Edel Rodríguez, el ‘gusano’ que dibujó a Trump con la cabeza de la Estatua de la Libertad en la mano

A Edel Rodríguez sus padres le dijeron que entregara sus juguetes a sus amigos que iban a hacer un “viajecito”, así que repartió todo lo que tenía, unos pececitos y unos parajitos. El viaje era muy secreto, ni siquiera sus queridos abuelos, que vivían al lado de su casa lo sabían. Tenía que ser así porque sus padres eran los primeros “gusanos” del pueblo que se iban de Cuba por el Mariel.

El insulto volaba por toda la isla: “Gusanos, que se vayan”, y quedó marcado en la mente de un niño de 8 años, que se fue en un bote con 27 familiares después de una odisea en un éxodo que trajo a más de 120,000 cubanos a Estados Unidos entre el 15 de abril y el 31 de octubre de 1980.

Rodríguez, uno de los diseñadores gráficos más reconocido de Estados Unidos, criado en Hialeah, ha titulado sus memorias gráficas Worm: A Cuban American Odyssey (Metropolitan Books, 2023).

En la portada, Edel lleva la pañoleta roja de pionero y una gorra también roja con una estrella en la frente. Y la palabra Worm destaca sobre el rostro inocente de un niño, dejando abierta las preguntas: ¿quién puede pensar que alguien tan pequeño sea llamado “gusano”?, ¿qué habrá hecho para merecerlo?

“Es lo que Castro les decía a la gente que se iban de Cuba”, dice Rodríguez que les explica a las personas ajenas al tema cubano que le preguntan por el título.

“Estoy muy orgulloso de ser uno de los gusanos originales, mi padres también eran así, desde muy jóvenes no estaban con el sistema”, dice Rodríguez, que refleja la atmósfera de “miedo” que vivió antes de su salida de Cuba en el libro, que presenta este viernes 8 de marzo en la librería Books and Books de Coral Gables.

Portada de ‘Worm: A Cuban American Odyssey’, las memorías gráficas de Edel Rodríguez en las que refleja su infancia en un pueblo de campo en Cuba, El Gabriel, hasta su salida de la isla por el éxodo del Mariel, en 1980, a los 8 años.
Portada de ‘Worm: A Cuban American Odyssey’, las memorías gráficas de Edel Rodríguez en las que refleja su infancia en un pueblo de campo en Cuba, El Gabriel, hasta su salida de la isla por el éxodo del Mariel, en 1980, a los 8 años.

Los niños no lo sabían, no se lo podía decir porque temían que lo contaran en la escuela, explica Rodríguez sobre la intención de guardar el secreto hasta con la familia. Los oídos acusadores estaban por todos lados, sobre todo los del Comité de Defensa de la Revolución, recuerda, sobre las razones de muchos cubanos, que temían las turbas y actos de repudio, comunes en la isla en ese momento.

El niño ‘gusano’ que critica a Trump

A sus 52 años, en Nueva Jersey, muy lejos de El Gabriel, el pueblo de poco más de 2,000 habitantes cerca de Güira de Melena donde nació, Rodríguez, un profesional exitoso como tantos otros marielitos, recibe de vez en cuando una tanda de insultos.

Su pluma y sus pinceles, que en tres décadas de carrera han hecho más de 5,600 dibujos, son responsable por algunas de las imágenes más provocativas y críticas sobre Donald Trump. “No tiene miedo de vivir con las consecuencias”, ha dicho el New York Times.

En una de las portadas que le dedicó al expresidente, en la revista alemana Der Spiegel, aparece Trump con una espada en una mano y en la otra la cabeza cercenada de la Estatua de La Libertad. En otra ilustración, After the Insurrection, publicada en The New Yorker una semana después del ataque al Capitolio el 6 de enero del 2021, la bandera estadounidense está a media asta.

“Me han dicho que soy comunista, que me debía haber ahogado en ese bote cuando era niño, que me debe dar cáncer”, cuenta Rodríguez que le mandan por email cuando ha hecho portadas como la que aparece Trump con la capucha del Ku Klux Klan, también para Der Spiegel.

“Como de niño me decían gusano y escoria, estoy acostumbrado”, apunta, indicando que desde el principio vio a “Trump como una persona peligrosa, cuando mucha gente lo estaba tratando como un chiste”.

Trump es un desastre, me recuerda a Fidel Castro en la forma que insulta a la prensa –“rata, escoria’– de la misma forma que Castro decía que la gente eran gusanos”, afirma, preguntándose cómo muchos cubanos no ven las “similitudes”.

Su ojo crítico se formó en Hialeah

La pasión de Rodríguez por el dibujo comenzó desde muy pequeño en El Gabriel, donde no tenía lápices ni papel y no le quedaba otro recurso que ir a dibujar a la farmacia donde trabajaba su tía. Cuando su familia llegó a Hialeah, siguió dibujando hasta que un maestro reconoció su talento y lo inscribió en un programa de arte en el que lo llevaban a tomar clases en Miami Beach. Luego una maestra le hizo un portafolio de dibujos y lo llevó a un evento donde podía mostrarlos.

“Los maestros de arte me salvaron, mis padres no entendían nada de eso, mi mamá trabajaba cosiendo en un atelier de vestidos de boda y mi papá era camionero”, dice Rodríguez, que se graduó de Hialeah-Miami Lakes Senior High School.

El diseñador cubanoamericano Edel Rodríguez muestra fotos de su viaje durante el éxodo del Mariel, en 1980. El niño en la foto de la izquierda es Edel, en una fotografía de la revista Time, tomada por un fotógrafo que fue expulsado de Cuba en el mismo barco que vino Rodríguez con su familia. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com
El diseñador cubanoamericano Edel Rodríguez muestra fotos de su viaje durante el éxodo del Mariel, en 1980. El niño en la foto de la izquierda es Edel, en una fotografía de la revista Time, tomada por un fotógrafo que fue expulsado de Cuba en el mismo barco que vino Rodríguez con su familia. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com

La única revista que recuerda que había en su casa era Vanidades. La publicación, nacida en Cuba y revivida en Miami, era muy popular entre las mujeres latinas.

Rodríguez afirma que le encantaba Tropic, la revista dominical del Miami Herald, que se publicó hasta 1998.

Aunque recibió una beca completa para la Universidad de Miami, decidió irse para Nueva York, y convenció a la dirección de Pratt Institute para que le dieran una beca como hizo UM. Al graduarse comenzó a trabajar en la revista Time, de la que fue director de arte desde el 1994 hasta el 2007.

Trabaja tomando café cubano

Sus trabajos más significativos los ha hecho como freelancer. Su portada para Time, Total Meltdowm, con Trump de protagonista, fue reconocida con el premio American Society of Magazine Editors Cover of the Year del 2016.

Desde hace 20 años tiene su estudio en Nueva Jersey, donde reside con su familia, aunque viene con frecuencia a Miami a ver a sus padres.

“Me tomo como cinco cafés Bustelo al día, pinto por la mañana y a veces por la noche tarde, cuando todo el mundo está callado”, dice sobre su proceso de trabajo.

En junio lanza un libro bilingüe, La mata de mango/The Mango Tree, sobre la relación de dos niños, inspirado en la hermandad con uno de sus amigos de Cuba –que hoy está en Miami– con el que “hacía pistolas con chapas de botella y flechas con ramas de árboles y ligas, porque no teníamos juguetes”.

También enseña en School of Visual Arts, en Nueva York, indicando que quiere ser mentor de los estudiantes para que entiendan el negocio del arte. “Las comisiones no vienen del aire, hay que buscar a los clientes”, apunta.

Esa misión y ver a sus padres, que viven en Hialeah Gardens, lo trae con frecuencia a Miami.

“La ciudad ha cambiado mucho, cuando yo vivía allí era un poquito aburrida. Ahora hay eventos, ferias de arte, museos y me atrae más ir allá”, concluye.

Edel Rodríguez presenta Worm: A Cuban American Odyssey’, viernes 8 de marzo, 7 p.m. en Books and Books, 265 Aragon Ave., Coral Gables.

El diseñador gráfico y artista cubanoamericano Edel Rodríguez, autor de ‘Worm: A Cuban American Odyssey’, con sus padres, Coralia Rodríguez y Cesario “Tato” Rodríguez, en su casa en Hialeah Gardens. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com
El diseñador gráfico y artista cubanoamericano Edel Rodríguez, autor de ‘Worm: A Cuban American Odyssey’, con sus padres, Coralia Rodríguez y Cesario “Tato” Rodríguez, en su casa en Hialeah Gardens. Jose A. Iglesias/jiglesias@elnuevoherald.com