EEUU se prepara para la fiebre del eclipse total del 8 de abril
Las ciudades estadounidenses ubicadas en la trayectoria del eclipse solar total del próximo 8 de abril se preparan para el mayor evento astronómico del año, en el que se espera que millones de visitantes impulsen las economías locales y desafíen la logística.
Cerca de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, en Burlington, Vermont, se espera que se vea la totalidad del eclipse poco antes de las 15H30 (19:30 GMT) y muchos hoteles están copados desde hace meses.
Las pocas habitaciones que quedan, que cuestan normalmente unos 150 dólares por noche, ofrecen la estadía por entre 600 y 700 dólares para la jornada del eclipse.
“No sé si tendremos de nuevo algo así”, dijo a la AFP el vicepresidente de la Cámara de Comercio local, Jeff Lawson. Es una oportunidad “literalmente caída del cielo”, agregó.
Si hay cielo despejado, la pequeña ciudad de 40.000 habitantes podría duplicar su población durante el día. Los visitantes llegarán en automóvil, tren e incluso jets privados, anticipó Lawson.
Se estima que 32 millones de personas viven dentro del llamado “camino de la totalidad”, zona donde la Luna bloqueará completamente al Sol, y 150 millones más residen a menos de 320 kilómetros de la franja del eclipse, dice la NASA.
- “Gran congestión” -
Los preparativos para el gran día comenzaron hace años, dijo Matt Bruning, del Departamento de Transporte de Ohio, que empezó las gestiones ya en 2017, durante el último gran eclipse de Estados Unidos.
Pese a los esfuerzos, inevitablemente “habrá retrasos y una gran congestión”, advirtió.
Los negocios se están sumando a este hito con eventos especiales. En Cleveland, donde los funcionarios locales esperan 200.000 visitantes, el Salón de la Fama del Rock & Roll planea un “Solarfest” con cuatro días de música en vivo.
Perryman Group, una firma de investigación con sede en Texas, estima que el impacto económico directo e indirecto del eclipse de este año podrían alcanzar los 6.000 millones de dólares.
El camino de totalidad de este año tiene aproximadamente 185 km de ancho. Comienza en el oeste de México, pasa por las ciudades estadounidenses de Dallas, Indianápolis y Buffalo, y termina en el este de Canadá.
Muchas escuelas que están en el camino, en ciudades como Cleveland y Montreal, cerrarán o dejarán salir a los estudiantes temprano.
Varias aerolíneas anunciaron vuelos programados para pasar bajo el eclipse, y Delta programó dos viajes especiales a lo largo del camino de la totalidad: el primero se agotó en 24 horas, dijo la compañía.
La NASA advierte que sólo es seguro mirar al eclipse sin protección en los ojos bajo el camino de la totalidad y por pocos minutos.
- “Coincidencia cósmica” -
Casi todo Estados Unidos podrá experimentar un eclipse parcial, pero el astrónomo de UCLA Jean-Luc Margot dice que definitivamente vale la pena hacer el viaje para ver el eclipse completo.
“Si tienes un eclipse parcial del 99%, es una experiencia completamente diferente a estar en la trayectoria de la totalidad”, dijo a la AFP.
El profesor acompañará a un grupo de exalumnos de UCLA para ver el eclipse en la zona rural de Texas, después de viajes similares en 2017 a Oregón y a Chile en 2019.
Cuando las personas finalmente ven el eclipse, “tienden a emocionarse”, dijo Margot.
“Es un evento hermosísimo. Debido a esta completa coincidencia cósmica en la que el tamaño angular del Sol y el tamaño angular de la Luna son casi los mismos”.
Los científicos han utilizado tradicionalmente los eclipses para observar la corona solar, una capa exterior de plasma que es difícil de estudiar debido al brillo del Sol, dijo Margot.
Nuevas herramientas como la sonda solar Parker, instalada en el espacio, han logrado que esa investigación dependa menos de los eclipses, pero los científicos seguirán aprovechándolos al máximo.
Recientemente, la NASA informó que había varios estudios siendo preparados en torno al eclipse, desde sus efectos en la atmósfera de la Tierra y el comportamiento animal, hasta en la psicología humana.
“Los eclipses tienen un poder especial”, dijo recientemente el jefe de la NASA, Bill Nelson.
“Hacen que la gente sienta una especie de reverencia por la belleza de nuestro universo”.