Los efectos del COVID persistente siguen presentes entre multitud de personas

Los efectos del COVID persistente siguen presentes entre multitud de personas

Casi una de cada 10 personas no está segura de si tiene o no COVID persistente, según un nuevo análisis de los datos de una encuesta que se produce cinco años después de que la pandemia obligara a personas de todo el mundo a quedarse en casa para evitar la propagación del virus.

Basado en una encuesta del Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra realizada a más de 750.000 personas, el nuevo estudio también muestra que casi una de cada 20 personas padece COVID larga, que es el nombre que reciben los síntomas duraderos de la COVID-19. Esta afección posvírica crónica incluye síntomas como fatiga, niebla cerebral, mareos, dificultad para respirar y dolor muscular.

Quienes la padecen afirman que puede provocar un agotamiento grave e impedirles llevar una vida normal. El estudio, que se publicó el martes en la revista 'Health Expectations', también descubrió que quienes vivían en zonas desfavorecidas tenían más probabilidades de padecer COVID de larga duración. Los expertos afirman que las conclusiones del estudio coinciden con otras estimaciones de prevalencia y añaden que puede haber múltiples factores que expliquen por qué las personas no están seguras de padecer la enfermedad.

"Si no te dicen que tienes COVID largo, es decir, si no tienes un diagnóstico clínico... entonces es probable que no estés seguro de si se trata de COVID largo", dijo a 'Euronews Health' Nisreen Alwan, profesora de salud pública de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y una de las autoras del estudio.

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Una persona que dice que su salud se deterioró después de la COVID-19, que algunos pueden considerar una infección leve, "está bastante estigmatizada", añadió Alwan, lo que puede impedir que la gente hable de ello o busque diagnóstico o apoyo.

¿Qué más descubrió la investigación?

Los autores descubrieron que la prevalencia de COVID prolongado aumentaba significativamente con la privación. Varios grupos eran más propensos a declarar tener COVID prolongado, entre ellos las mujeres, los padres o cuidadores, las personas homosexuales, lesbianas o bisexuales, así como determinados grupos étnicos como los gitanos blancos e irlandeses itinerantes o los que tenían grupos étnicos mixtos o múltiples, y las personas con una enfermedad de larga duración.

Mientras tanto, los jóvenes, los hombres, los que eran heterosexuales o no binarios, y las personas de otros orígenes blancos, indios, bangladeshíes, chinos, negros o árabes, así como los exfumadores y los fumadores actuales, eran más propensos a no estar seguros de si tenían COVID de larga duración, dijeron los autores.

Muchos han perdido su trabajo y su vida

En opinión de Danny Altmann, catedrático de Inmunología del Imperial College de Londres que no participó en el nuevo estudio, "cinco años después del inicio de este debate, nunca ha sido tan importante disponer de estimaciones sólidas sobre el número de casos y la carga de pacientes para respaldar los debates sobre la planificación de la asistencia sanitaria y las necesidades de investigación médica".

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Añadió en un correo electrónico enviado a 'Euronews Health' que "cada vez se tolera menos cualquier nuevo debate sobre los legados de la COVID-19 y las necesidades sanitarias, y se pide que 'se pase página'".

Un estudio publicado en 'Nature Medicine' en 2024 estimaba que 400 millones de personas padecen COVID largo en todo el mundo, con un impacto económico anual equivalente a 1 billón de dólares (954.400 millones de euros).

"Grupos de pacientes con COVID larga duración de todo el mundo se sienten (con razón) desesperados y defraudados. Muchos han perdido sus antiguos trabajos y sus antiguas vidas", declaró Altmann, quien añadió que muchos de los casos más extendidos de COVID prolongado corresponden a personas que no pudieron autoaislarse en los primeros días de la pandemia.

Los investigadores afirmaron que los hallazgos muestran la necesidad de una mayor concienciación sobre esta afección entre el público y el personal sanitario, así como la necesidad de una mejor distribución del diagnóstico, el tratamiento y el apoyo.

"La COVID prolongada amplía las desigualdades sanitarias, por lo que debemos ser muy sensibles al respecto y abordar la forma de apoyar a las personas más desfavorecidas si padecen COVID prolongada", afirmó Alwan, lo que incluye animarlas a acceder a servicios de apoyo y sanitarios.