EE.UU. Una doble derrota electoral inquieta a Trump y a los republicanos

WASHINGTON.- Donald Trump y los republicanos sufrieron un duro revés en elecciones estatales en Estados Unidos, en Kentucky y Virginia, que dejaron ceños fruncidos y una fuerte inquietud en el oficialismo de cara a la dura pelea que se avecina el año próximo por la Casa Blanca y el control del Congreso.

En Kentucky, uno de los bastiones republicanos del país, un demócrata, Andy Beshear, se proclamó triunfador con una ventaja inferior al 1% en la disputa por la gobernación. Y en Virginia, uno de los estados vaivén que definen la elección presidencial, los demócratas lograron asumir el control de ambas cámaras de la Legislatura, algo que no conseguían desde 1993. El gobernador demócrata, Ralph Northam declaró al estado "oficialmente azul", el color de los demócratas.

La derrota en Kentucky fue particularmente difícil de digerir para los republicanos. En 2016, Trump había ganado el estado por más de 30 puntos, y la noche anterior a la elección montó un gran acto de campaña para intentar garantizar la reelección del gobernador, Matt Bevin, uno de los mandatarios más impopulares del país. No alcanzó. Bevin, ante lo ajustado del resultado, no quiso conceder la derrota, y denunció "irregularidades" en la votación, sin dar de talles.

"Están mandando ese gran mensaje al resto país. Es tan importante, tienen que sacar a sus amigos, tienen que votar. Porque si perdés, manda un mensaje realmente malo", había dicho en ese acto. "Si pierden, van a decir que Trump sufrió la derrota más grande en la historia del mundo. ¡No pueden permitir que eso me pase!", dijo, en un tono jocoso que despertó risas y aplausos de la audiencia.

La doble bofetada en Kentucky y Virginia fue suavizada por un triunfo ampliamente esperado del candidato republicano, Tate Reeves, en la elección a gobernador de Mississippi, una victoria que se descontaba. Es uno de los estados más republicanos del país.

Trump y la Casa Blanca intentaron amortiguar el impacto de los resultados de Kentucky y Virginia con un argumento difícil de sostener: que gracias al empuje del magnate, Bevin había logrado equilibrar la contienda luego de ir rezagado en las encuestas por "al menos 15 puntos, ¡y quizás 20!", según dijo Trump en Twitter. Anoche, su jefe de campaña, Brad Parscale, había dicho que Trump "arrastró al gobernador Matt Bevin a través de la línea de meta, ayudándolo a competir más fuerte de lo esperado en lo que se convirtió en una carrera muy cerrada al final".

Pero el promedio de encuestas de RealClearPolitics marcaba, justamente, lo contrario: una carrera muy ajustada, incluso con una leve ventaja para Bevin en los últimos sondeos.

Para la Casa Blanca, el traspié electoral llegó en el peor momento. Los demócratas se preparan para las primeras audiencias públicas la semana próxima en la investigación para abrir un juicio político contra el presidente. Y uno de los pocos testigos que había ofrecido un testimonio favorable al mandaterio, el embajador ante la Unión Europea, Gordon Sondland, decidió "ampliar" su declaración y ofreció una declaración más dañina para Trump.

Los demócratas también recogieron resultados positivos en otras elecciones locales. Otro triunfo de la oposición que llegó a los medios nacionales: por primera vez en 38 años, los demócratas se quedaron con el control del Consejo Deliberante de Columbus, en Indiana, hogar del vicepresidente, Mike Pence.