El acto de odio que empañó la fiesta de AMLO en el Zócalo; hasta él lo condenó

Una figura de cartón con el rostro de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña (que después fue quemada), en medio de la manifestación convocada por AMLO en el Zócalo de la CDMX n el día de la conmemoración de la Expropiación Petrolera el 18 de marzo de 2023 | FOTO: GRACIELA LÓPEZ/CUARTOSCURO.COM
Una figura de cartón con el rostro de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña (que después fue quemada), en medio de la manifestación convocada por AMLO en el Zócalo de la CDMX n el día de la conmemoración de la Expropiación Petrolera el 18 de marzo de 2023 | FOTO: GRACIELA LÓPEZ/CUARTOSCURO.COM

La celebración del 85 aniversario de la expropiación de la industria petrolera fue el argumento utilizado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para “convocar al pueblo” para que acudiera al Zócalo de la Ciudad de México. El escenario fue Palacio Nacional.

El discurso de López Obrador, el escenario, la presencia partidaria de Morena con sus gobernadores y legisladores, el gabinete presidencial, las corcholatas aspirantes al poder y la multitud, configuran la evidencia de que fue un evento para comprobar la capacidad de convocatoria y movilización del gobierno, más relacionada con la disputa por el poder que con la conmemoración de una efeméride.

En su extensa intervención López Obrador hizo referencia a la sucesión presidencial, su obsesión. Ejemplificó con la de Lázaro Cárdenas y llegó hasta la que él conduce.

La intención de López Obrador es crear las condiciones para que con la sucesión presidencial se garantice la continuidad de su proyecto político ideológico. Al respecto expresó que está “convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación.”

En relación con los aspirantes de otras fuerzas políticas a conquistar el poder en las elecciones federales de 2024 sostuvo “que hagan lo que hagan no regresarán al poder los oligarcas, continuará prevaleciendo en nuestro querido México una auténtica y verdadera democracia.”

El mensaje político de López Obrador hizo que la conmemoración de un suceso histórico se convirtiera en un acto de proselitismo, que su comunicación fuera la de un dirigente de partido en campaña y que la concentración de una multitud cívica se transformara en un mitin político, como los que antaño realizaba el PRI en ese mismo espacio.

En su discurso López Obrador continuó con su práctica de dividir al país al manifestar que la oposición “hagan lo que hagan” no tendrá oportunidad de llegar al poder. Lo que explicaría que él se ocupe por cambiar la percepción sobre las instituciones que garantizarán la continuidad de la democracia, sobre la voluntad del presidente. Es el caso de sus agresiones contra el INE y contra la ministra presidenta de Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña.

Seguidores de López Obrador, creyentes de su discurso, manifestaron con sus pancartas el efecto de las palabras con las que el presidente agrede, desde las mañaneras, a sus “adversarios” y a quienes contradicen con sus acciones sus deseos. Este último sería el caso de la ministra Norma Piña.

Un mensaje de odio destacó al término de la concentración de López Obrador en el zócalo. Un grupo de asistentes, afuera de la SCJN, quemó una figura de cartón con la imagen de la ministra Norma Piña, al tiempo que gritaban ¡Fuera Piña! ¡Fuera Piña! No es un hecho aislado. Desde que llegó a la presidencia de la Corte, el presidente aseguró que la ministra siempre votaba en contra de su gobierno.

Al empezar marzo, después de la concentración ciudadana en el zócalo, en defensa del INE, López Obrador declaró “apenas llegó la nueva presidenta (Norma Piña) y se desató una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”. El probable afecto de las palabras del presidente fue la publicación en redes sociales, en una cuenta anónima, de una amenaza de muerte a la presidenta de la SCJN.

En esta ocasión la senadora, Olga Sánchez Cordero, salió en defensa de la ministra Norma Piña, en su cuenta de Twitter publicó: “Conozco a la ministra presidenta Piña desde hace 25 años, pues fue mi Secretaria de estudio y cuenta en la SCJN. Independientemente de esto, las muestras de intolerancia hacia su persona y hacia la institución que representa son inadmisibles. La violencia nunca es la respuesta”.

Al respecto, la académica Denise Dresser, publicó en Twitter: “¡Basta!...Esto es inadmisible y debe ser condenado, en el caso de Norma Piña y siempre. La violencia verbal del presidente @lopezobrador salta de la mañanera a las redes sociales, a las calles. Construye enemigos existenciales e incita/da permiso para agredirlos”.

En su mañanera, López Obrador condenó que se quemara la figura con la imagen de la ministra Norma Piña. “No debe de llevarse a cabo este tipo de actos, no es lo mejor, creo que hay formas de protestar sin llegar a esos extremos. Sí condeno esos actos, no hace falta, tenemos que vernos como adversarios, no como enemigos” Sin embargo, no abandonó su práctica de victimizarse, “Cuando quemaron mi figura no salió en la prensa. De todas maneras, repruebo lo de la ministra.”

Es un hecho que el presidente interpreta la historia de acuerdo con su conveniencia ideológica. El 18 de marzo así lo hizo. También es cierto que, las palabras de la propaganda tienen efectos en la conciencia de algunos individuos. Por ello, los políticos deben ser prudentes en sus exhortos, sobre todo si tienden a polarizar y dividir a la sociedad, porque hay consecuencias.

No es responsable el presidente de los hechos de sus seguidores, interesados en agradar a su líder, pero sí se puede solicitar a López Obrador, que sea prudente con sus expresiones y solicite a sus fanáticos detener su violencia para disuadir a sus adversarios. Alguien podría morir.

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