El delicioso y sustentable pez que una familia cría a la mitad de Iowa

El difícil equilibrio entre la pesca como actividad económica, la preservación del medio ambiente y la búsqueda de alternativas sustentables, rentables, nutritivas y deliciosas requiere grandes dotes de innovación, conciencia y acción.

Y esa receta la estarían poniendo en práctica en Iowa, a muchos centenares de kilómetros del océano más cercano, un grupo de entusiastas granjeros que de criar cerdos y cultivar maíz han pasado a la piscicultura de una singular especie originaria de Australia.

Un pescador muestra un barramundi que sacó en el marco de un singular concurso de pesca en Australia. (AP)
Un pescador muestra un barramundi que sacó en el marco de un singular concurso de pesca en Australia. (AP)

Como relata la revista Mother Jones, la singular ‘granja de peces’ Veroblue, en Webster City, Iowa, es considerada por muchos científicos como una alternativa a la intensa y destructiva pesca que se da en los mares del mundo, tan grande que se calcula que entre el 30% y el 45% de las especies de interés han sido ya barridas. Un nivel de explotación que no es sustentable y que podría llevar al colapso, incluso la extinción, de muchas especies de peces y a la debacle de quienes viven de la pesca comercial.

En Veroblue, en cambio, se ensaya con éxito una vía sustentable: allí se cría una singular variedad de pez originario de Australia –conocida como barramundi, muy apreciada en la gastronomía de ese país– que además de delicioso es resistente, fácilmente cultivable y de bajo impacto medioambiental.

La familia Nelson es la emprendedora en este proyecto. Deseosos de variar de giro, transformaron una nave industrial que usaban para criar cerdos e instalaron equipos para, en su lugar, cultivar peces. Trataron primero en 2012 con una especie de lubina (sea bass), narra Mother Jones, pero luego optaron por la variedad barramundi, especie que al parecer es más propicia para su tipo de granja piscícola.

Desde entonces, han crecido sustancialmente su producción y abastecen restaurantes y comercios con sus barramundi, que tienen gran demanda comercial. Además, a diferencia de otras especies, el barramundi requiere comparativamente menos recursos de agua y alimento y produce menos daño ambiental que el ganado u otras clases de peces. Y en el aspecto económico también es una buena opción, con precios por libra equivalentes o incluso superiores a la res y el cerdo.

El barramundi, además, es una especie resistente que se adapta bien a los tanques de cultivo y que, a diferencia de otros peces criados en granjas, que consumen muchos más recursos y al final no resultan tan nutricionalmente sanos ni ambientalmente propicios como se esperaba.

Un platillo de barramundi a la bourguignon. (Marie Claire)
Un platillo de barramundi a la bourguignon. (Marie Claire)

Incluso, desde 2010 se alabó, en un artículo en The Atlantic, al barramundi como el pez que puede criarse “sin remordimiento”. Allí además se narra la iniciativa de Joshua Goldman, quien antes que los Nelson ya incursionó en Massachusetts en el cultivo del barramundi, que ha sido llamado el ‘antisalmón’ porque no genera la contaminación y otros problemas que se da en las prácticas de crianza de salmón, tan común hoy en los supermercados.

Los Nelson compran peces muy jóvenes en Australia, que son enviados hasta Iowa para ser criados en tanques donde el agua fluye constantemente, simulando las corrientes en las cuales viven en sus entornos naturales. Para ello el proyecto recurrió a una singular tecnología de un inventor de Maryland, que permite que el agua fluya a lo largo de múltiples tanques situados en la nave donde otrora los Nelson albergan cerdos.

Cuando los peces crecen lo suficiente, narra Mother Jones, son transportados vivos hasta restaurantes y mercados, donde son muy demandados y al parecer deliciosos y lucrativos.

Tal fue el impacto de la innovación de los Nelson que dos inversionistas canadienses compraron el proyecto y lo rebautizaron justamente como Veroblue, aunque dejaron a los Nelson al frente. Su idea es replicar el esquema y producir ingentes cantidades de barramundi para consumo a escala internacional, reduciendo con ello en cierta medida el daño ambiental producido por otras formas de pesca y piscicultura.

Aún habrá que ver cuál será el progreso de Veroblue, y se dice que muchos vecinos de los Nelson ya consideran unirse al negocio de las granjas de barramundi a la mitad de Iowa.

En tanto, para los que quieran conocer el resultado en carne propia, vam aquí cuatro curiosas formas de cocinar el barramundi, cortesía del Chef Tom.


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