El desafío de Justin Trudeau al Papa: le exige que pida perdón

La imagen del Papa Francisco con cara de pocos amigos al lado de un sonriente Donald Trump dio la vuelta al mundo la semana pasada. Ahora, la misma foto con la misma pose se repite, pero esta vez con el primer ministro canadiense. Esta vez, el cabreo del Pontífice no se debe a las políticas xenófobas e injustas del mandatario estadounidense, sino a una petición de lo más incómoda por parte de Trudeau.

El canadiense no se ha andado por las ramas y ha exigido al número uno de la Iglesia Católica que pida perdón por todos los niños que han sido abusados en su país durante años por sacerdotes.

Justin Trudeau, su mujer y el Papa Francisco (AP)
Justin Trudeau, su mujer y el Papa Francisco (AP)

Los hechos que Trudeau recuerda tuvieron lugar sobre todo en las llamadas ‘residential schools’, colegios privados en los que los niños dormían y estudiaban, y que estuvieron abiertos desde 1880 hasta 1996. Muchas veces, estos colegios funcionaban como auténticos reformatorios para que los menores de las familias de aborígenes (indios canadienses) pudieran aprender las normas y la cultura de los blancos.

Se estima que unos 150.000 niños aborígenes fueron separados de sus familias para ser cristianizados en estos centros. Muchos de ellos fueron golpeados para que dejaran de hablar su lengua materna y aprendieran inglés o francés.

“Le dije al Papa que era muy importante para los canadienses superar este tema y tener una reconciliación con los indígenas y le subrayé lo importante que podría ser una disculpa”, aseguró Trudeau a los periodistas tras su encuentro con Francisco, que duró unos 36 minutos.

La petición de una disculpa por parte de la Iglesia Católica es una de las recomendaciones que la Comisión por la Verdad y la Reconciliación ha hecho para poder superar este episodio en la historia de Canadá. Este organismo es el encargado de estudiar e intentar reparar el daño del llamado ‘genocidio cultural’ que prácticamente acabó con el estilo de vida de los indios residentes en Canadá.

Otras iglesias como la Presibiterana o la Anglicana ya se han disculpado por los mismos hechos, aunque ninguna de ellas tuvo el papel tan determinante que tuvo la Iglesia Católica, que dirigió los centros.