin de un tiempo que se caracterizó por la destacada función que cumplió en el proceso de construcción de imágenes de políticos que hoy se encuentran vigentes, como el presidente Peña Nieto, de quien se ha mencionado que mantuvo una relación estrecha con Televisa para que lo apoyara en la gestación de su imagen como aspirante a la presidencia, hasta que la conquistó en 2012.

Para un medio que transmite noticias y comentarios, como es el caso de los noticiarios de radio y televisión, la credibilidad de quien divulga la información y la opinión es de suma importancia y ese prestigio, en el caso de López Dóriga, fue severamente lesionado por su confrontación con María Asunción Aramburuzabala, que desenmascaró su forma de operar, la que no fue desmentida por el comunicador ni fue apoyada por los que antes se habían beneficiado con su aval frente a los micrófonos de radio y televisión, donde sus menciones sobre los personajes de la política se cotizaban alto.

Para Televisa la pérdida de la credibilidad de su principal comunicador afectó sus finanzas porque los patrocinadores no estuvieron dispuestos a asociar su imagen a la de un personaje acusado de extorsión por una empresaria poderosa, con prestigio consolidado y raíces profundas en el mundo empresarial, que no hace mucho tiempo ocupó uno de los asientos en el Consejo de Administración de Televisa.

La empresaria Aramburuzabala había comentado que la confrontación con López Dóriga la seguiría hasta sus últimas consecuencias. El juez le dio la razón y a partir de ahí, el asunto legal salió de los medios, el desenlace que hoy vemos, la salida de López Dóriga de El Noticiero, podría interpretarse como el precio que se pagó para obtener el perdón de la empresaria.

Parece que el Teacher se equivocó y se puso a pelear en las ligas mayores, tal vez fue una fantasía. Se enfrentó, sin vínculo, con la elite del poder real. La del dinero grande y el gran poder político. No le alcanzó la influencia del micrófono y su jefe en Televisa no estuvo dispuesto a confrontarse con una de sus iguales.

En el contexto de la sucesión presidencial adelantada, con algunos de los “precandidatos” abiertamente en campaña y otros perfilados, pero simulando no actuar, el cambio en la dirección del noticiero de televisión más prestigiado y visto, implica poner en práctica estrategias para acreditar a quien avalará o no a los aspirantes a la presidencia de la república. Para eso debe estar frente a las cámaras alguien con alta credibilidad y se menciona desde enero a Denise Maerker.

El cambio de titular y, de darse, de género en el principal noticiero de Televisa, abrirá una ventana de oportunidad para transitar más aprisa en la política de equidad de género y será también un cambio generacional que podría meter a muchos jóvenes a enterarse de lo que sucede en el país a través de la pantalla de televisión, como ha sucedido por décadas.

La salida de López Dóriga no será definitiva. Se mantendrá en Televisa haciendo entrevistas y reportajes, otro tipo de periodismo, sus opiniones y juicios políticos estarán al servicio de sus patrones, que deben considerarlos, cuando menos interesantes.