El auge de las peleas a bofetadas: cómo estos "golpes de exhibición" atraen cada vez más seguidores

Esta actividad, aprobada como deporte por la Comisión Atlética de Nevada, ha ido creciendo y ya cuenta con dos ligas profesionales

Las peleas a bofetadas se han convertido en un
Las peleas a bofetadas se han convertido en un "deporte" cada vez más popular en los Estados Unidos. En la foto, en un evento de Power Slap celebrado el 24 de mayo en Las Vegas, Ron "Wolverine" Bata le estampa una poderosa bofetada a Damien "The Bell" Dibbell en un combate a cinco rounds, (Foto: Getty Images)

En un escenario de competencia televisiva, con sus luces móviles, su música de suspenso y las cámaras enfocando la escena central desde cada ángulo, dos competidores están parados frente a frente. A una indicación del referi, un competidor le estampa una bofetada al otro y lo deja medio turulato.

Según dijo recientemente Dana White, el presidente de la Ultimate Fighting Championship (UFC) y fundador de la liga de peleas a bofetadas Power Slap, en muy poco tiempo, apenas 15 meses, la popularidad de este “deporte” ha superado a cualquier otra liga o franquicia deportiva.

“Tiene más seguidores que cada deporte profesional y cada equipo deportivo profesional”, dijo White flagrantemente en una aparición reciente en el podcast Flagrantdel comediante Andrew Schulz. Para escándalo de muchos en el mundo, sugirió que las peleas de bofetadas son más populares que el Real Madrid.

Obviamente, White tontea o exagera. Al día de hoy, las cifras de seguidores del slap fighting –las peleas a bofetadas– palidecen si se les compara con las de otros equipos y franquicias globales. Por ejemplo, en X (otrora Twitter), el Real Madrid tiene 50,8 millones de seguidores frente a los 40.500 de Power Slap.

Aun así, junto al pickleball, esta disciplina se ha convertido en uno de los deportes no tradicionales de mayor crecimiento en los Estados Unidos,

Dana White, fundador de la liga de peleas a bofetadas Power Slap, dijo recientemente que la popularidad de este deporte ha superado la de cualquier otra liga o franquicia deportiva, incluyendo nada menos que al Real Madrid. Luego se retractó de semejante dislate. (Foto: Getty Images)
Dana White, fundador de la liga de peleas a bofetadas Power Slap, dijo recientemente que la popularidad de este deporte ha superado la de cualquier otra liga o franquicia deportiva, incluyendo nada menos que al Real Madrid. Luego se retractó de semejante dislate. (Foto: Getty Images)

Las peleas a bofetadas son literalmente lo que indica su nombre: dos competidores, por lo general hombres fornidos (aunque también hay divisiones femeninas) deben golpear con la mano abierta –y con todas sus fuerzas– en la mejilla o el cachete del contrincante hasta que uno finalmente se imponga al otro. ¡PAF!

Puede decirse que estas competencias le han dado un nuevo sentido a la tradicional bofetada, una reacción física que suele ser asociada con el universo del melodrama y cuyo impacto, según los expertos en comportamiento humano, es, sobre todo, psicológico o emocional, ya que su propósito es más humillar, desairar o reprender que herir.

La bofetada ha sido tradicionalmente asociada con el melodrama. Según el el célebre zoólogo y etólogo inglés Desmond Morris, la bofetada en la mejilla es “la acción clásica de una dama en respuesta a las atenciones no deseadas de un varón”. (Imagen: Getty Commercial)
La bofetada ha sido tradicionalmente asociada con el melodrama. Según el el célebre zoólogo y etólogo inglés Desmond Morris, la bofetada en la mejilla es “la acción clásica de una dama en respuesta a las atenciones no deseadas de un varón”. (Imagen: Getty Commercial)

En su libro La mujer desnuda (2004), el zoólogo y etólogo inglés Desmond Morris –autor del texto antropológico seminal El mono desnudo– se refiere a la “bofetada en la mejilla” como “la acción clásica de una dama en respuesta a las atenciones no deseadas de un varón”.

Para Morris, la bofetada en la mejilla supone un tipo de display-blow (o golpe de exhibición). “Un golpe que hace mucho ruido pero causa tan poco daño físico que no provoca una acción inmediata o defensiva por parte de la víctima. Aunque impacta al receptor de inmediato, su significado se asimila más tarde”.

Desde luego, las bofetadas que los contendores se propinan en cada pelea poco o nada tienen que ver con la descripción de Morris y, mucho menos, con las que se ven en las telenovelas o en las películas de época. No. Las bofetadas de este deporte resultan tan brutales, bestiales y contundentes que los combates suelen acabar por nocaut y, en no pocos casos, con un contendor más o menos inconsciente.

Las peleas a bofetadas también cuentan con divisiones femeninas, En la foto, Julia Kruzer abofetea a Adrianna “Flychanelle” Śledź durante un combate de la liga SlapFIGHT Championship. (Foto: Getty Images)
Las peleas a bofetadas también cuentan con divisiones femeninas, En la foto, Julia Kruzer abofetea a Adrianna “Flychanelle” Śledź durante un combate de la liga SlapFIGHT Championship. (Foto: Getty Images)

No hay un consenso sobre el origen de las peleas a bofetadas. Hay quien piensa que esta disciplina nació en Rusia y se instauró en Estados Unidos luego de que se viralizara un video de un combate en las redes sociales.

Otros, como JT Tilley, el gerente general de SlapFIGHT Championship, el primero de los dos campeonatos de este deporte (el otro es Power Slap), le dijo a la revista Squire que empezó a organizar peleas a bofetadas como deporte reglamentado en 2015, después de ver un video viral escenificado en la ciudad de Lubbock, Texas.

Para muchos, Darius Mata-Varona, apodado
Para muchos, Darius Mata-Varona, apodado "El Destructor" y campeón del peso pesado, es el mejor abofeteador del mundo. (Foto: Getty Images)

Las peleas a bofetadas varían de tres a cinco asaltos. A los competidores se le clasifica según su peso, con un criterio similar al de las llamadas artes marciales mixtas (o MMA, según sus siglas en inglés). Cada contendor tiene 30 segundos para asestar su bofetada y 30 segundos para recuperarse de la bofetada que le asesten a él.

Hay que advertir que las bofetadas deben hacerse sólo con el movimiento del brazo, sin arquear el cuerpo o dar pasos para tomar impulso. A su vez, los abofeteados no pueden moverse ni defenderse, so pena de descalificación o de recibir una nueva bofetada. Cada peleador lleva un protector bucal y tapones de algodón en los oídos.

Como en el boxeo, las peleas a bofetadas pueden terminar de tres maneras: por nocaut, por nocaut técnico o por puntos. Los competidores pueden ganar de 2.000 a 10.000 dólares por pelea.

Y, dada su popularidad creciente, ya este deporte cuenta con sus propias estrellas, como Darius Mata-Varona (“The Destroyer”), considerado por muchos como el mejor abofeteador del mundo. También están los campeones Christapher Thomas ("K.O. Chris"), Vernon Cathey ("The Mechanic") y Mike Smith ("Slap Jesus"), cada uno con sus respectivas fanaticadas.

Como en el boxeo, las peleas a bofetadas pueden terminar de tres manera: por nocaut, por nocaut técnico o por puntos. En este caso, Adam Hutchinson (
Como en el boxeo, las peleas a bofetadas pueden terminar de tres manera: por nocaut, por nocaut técnico o por puntos. En este caso, Adam Hutchinson ("Slap For Cash") acabó en el piso, noqueado por Dayne "Da Hawaiian Hitman" Viernes, en el tercer round. (Foto: Getty Images)

Ahora bien, ¿son estas peleas realmente un deporte?

Según la Comisión Atlética de Nevada, sí lo es. En octubre de 2022, la comisión lo sancionó oficialmente como deporte, reconociéndolo como "una forma de combate sin armas", lo cual le abrió las puertas a Power Slap, la primera liga de peleas de bofetadas regulada de los Estados Unidos.

A raíz de la aprobación de la Comisión Atlética de Nevada, el canal de televisión por cable TBS, propiedad de Warner Bros. Discovery, comenzó a transmitir ese mismo año las peleas de bofetadas en su programa Power Slap: Road to the Title. Para bien o para mal, ese programa fue cancelado por sus bajos niveles de rating.

A su vez, dicho programa llevó a la Asociación de Lesiones Cerebrales de los Estados Unidos (BIAA, por sus siglas en inglés) a solicitar a la Comisión Atlética de Nevada que reconsiderara su decisión pues, en su opinión, las peleas de bofetadas no son un deporte y suponen un riesgo de conmoción cerebral para los participantes.

"Su aprobación da legitimidad a una actividad que no es otra cosa que ver cómo se producen lesiones cerebrales traumáticas a sus participantes en tiempo real”, dijo la BIAA en febrero de 2023. “Ustedes están permitiendo una situación en la que los participantes sufren repetidamente conmociones cerebrales como entretenimiento”.

Esa bofetada de Karol “Pikolo” Wyłupek a Pater “Aligator” Truchlik debió doler mucho (Getty Images)
Esa bofetada de Karol “Pikolo” Wyłupek a Pater “Aligator” Truchlik debió doler mucho (Getty Images)

Entonces, ¿qué tan riesgosa puede resultar una bofetada para la integridad física de una persona?

Supongo que depende con quién te enfrentes. No es lo mismo que te abofetee una actriz de telenovelas experimentada en la materia como Lupita Ferrer que, digamos, Darius Mata-Varona (“The Destroyer”), el campeón del peso pesado, un hombrón de 1,78 metros, 120 kilos de peso y cuya mano extendida tiene una anchura de 24 centímetros.

Se calcula que una mano pesa en promedio 400 gramos y que bofetada se desplaza a una velocidad de 11 metros por segundo o 40 kilómetros por hora (en el caso de Darius “The Destroyer” Mata-Varona, sus bofetadas tienen una velocidad de 12,7 metros por segundo, casi 46 kilómetros por hora). Aunque una bofetada implica la mano abierta y no un puño cerrado, entre los médicos y especialistas hay consenso en su potencial riesgo para la salud.

En un artículo publicado en 2023 en el New York Times, Geoffrey Manley, catedrático y vicepresidente de cirugía neurológica de la Universidad de California en San Francisco, explica que los golpes laterales –los únicos permitidos en las peleas a bofetadas– son los peores. Según Manley, tras un golpe de este tipo, la cabeza del receptor gira de manera violenta, el cerebro se retuerce dentro del cráneo y las conexiones nerviosas cerebrales pueden acabar seccionadas.

Se calcula que una mano pesa en promedio 400 gramos y que bofetada se desplaza a una velocidad de 11 metros por segundo o 40 kilómetros por hora (Foto: Getty Images)
Se calcula que una mano pesa en promedio 400 gramos y que bofetada se desplaza a una velocidad de 11 metros por segundo o 40 kilómetros por hora (Foto: Getty Images)
Por inofensiva que pueda parecer –por aquello de que es con la mano abierta–, una bofetada, en tanto que golpe lateral, es peligrosa, pues hace que la cabeza del receptor gire de manera violenta, que el cerebro se retuerza dentro del cráneo y, con ello, las conexiones nerviosas cerebrales pueden acabar seccionadas. (Imagen: Getty Creative)
Por inofensiva que pueda parecer –por aquello de que es con la mano abierta–, una bofetada, en tanto que golpe lateral, es peligrosa, pues hace que la cabeza del receptor gire de manera violenta, que el cerebro se retuerza dentro del cráneo y, con ello, las conexiones nerviosas cerebrales pueden acabar seccionadas. (Imagen: Getty Creative)

A su vez, en un artículo publicado en el medio en línea The Conversation, Nikos Evangelou, neurólogo y profesor clínico de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra, sostiene que las conmociones cerebrales causadas por golpes o sacudidas violentas de la cabeza provocan a corto plazo dolores de cabeza, pérdida de memoria, niebla cerebral y confusión.

“Los efectos a largo plazo pueden ser más importantes –escribe Evangelou–. Estos traumatismos leves y repetidos en la cabeza podrían conducir acumulativamente a un mayor riesgo de enfermedades crónicas por lesiones cerebrales y, posiblemente, a neurodegeneración y demencia. Como hemos visto en el boxeo, la mayoría de las lesiones sufridas se harán evidentes mucho después de que los atletas se hayan retirado”.

De hecho, ya se ha registrado una muerte por la práctica de este deporte.

La tragedia ocurrió en un club de la ciudad polaca de Wroclaw. El 22 de octubre de 2021, el fornido peleador Artur “Waluś” Walczak competía en una gala de peleas a bofetadas PunchDown5. Y le tocó enfrentar al “maestro” de esta disciplina, Dawid “Zaleś” Zalewski, que no ha perdido una pelea a bofetadas desde febrero de 2022.

El impacto que recibió en el combate le produjo un derrame cerebral. Walczak fue puesto en un coma inducido médicamente del cual no pudo despertar. Un mes después, el 26 de noviembre, el combatiente murió en el hospital. A causa de una bofetada.

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