EE. UU. consideró el uso de boyas fronterizas meses antes de que Texas las instalara

Migrantes caminando por el río Grande cerca de una serie de boyas en Eagle Pass, Texas, en 2023. Documentos recientemente publicados muestran que el gobierno de Biden consideró la posibilidad de desplegar boyas flotantes para disuadir a los migrantes, pero finalmente decidió no hacerlo. (Jordan Vonderhaar/The New York Times)
Migrantes caminando por el río Grande cerca de una serie de boyas en Eagle Pass, Texas, en 2023. Documentos recientemente publicados muestran que el gobierno de Biden consideró la posibilidad de desplegar boyas flotantes para disuadir a los migrantes, pero finalmente decidió no hacerlo. (Jordan Vonderhaar/The New York Times)

Las autoridades fronterizas estudiaron la posibilidad de utilizar barreras flotantes desde Texas hasta California en 2022. El esfuerzo podría ayudar a allanar el camino para su despliegue bajo el mandato del presidente electo Donald Trump.

En la frontera entre Estados Unidos y México, quizá sean el símbolo más visible de los esfuerzos del gobernador Greg Abbott por disuadir a los migrantes de entrar en Texas: boyas gigantes de color naranja que flotan en el río Grande, diseñadas para dificultar el cruce.

También han sido polémicas. El gobierno de Biden las ha impugnado ante los tribunales, y en un momento dado un juez de distrito se puso de parte del gobierno, diciendo que las boyas podían suponer una “amenaza para la vida humana”.

Pero correos electrónicos y documentos de agencias publicados recientemente muestran que, antes de que el gobierno de Biden se opusiera a las boyas, funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos consideraron la posibilidad de desplegar las suyas durante una afluencia de migrantes a finales de 2022. La idea fue finalmente rechazada antes de que Abbott siguiera adelante y lo hiciera él mismo.

Hasta ahora no se había informado de la consideración detallada de una barrera flotante por parte de funcionarios federales durante la oleada migrante. Sugiere que el gobierno entrante del presidente electo Donald Trump podría encontrarse en posición de crear su propia barrera con relativa rapidez.

El primer gobierno de Trump empezó a estudiar el despliegue de una barrera flotante a finales de su mandato, probando el mismo tipo de boyas en 2020. La gestión parecía estar avanzando cuando se produjo el coronavirus y luego Trump perdió las elecciones de ese año. El presidente Biden detuvo la construcción de nuevas barreras fronterizas al comienzo de su mandato.

Pero la continua exploración de un tipo de barrera flotante por parte de agentes fronterizos a mediados del mandato de Biden puso de relieve el reto que suponía el alto nivel de cruces no autorizados a lo largo de la frontera sur en ese momento, en el que los agentes se encontraban con más de 200.000 migrantes cada mes.

Y podría ayudar a orientar al gobierno entrante sobre cómo crear una red de barreras de boyas a lo largo de la frontera, incluso cuando los encuentros con migrantes han disminuido bruscamente este año, a unos 100.000 al mes.

Desde las elecciones de noviembre, Abbott, el gobernador de Texas, ya ha ampliado la limitada barrera de boyas del estado, a pesar de la actual impugnación legal del gobierno de Biden.

Los planes de boyas discutidos por funcionarios federales en 2022 fueron parte de una práctica de investigación de posibles operaciones y no reflejaban ningún cambio de política, según una persona familiarizada con las discusiones. En última instancia, no fueron aprobados por la dirección de la agencia, dijo la persona, que solicitó el anonimato para describir las deliberaciones internas. No se dio ninguna razón para la decisión de no seguir adelante.

Una portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos declinó hacer comentarios.

Después de que el gobierno de Biden se pronunciara en contra de la barrera, la idea fue retomada por Abbott, quien desplegó una de 305 metros en el verano de 2023 en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, en un tramo del río que era un punto caliente de cruces ilegales.

El gobierno federal no tardó en presentar una demanda, argumentando que la barrera flotante —grandes bolas naranjas unidas formando una cadena difícil de cruzar— violaba una ley federal que regula las aguas navegables.

Un tribunal de distrito de Austin se puso de parte del gobierno de Biden, concediendo una orden judicial para retirar las barreras y declarando que podían suponer una “amenaza para la vida humana”. Texas apeló, argumentando en parte que la ley no se aplicaba en el caso del río Grande y también que las barreras evitarían ahogamientos al desalentar los cruces peligrosos.

Al disuadir los cruces, las boyas también fueron presentadas por los funcionarios estatales como una especie de medida de seguridad.

El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Quinto Circuito se puso de parte de Texas, permitiendo que las barreras permanecieran en su lugar mientras el caso avanza en el tribunal de primera instancia.

Pero meses antes de que se presentara el caso, funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos se reunieron con un par de empresas contratistas en la ciudad fronteriza de Del Río, Texas, para “discutir el despliegue de la Barrera de Boyas de Seguridad”, según un memorando interno de septiembre de 2022 recientemente publicado.

El memorando destacaba que las barreras tendrían como objetivo reducir los ahogamientos y las muertes de migrantes en aguas peligrosas. “El objetivo es reducir al mínimo las muertes y lesiones de los migrantes que cruzan y de los agentes de la Patrulla Fronteriza que responden”, decía el memorando.

Otro documento, que se hizo público con importantes segmentos censurados, describía cómo la agencia había identificado la necesidad de una “barrera de boyas o capacidad similar para los entornos fronterizos marítimos en seis sectores de la frontera suroeste” desde Texas a California. Las ubicaciones y longitudes exactas de las barreras consideradas fueron tachadas.

En un momento dado, según muestran los documentos, los funcionarios también redactaron otro memorando que Chris Magnus, comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos , enviaría a Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional, titulado “Solicitud de ejecución del proyecto de barrera de boyas de seguridad en lugares prioritarios de la frontera suroeste”.

El memorando nunca se envió formalmente, según la persona familiarizada con las deliberaciones, y su contenido fue censurado antes de hacerse público.

“Las barreras marinas flotantes desplegadas por Texas fueron diseñadas por la Patrulla Fronteriza para impedir la entrada ilegal”, dijo Andrew Mahaleris, secretario de prensa de Abbott. “Cuando el presidente Biden se negó a utilizarlas, Texas intervino y desplegó las barreras”.

Los documentos de la agencia fronteriza formaban parte de un lote de casi 2000 páginas de correos electrónicos, fotos y memorandos relacionados con las barreras de boyas de Texas que se hicieron públicos este mes en respuesta a una solicitud de libertad de información.

Según los documentos, uno de los contratistas que se reunió con funcionarios federales en 2022 fue Cochrane USA, que fabrica una serie de barreras y vallas de seguridad. La empresa pasó a trabajar con el estado de Texas en su barrera.

En un escrito presentado por Texas en el marco del proceso judicial federal, un gerente de proyectos de Cochrane USA dijo que la empresa había sido contratada para crear la barrera de boyas durante el gobierno de Trump, pero que su contrato se canceló tras la llegada de Biden al poder.

“El sistema de boyas se diseñó como un mecanismo para salvar vidas y dirigir a los migrantes” a puertos de entrada legales “disuadiendo de los cruces ilegales y peligrosos”, dijo el gerente de proyectos, Loren Flossman, quien anteriormente trabajó para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Además de información sobre las barreras de boyas, la publicación de documentos incluía también breves correos electrónicos en los que se revelaban episodios en los que los migrantes quedaron atrapados o heridos en alambres de concertina colocados a lo largo del río por el estado de Texas para disuadir los cruces. En algunos casos, los agentes fronterizos cortaron el alambre o utilizaron maquinaria pesada para levantarlo y llegar hasta los migrantes.

“El alambre C fue cortado a las 16:15 horas para liberar a una madre y dos niños”, se leía en un correo electrónico de octubre de 2023.

“Los agentes tuvieron que cortar el alambre debido a que un sujeto de edad avanzada mostraba signos de hipotermia”, se leía en otro del mes siguiente.

El estado de Texas se opuso a que los agentes federales cortaran el alambre de concertina y demandó al gobierno federal para obligarlo a dejar de hacerlo.

Como en el caso de la boya, el Quinto Circuito falló mayoritariamente a favor de Texas, pero permitió que se cortara parte del alambre. En una decisión del mes pasado, el tribunal dijo que mientras Texas proporcionara a los agentes fronterizos el “acceso necesario” a ambos lados del alambre de concertina, los agentes no podían cortarlo.


J. David Goodman
es el jefe del buró de Houston para el Times y cubre Texas y Oklahoma. Más de J. David Goodman


Hamed Aleaziz
cubre el Departamento de Seguridad Nacional y las políticas migratorias. Más de Hamed Aleaziz

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