El efecto del coronavirus en el tenis, según Soares, del Consejo de Jugadores: "No jugar nada este año puede ser una posibilidad"

El brasileño Bruno Soares formó, junto con el británico Jamie Murray, la mejor pareja de dobles del ranking mundial en 2016. Nacido en Belo Horizonte hace 38 años, obtuvo 32 trofeos en la especialidad, entre ellos, el Abierto de Australia y el US Open. Es, desde hace seis años, miembro del Consejo de Jugadores de la ATP, una suerte de sindicato que actualmente preside Novak Djokovic y en el que también volvieron a involucrarse Roger Federer y Rafael Nadal. "Estoy en mi casa, en Belo Horizonte. La mayoría de la gente está haciendo el lockdown, pero se dice que Brasil va a empeorar en las próximas semanas y hay que estar adentro para tratar de bajar los números. Hay incertidumbre y miedo. Y con la economía habrá otra locura. Está todo parado. Para mí, después del virus, vendrá algo muy malo. Va a morir más gente, muchos se van a quedar sin nada, en países del tercer mundo como Argentina y Brasil el crimen va a crecer porque la gente no tendrá cómo comer. Es triste", le dice Soares (25° del ranking) a LA NACIÓN, desde el país que ya registró 136 fallecidos y 4256 infectados en total por el brote de coronavirus.

Y añade, alarmado: "Tengo la sensación de que la situación cambia a diario. Hablo con amigos que tienen otras profesiones y trabajos, y la gente está desesperada. Dicen: 'Yo no gano dinero, necesito comer, si no muero de coronavirus lo haré de hambre'. Entonces, es un tema mucho más grande que el virus en el momento. Es una pesadilla. No me gusta la política, es difícil hablar de Bolsonaro, pero lo que sí creo es que la gente de la Salud y de la Economía tiene que unirse. Para los países de Sudamérica, que no tienen estructura para aguantar algo así, puede ser que sea mucho peor después del virus".

-El tenis, como casi todas las actividades, está detenido por la pandemia mundial. ¿Qué panorama tienen para el futuro?

-El año tenístico es una locura: empezamos con un problema gigante en Australia, con los incendios forestales. El torneo salió bien, pero sabemos los problemas graves que tuvo el país. Ahora estamos en un momento peor. Como tenistas tenemos un problema grande: es un deporte totalmente globalizado. Es decir, la liga de fútbol argentina o brasileña, la NBA, por dar ejemplos, podrán volver si esos países tienen controlado el virus. Pero en el tenis no. El mundo tendrá que tener controlado el virus para que el tenis vuelva. Y ahí es donde habrá un problema; el tenis será de los últimos deportes en regresar a la actividad normal. Es preocupante la situación de los que trabajamos allí.

-¿Qué evaluación hacen en el Consejo de Jugadores?

-Tuvimos una videollamada hace poco. Hay mucho que hablar, pero no mucho que hacer y sólo esperar. Con el tenis en suspenso tenemos problemas a definir como el ranking, el calendario de los torneos, los récords, todo lo que pasará. Pero no sabemos qué ocurrirá, porque una cosa es que el tenis vuelva el 8 de junio, como está estipulado hasta ahora, pero será otra cosa si vuelve en julio, en agosto o quién sabe cuándo. Hay una gran mayoría de jugadores que necesitan el dinero mensualmente. Hay algunos que pueden estar seis meses sin jugar, pero la mayoría no. Es complicado. Estamos mirando qué podemos hacer. Es un tema nunca antes visto.

-¿Se plantea una ayuda económica por parte de la ATP?

-Sí, estamos hablando eso, pero todavía no tenemos nada concreto. El tema es cuándo regresaremos: si lo hacemos en junio o julio, se podrá recuperar mucho de lo que no se jugó, pero si lo hacemos en agosto o más adelante, perderemos mucho, la mitad del año como mínimo. Hay una preocupación grande por la gente que está 150, 200, 300 o 500 del ranking, que no tiene cómo ganar dinero ahora. Entre los del Consejo tenemos un grupo de WhatsApp. Djokovic, como presidente, es bastante activo, pero están todos muy comprometidos. Yo me siento responsable, porque represento a los doblistas y hay mucha gente que está en una condición difícil, sin ganar dinero y está sufriendo un montón.

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-¿Existe la chance de que se cancele todo el año y comience de cero en 2021?

-Por ahora ni se plantea, por ahora no lo veo. Salvo que los organismos de salud salgan y digan que este virus seguirá matando gente durante meses y meses, bueno, claro que sí. Pero no hay apuro para cancelar torneos mucho más allá de cuatro a ocho semanas. No tenemos por qué cancelar ahora algo de octubre, por ejemplo. Por más que yo creo que no jugar nada este año sí puede ser una posibilidad, por la situación que vivimos, no hay por qué tomar ahora esa decisión. Dependerá de la salud general. Como tour, si el mundo está libre de virus en octubre o septiembre, no tiene sentido que no se aprovechen esos meses hasta fin de año. Pero es un momento en el que, como nunca, tenemos que trabajar juntos. Ahora no importa si es ATP, WTA, ITF, Grand Slam. Y no sólo en el tenis: si no me quedo en casa y salgo, afecto al de al lado y así, al país.

-Ese mensaje no va de la mano con Roland Garros, que en forma unilateral reprogramó su fecha. ¿Los sorprendió?

-Sí, todos nosotros nos enteramos por las redes sociales; nadie sabía nada. Fue una movida bastante egoísta y, con la mala reacción general, se dieron cuenta de que estuvieron equivocados. No tiene ningún sentido si todos los torneos empiezan a hacer sus movidas individuales. Los jugadores están insatisfechos con lo que hizo Roland Garros y la ATP no va a aprobar nada que no se haga sin el consenso de todos.

-¿Sos partidario del congelamiento del ranking?

-Sí. La ATP tiene cinco o seis opciones, estamos discutiendo, no hay una decisión definitiva, pero lo mejor es congelar porque nadie está jugando. Siempre habrá alguien a quien no le convenga, pero hay que mirar lo que será más justo. Lo más importante, cuando hablamos de ranking o reprogramación de torneos en el futuro, será crear la misma posibilidad para el número 1 del mundo y el 800. No puedes decir: 'Ok, vamos a hacer los Masters 1000 y después vemos el resto'. Hay que crear la misma oportunidad para todos, entonces pensamos en ATP, en los Futures y los Challengers.

-Wimbledon, programado para el 29 de junio próximo, esta semana decidirá si posterga o cancela su próxima edición.

-Sí. Wimbledon está muy cerca. La pregunta sería: 'Ok, si no podemos jugarlo en junio, ¿tiene interés de hacerlo en otra fecha?'. Si dice que sí habrá que ver si se puede reacomodar, porque por sus condiciones y superficie [césped], no es fácil. En octubre, en Londres, por el clima creo que sería casi imposible jugar en Wimbledon.

La crisis por el virus y su influencia en los partidos arreglados y apuestas:

El parate en el tenis complicará, aún más, el desarrollo profesional de muchos tenistas que ya de por sí tienen limitaciones. Bruno Soares teme que pueda potenciar un problema "gigante", como son los partidos arreglados y las apuestas: "Es una mafia que sabe cómo agarrar a la gente en los momentos complicados. Para los jugadores que no saben cómo viajar el próximo mes para jugar un torneo, es una tentación que venga un tipo y les ofrezca diez mil o quince mil dólares de una. Entonces, como organización, tenemos que educar a los jugadores y mostrarles las consecuencias. Es difícil de controlar, porque la mayoría de estas situaciones son en torneos chicos, se habla directamente, no hay transacción bancaria. Hay que mostrarles a los jugadores: 'Mira lo que pasa: de repente zafarás una o dos veces, pero cuando te agarren 'chau carrera, chau pos carrera, serás una vergüenza para tus amigos y tu familia, una frustración para la gente que te apoyó'. Hay que concientizar y mostrar que es una cagada gigante si lo hacen. Es un crimen y como crimen, lo van a pagar. Hay mucha gente buena que cae y una vez que estás metido con la mafia, no te dejan salir. Se hace una bola de nieve cada vez más grande hasta que explota la bomba. Espero que la crisis por el virus no haga que los jugadores vuelvan a pensar en caer en eso. Se arruinarían para siempre".

-Tu compatriota Joao Souza es un ejemplo en ese sentido, ¿no? Es el tenista que llegó a ocupar el puesto más alto del ranking (69°) entre los castigados por la Unidad de Integridad del Tenis. Encima, fue castigado de por vida.

-Sí, exactamente. Y no sólo lo afecta para ahora como tenista, sino para todo lo que quiera hacer con el tenis en general en el futuro. Tendrá que buscar otra cosa. Su nombre quedó manchado. Es bastante triste para el jugador y su entorno. Lo que pedimos es que la gente piense un millón de veces antes de hacer una cagada así. Eso solo te tira para abajo, no hay chances de que vaya hacia adelante.