El Acapulco de oro que conquistó al mundo entero y era el paraíso de las estrellas
Ese Acapulco empeñado en crecer que veíamos hasta hace unos días comenzó su impulso en los años 40, luego de la II Guerra Mundial, en el Gobierno de Miguel Alemán Valdés.
El presidente tuvo la visión de motivar a los empresarios hacia la rama turística, les dio facilidades financieras y tributarias y se hizo cargo de la infraestructura carretera. Encaminó los proyectos, no hacia puntos de Veracruz su tierra natal, sino de Guerrero, y de estos más que nada a Acapulco. Así fueron surgiendo los primeros grandes hoteles, que luego de esa su naciente época dorada a la fecha se tornarían escenarios de culto.
Paquetes vacacionales, convenciones, espectáculos, compromisos sociales, reseñas cinematográficas fueron configurando el perfil del destino turístico.
Enseguida, unas cuantas estampas de muestra –sin pretensión de agotar el tema—de aquel Acapulco.
ESTADOS UNIDOS, CLIENTE PREFERENTE, Y LAS LUNAS DE MIEL
Un destinatario muy especial tenían estos esfuerzos: Estados Unidos, que entendió el mensaje y por ejemplo muchas lunas de miel de famosos tuvieron como telón la bahía más hermosa del mundo. Así lo aconseja el mismísimo Franck Sinatra, fan de Acapulco.
… Pero no solo él, también los Kennedy, que eligieron Acapulco para ese viaje, “uno de los más memorables de mi vida” diría Jackie. Así que no es difícil que su primogénita Caroline haya iniciado su recorrido en tierras (playas) mexicanas. Lo que sí es un hecho es que en condiciones completamente distintas, Jackie viuda vacacionó con sus hijos en el lugar.
ELVIS, “FUN IN ACAPULCO”
Confirmando el lugar del puerto en el mapa turístico del planeta, en 1963 se proyectó “Fun in Acapulco”, película estadounidense de Richard Thorpe con Elvis Presley.
No crea usted que eso signifique que el cantante actuara en nuestro país, él filmó por allá en el suyo y la edición hizo el resto. Una mancha en su relación con México fue la causa; por lo que esta película sirvió para la reconciliación.
Aquí, el inolvidable cantante.
TARZÁN
Un personaje entrañable del primer Acapulco es Johnny Weissmüller, el más famoso de los actores que encarnaran a Tarzán, el hombre-mono, quien cambió el mecerse con lianas a hacerlo en hamaca: pasó largos años hacia el final de sus días -–y de su lucidez—en el puerto, fundiéndose con él y con su gente.
LA CRUZ DE TROUYET
Entre los mexicanos que contribuyeron a labrar el sitio está un Carlos más de gran fortuna, Trouyet, cabeza por largos años de la telefonía en el país, partícipe de cuanto gran negocio naciente haya existido, amó a Acapulco. Hacia allá se dirigían sus dos hijos mas no llegaron por un accidente aéreo.
El magnate construiría una capilla con una gran cruz que vino a presidir el soberbio panorama de la bahía. A sus pies (de la cruz) hay una escultura que representa dos manos, por cierto diestras ambas, las de sus hijos finados, por haber sido colaboradores suyos además.
Quien diga que Carlos Trouyet construyó una capilla en el puerto —esta, llamada Ecuménica—, olvida que construyó una más: la Capilla Submarina en Boca Chica.
“LA CASA DE LOS VIENTOS” CON OBRA DE DIEGO
La mecenas y coleccionista Dolores Olmedo invitó a su casa de Acapulco, en las cercanías de La Quebrada, al artista plástico Diego Rivera.
Había un motivo muy claro: el pintor padecía cáncer; no obstante, decoró por donde quiera la casa. En cuanto a la fachada, la obra convirtió al lugar en sitio emblemático de un Acapulco que muchos olvidan visitar al hacer turismo.
“ACUÉRDATE DE ACAPULCO, DE AQUELLAS NOCHES…”
Para acunar su memorable romance, la actriz María Félix y el compositor Agustín Lara eligieron la perla del Pacífico mexicano.
El hecho produjo una de las canciones más queridas por el público y más frecuentadas por los cantantes, “María Bonita”, que el autor dedicara a la diva.
El tenor Plácido Domingo la interpreta en una ocasión en que coincidió con María.
EPÍLOGO
(Claro que existen otros personajes, sitios e historias, como el Baby’O… pero esa es otra parte –posterior— de la leyenda).
Este polo turístico no puede morir. No solo extranjeros, gran cantidad de mexicanos, en especial capitalinos, tienen en el lugar su destino favorito y más a la mano.
Acapulco resurgirá, sin duda. Que no se tarde, pues el 80 % de su economía depende del turismo.