EEUU busca ayuda para controlar flujo ‘sin precedentes’ de migrantes de América Latina

El gobierno del presidente Joe Biden quiere que los países situados a lo largo de una peligrosa ruta migratoria que atraviesa América del Sur y Central se comprometan a ampliar su sistema de asilo y a reforzar sus fronteras para ayudar a hacer frente al flujo sin precedentes de migrantes en su frontera sur con México, en una nueva asociación regional que se anunciará el viernes durante el último día de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles.

“El presidente Biden está pidiendo a todos los gobiernos a lo largo de la ruta migratoria que establezcan y fortalezcan el proceso de asilo en sus respectivos países, al tiempo que refuercen de manera más efectiva sus fronteras, haciendo revisiones y expulsando a aquellos individuos que no reúnan los requisitos para el asilo”, dijo un alto funcionario de la administración.

Las tasas de migración irregular no tienen precedentes, dijeron los funcionarios estadounidenses, y afectan a casi todos los países de Centro y Sudamérica, así como a otros países del Caribe.

En virtud de la declaración, los gobiernos se comprometerán a ampliar los programas de trabajadores temporales para hacer frente a la escasez de mano de obra y reducir la migración irregular. Los compromisos también exigen la ampliación de otras vías legales de migración, como el reasentamiento de refugiados y la reunificación familiar.

El alto funcionario dijo que la administración aumentará la financiación para ayudar a los países que acogen a un gran número de migrantes y refugiados, como Colombia, y trabajará con instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo para ayudar a los países de ingresos medios a hacer frente a la carga de acoger a personas desplazadas.

Estados Unidos también se compromete a ayudar a los países a “combatir y erradicar” las redes de tráfico de personas que se aprovechan de los migrantes mediante un esfuerzo policial a gran escala destinado a desmantelar las redes en toda América Latina.

“La Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección se centra en el reparto de responsabilidades y el apoyo económico a los países más afectados por los flujos migratorios y de refugiados”, dijo un alto funcionario de la administración. “Establece un marco para una forma coordinada y predecible para que los estados gestionen la migración”.

Aunque el funcionario de la administración describió la declaración de “ambiciosa”, no se sabe cuántos países la firmarán ni cómo se espera que financien el aumento de la seguridad fronteriza y otras iniciativas. Varios países que se encuentran entre los mayores emisores de migrantes, como Cuba, Venezuela y varios países centroamericanos, no fueron invitados a la Cumbre o no enviaron a sus jefes de Estado.

El funcionario estadounidense también dijo que algunas de las medidas propuestas, como la ampliación de las vías legales para los migrantes, probablemente requerirán la aprobación del Congreso.

Luis Guillermo Solís Rivera, quien se desempeñó como presidente de Costa Rica entre 2014-2018, período durante el cual su nación se convirtió en un puente terrestre para los migrantes, dijo que abordar los flujos históricos requerirá más que dinero; también nuevas leyes en Estados Unidos “para usar el capital humano que la migración proporciona de manera más inteligente y humanitaria”.

“Sí, hay que hacer cumplir las leyes migratorias, pero esto no puede hacerse violando los derechos humanos como sugieren algunos políticos en Texas y la Florida”, dijo.

Solís dijo que el gobierno de Biden identificó correctamente las causas estructurales de la migración en el Triángulo Norte de Centroamérica, que incluye a los países de Guatemala, Honduras y El Salvador.

“También expresó su voluntad de contribuir con importantes recursos financieros y técnicos para aliviar esas causas ($4,000 millones), así como de apoyar nuevas inversiones por $3,000 millones adicionales provenientes de fuentes privadas”, dijo Solís en un correo electrónico enviado al Herald. “Esto no es poca cosa y hay que darle la bienvenido y reconocerlo”.

“Sin embargo, todos estos esfuerzos no detendrá el flujo de migrantes, y por lo tanto, se requieren otras medidas tanto en Estados Unidos como en Centroamérica”, agregó.

Apoyo a Haití

Además de buscar la ayuda de esos países, Estados Unidos también anunciará un nuevo apoyo a Haití, dijo el funcionario de la administración. La cada vez mayor inestabilidad política del país caribeño, el aumento de la violencia de las pandillas y los incesantes secuestros agravaron la crisis migratoria.

Mientras que más de 20,000 migrantes haitianos han cruzado irregularmente la frontera terrestre de Estados Unidos con México en los últimos 10 meses, más de 5,300 haitianos fueron detenidos en el mar por la Guardia Costera desde octubre en el mayor éxodo de haitianos en barco en casi 20 años.

La mayoría se dirige a los Cayos y al territorio estadounidense de Puerto Rico. Pero también están llegando en embarcaciones inseguras y abarrotadas a las Bahamas, las Islas Turcos y Caicos y Cuba, al tiempo que usan la vecina República Dominicana como trampolín hacia Puerto Rico, México y América Latina.

“Reconocemos la necesidad de ampliar las vías de acceso de las personas en general, pero también, específicamente, de los países en los que estamos viendo altos flujos de salida que están directamente relacionados con situaciones humanitarias y de seguridad”, dijo el funcionario de la administración. “Creo que el objetivo es proporcionar canales legales para que la gente no tenga que hacer uso de medios irregulares para ponerse a salvo o reunirse con su familia”.

La invitación al primer ministro interino Ariel Henry para que asistiera a la cumbre fue criticada por algunos haitianos y legisladores estadounidenses. Pero varias personas, entre ellas el senador republicano floridano Marco Rubio, insistieron en la presencia de Henry en la cumbre, señalando que la inestabilidad del país es una fuente de preocupación en toda la región.

“En Haití, seguimos trabajando por una transición que conduzca a unas elecciones adecuadas que cuenten con el apoyo de todo el pueblo haitiano”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, durante la cumbre al preguntársele por la presencia de Henry. “Seguimos trabajando para hacer frente a la violencia de las pandillas que aflige al país y que está causando un daño terrible al pueblo haitiano. Seguimos trabajando para tratar de encontrar formas de apoyar al pueblo haitiano, que ha soportado más que su cuota de problemas en los últimos años, tanto de origen humano como natural”.

Desde que tomó las riendas del poder tras el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el pasado mes de julio, Henry se ha enfrentado a los miembros de la sociedad civil que quieren liderar una transición de dos años en el país. La parálisis, junto con los secuestros y el aumento de la pobreza, están alimentando la desesperación y una nueva ola migratoria.

Un récord de haitianos no solo está llegando a la frontera sur de Estados Unidos a la que llegan tras cruzar una docena de países de América del Sur y Central y tras pasar años viviendo en Chile y Brasil, sino que también están llegando a las costas de los Cayos y Puerto Rico tras subirse a desvencijadas embarcaciones en el mayor éxodo de haitianos que salen en barco desde la isla de La Española en casi 20 años.

Más de 1,400 consiguieron llegar a tierra desde octubre tras llegar en barco a los Cayos de la Florida y Puerto Rico.

Los detalles sobre la ayuda adicional que proporcionará Estados Unidos son escasos. Pero Estados Unidos, que mantuvo una reunión bilateral con Henry al margen de la cumbre esta semana, está cada vez más presionado para que preste mayor ayuda al país, especialmente en el ámbito de la seguridad, donde la debilitada Policía Nacional de Haití ha sido incapaz de controlar los secuestros y asesinatos de las pandillas armadas que ahora controlan amplias áreas de Puerto Príncipe. El país también enfrenta una creciente crisis humanitaria y económica.