Dueño de edificio de 102 apartamentos en Miami Beach amenaza con desalojar a todos los vecinos

El jueves de la semana pasada por la noche, los miembros de la Asociación de Propietarios de Gardens on the Bay se reunieron de urgencia para debatir una realidad desgarradora: todos los ocupantes de los tres pisos de la propiedad frente al mar en 6484 Indian Creek Dr. en Miami Beach enfrentan un posible desalojo.

Días antes, los propietarios de las 102 unidades del edificio fueron notificados de una demanda que nombra a más de 140 demandados, ordenándoles responder en un plazo de cinco días o pueden ser desalojados de sus viviendas.

Las notificaciones de desalojo se deben la falta de mantenimiento y seguro adecuados del edificio de 1954, que debe ser recertificado el próximo año y necesita al menos $2 millones en reparaciones, según el propietario, una LLC controlada por Millennium Management, con sede en Miami, y su líder, el magnate de la salud Abraham Shaulson.

Una solución alternativa exigiría a los vecinos el pago de una elevada cuota, que algunos no pueden permitirse.

Varios vecinos han respondido a la demanda de desalojo con escritos en los que piden clemencia.

“¿Por qué quieren echar a una anciana de su casa?”, escribió Marta Álvarez, viuda de 92 años quien vive en el edificio desde hace más de tres décadas. “¿Quién me ayudará si me mudo a un lugar extraño?”

El edificio, un antiguo motel conocido como Garden of Allah hasta 1984, está enclavado entre el recién renovado Brittany Bay Park y el elegante Shane Watersports Center. En una calle repleta de condominios de lujo, la estructura de casi 70 años parece una reliquia.

Funciona como una cooperativa: el terreno es propiedad de una empresa que lo arrienda a una asociación de propietarios en virtud de un acuerdo a largo plazo que expira en 2056. Cada propietario tiene una participación en el arrendamiento.

En su demanda, el propietario alega que cada uno de ellos es “inquilino” en virtud del contrato de arrendamiento y responsable del mantenimiento del edificio, por lo que todos deben ser desalojados por incumplimiento del contrato.

La comunidad de propietarios, representada por el despacho de abogados Becker & Poliakoff, no está de acuerdo. La asociación —que recibe las cuotas de mantenimiento de los propietarios de las unidades y paga al propietario $65,000 al año— dice que ella, y no los propietarios de las unidades individuales, es el inquilino en virtud del contrato de arrendamiento.

“Basándose en esta posición incomprensible, el propietario ha amenazado con desalojar a los propietarios de las unidades de la asociación”, dijo la asociación en una demanda presentada ante el Tribunal de Circuito de Miami-Dade en febrero, después que la empresa de Shaulson enviara una “notificación de rescisión” inicial a los propietarios de las unidades.

Gardens on the Bay en Miami Beach es un motel que se convirtió en residencias a largo plazo en la década de 1980. Los propietarios de las unidades, cada uno de los cuales tiene una participación en un contrato de arrendamiento de asociación con el propietario, recibieron recientemente una demanda de desalojo.
Gardens on the Bay en Miami Beach es un motel que se convirtió en residencias a largo plazo en la década de 1980. Los propietarios de las unidades, cada uno de los cuales tiene una participación en un contrato de arrendamiento de asociación con el propietario, recibieron recientemente una demanda de desalojo.

La disputa refleja las tendencias en el sur de la Florida y el vecindario de North Beach, donde los habitantes de edificios costeros envejecidos y relativamente asequibles enfrentan la presión de inversionistas y legisladores para gastar más en mantenimiento y seguros o corren el riesgo de ser desplazados.

Varios propietarios de unidades en Gardens on the Bay, muchos de ellos personas mayores con ingresos fijos, dijeron que estaban “deprimidos” después de recibir el aviso de desalojo.

“Es como si nos estuvieran intimidando”, dijo Pedro Vilorio, de 78 años y habitante desde 1997. “No tenemos adónde ir”.

Margarita Babilonia, de 66 años, dijo que ella y su prometido Brian Colonna pagaron $130,000 por una unidad el año pasado, cuando se mudaron desde Nueva York después que ambos se jubilaron.

“Estamos muy deprimidos”, dijo Babilonia. “Pensábamos que comprábamos en un lugar donde estábamos seguros”.

Mientras tanto, los abogados de la asociación —entre ellos Michael Góngora, ex comisionado de Miami Beach y actual candidato a la alcaldía— han dicho que probablemente no puedan representar a los propietarios de unidades individuales en la demanda de desalojo debido a posibles conflictos de interés, según la presidenta de la asociación, Irene López.

Los propietarios están ahora luchando por la representación. Un abogado dijo que necesitaría $3,500 de cada uno de los 102 propietarios como anticipo, dijo López.

“Necesitamos ese dinero para el edificio”, dijo.

Esta semana, la asociación presentó una moción para intervenir en la demanda de desalojo y pidió una suspensión del procedimiento, que la jueza del Tribunal del Condado Miami-Dade Stephanie Silver concedió hasta una audiencia fijada para el 27 de junio.

No queda más remedio que desalojar

El edificio pasó su recertificación requerida de 60 años de la ciudad de Miami Beach en 2018. Solo hay una infracción abierta en la propiedad por remodelación no permitida de una unidad, según funcionarios de la ciudad.

Pero un informe de ingeniería encargado por la compañía de Shaulson el verano pasado encontró numerosas grietas en el concreto y otras deficiencias y la compañía dice que costará al menos $2 millones arreglarlas .

En su demanda, el propietario también dijo que el edificio carece de seguro adecuado, una asunto que la empresa ha señalado repetidamente en una serie de cartas a la asociación de propietarios en los últimos años. El mes pasado, la compañía de seguro del edificio dijo que no renovaría su póliza, alegando la antigüedad y el estado del techo.

“El incumplimiento por parte de los inquilinos y de la asociación no ha dejado otra opción al propietario que iniciar una acción de desalojo”, dijo J. Joseph Givner, abogado del propietario, en una carta enviada a la asociación el viernes.

La carta, enviada después que el Herald empezó a indagar sobre la situación, dice que el propietario no desea desalojar a nadie. Propone un “compromiso” con un plazo de 10 días para que la asociación responda: El propietario restablecerá el contrato de arrendamiento si los propietarios cumplen una serie de condiciones, como contratar el seguro antes del 26 de junio y reparar “todos los problemas de estado físico” del edificio en un plazo de 90 días.

López, la presidenta de la asociación, dijo que sería muy difícil completar las reparaciones dentro de ese plazo teniendo en cuenta el tiempo que el proceso suele tomar y la situación financiera de los propietarios de la unidad, muchos de los cuales probablemente no pudieran permitirse el lujo de pagar un cargo extraordinario de $20,000 o más.

La presidenta de la asociación de propietarios de Gardens on the Bay, Irene López (extrema derecha), el vicepresidente Eduardo Migueltorena (arriba), el gerente Carlos Lazo (segundo por la derecha) y los propietarios de unidades (desde abajo a la izquierda) Pedro Vilorio, Brian Colonna y Margarita Babilonia, frente a su edificio en 6484 Indian Creek Drive, en Miami Beach, el viernes 16 de junio de 2023.

López dijo que el enfoque de Shaulson ha sido hostil desde que su compañía compró la propiedad a la Universidad Barry por $3.2 millones en 2019.

“Ahora está atacando a todos y cada uno de los propietarios”, dijo. “No voy a dejar que nadie se robe nuestra propiedad”.

‘Ellos saben lo valioso que es ese lugar’

Gretchen Merkle, propietaria de una unidad desde hace más de 35 años, dijo que sabe que el edificio necesita reparaciones. Y tiene quejas sobre la asociación, acusando a los miembros de la junta de que a veces no se comunican con los propietarios y se centran demasiado en hacer cumplir normas estrictas, vigilando las cámaras de seguridad para detectar infracciones como saltar a la piscina o colgar toallas de los balcones.

Pero Merkle dice que no culpa a la junta de la continua amenaza de desalojo. Por el contrario, dice que parece una “apropiación del terreno” con el objetivo final de derribar el edificio y reurbanizar una propiedad inmobiliaria de primera, una donde los habitantes pueden mirar a través del Canal Intracostero desde su terraza de la piscina y ver una mansión de $16.3 millones comprada el año pasado por el rapero Future.

“Quieren encontrar algo malo en el edificio”, dijo Merkle. “Saben lo valioso que es ese lugar”.

Un vocero del propietario negó que la demolición y la reurbanización sea la intención.

“El propietario no tiene un historial de urbanización de propiedades y nunca ha informado a los inquilinos o cualquier otra persona que esté buscando derribar el edificio y volver a urbanizar”, dijo el vocero.

Los habitantes siguen temerosos. En una carta presentada ante el tribunal, la propietaria Patricia Rizzotto, de 62 años, dijo estar “conmocionada y consternada por haber llegado a esto”.

“Mi casa lo es todo para mí”, dijo.