Documentos secretos muestran que Hamás intentó unir a Irán al ataque del 7 de octubre

Una casa en el kibutz Kfar Aza, Israel, en diciembre pasado, la cual estuvo entre las atacadas el 7 de octubre de 2023. (Avishag Shaar-Yashuv/The New York Times)
Una casa en el kibutz Kfar Aza, Israel, en diciembre pasado, la cual estuvo entre las atacadas el 7 de octubre de 2023. (Avishag Shaar-Yashuv/The New York Times)

El Times revisó las actas de 10 reuniones entre los principales líderes de Hamás. Los registros muestran que el grupo militante evitó varios enfrentamientos desde 2021 para dar a entender falsamente que había sido disuadido.

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Durante más de dos años, Yahya Sinwar se reunió con sus principales comandantes de Hamás y planearon lo que esperaban que fuera el ataque más devastador y desestabilizador contra Israel en las cuatro décadas de historia del grupo militante.

Las actas de las reuniones secretas de Hamás, incautadas por el ejército israelí y obtenidas por The New York Times, proporcionan un registro detallado de la planificación del ataque terrorista del 7 de octubre, así como la determinación de Sinwar de persuadir a los aliados de Hamás, Irán y Hizbulá, para que se unieran al asalto o, al menos, se comprometieran a una lucha más amplia contra Israel si Hamás organizaba una incursión transfronteriza de sorpresa.

Los documentos, que representan un gran avance en entender a Hamás, muestran también amplios esfuerzos para engañar a Israel sobre sus intenciones mientras el grupo preparaba el terreno para un asalto atrevido y una conflagración regional que Sinwar esperaba provocara el “colapso” de Israel.

Los documentos consisten en actas de 10 reuniones secretas de planificación de un pequeño grupo de dirigentes políticos y militares de Hamás en el periodo previo al ataque, el 7 de octubre de 2023. Las actas incluyen 30 páginas de detalles hasta ahora no revelados sobre el funcionamiento del liderazgo de Hamás y los preparativos de su atentado.

Yahya Sinwar en abril de 2023 en la ciudad de Gaza. Los documentos muestran que él y otros dirigentes de Hamás querían tiempo para distraer a los dirigentes israelíes con una falsa sensación de seguridad antes de atacar Israel. (Samar Abu Elouf/The New York Times)
Yahya Sinwar en abril de 2023 en la ciudad de Gaza. Los documentos muestran que él y otros dirigentes de Hamás querían tiempo para distraer a los dirigentes israelíes con una falsa sensación de seguridad antes de atacar Israel. (Samar Abu Elouf/The New York Times)

Los documentos, verificados por el Times, exponen las principales estrategias y valoraciones del grupo dirigente:


  • Hamás planeó inicialmente llevar a cabo el atentado, al que dio el nombre en clave de “el gran proyecto”, en otoño de 2022. Pero el grupo retrasó la ejecución del plan mientras trataba de persuadir a Irán y a Hizbulá para que participaran.


  • Mientras preparaban los argumentos dirigidos a Hizbulá, los dirigentes de Hamás dijeron que la “situación interna” de Israel —en aparente referencia a la agitación por los polémicos planes del primer ministro Benjamín Netanyahu de reformar el poder judicial— era una de las razones por las que se veían “obligados a avanzar hacia una batalla estratégica”.


  • En julio de 2023, Hamás envió a un alto cargo al Líbano, donde se reunió con un comandante superior iraní y solicitó ayuda para atacar lugares sensibles al comienzo del asalto.


  • El alto mando iraní dijo a Hamás que Irán e Hizbulá estaban de acuerdo en principio, pero que necesitaban más tiempo para prepararse; las actas no indican el grado de detalle del plan presentado por Hamás a sus aliados.


  • Los documentos señalan también que Hamás planeaba discutir el atentado con más detalle en una reunión posterior con Hassan Nasrallah, líder de Hizbulá en aquel momento, pero no aclaran si la discusión tuvo lugar.


  • Hamás se sentía seguro del apoyo general de sus aliados, pero llegó a la conclusión de que podría ser necesario seguir adelante sin su plena participación, en parte para impedir que Israel desplegara un nuevo y avanzado sistema de defensa antiaérea antes de que se produjera el asalto.


  • En la decisión de atacar también influyeron el deseo de Hamás de interrumpir los esfuerzos por normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, el afianzamiento de la ocupación israelí de Cisjordania y los esfuerzos israelíes por ejercer un mayor control sobre el recinto de la mezquita de Aqsa en Jerusalén, sagrado tanto en el islam como en el judaísmo y conocido por los judíos como el Monte del Templo.


  • Hamás evitó deliberadamente enfrentamientos importantes con Israel durante dos años a partir de 2021, con el fin de maximizar la sorpresa del atentado del 7 de octubre. En opinión de los dirigentes, “deben mantener al enemigo convencido de que Hamás quiere la calma en Gaza”.


  • Los dirigentes de Hamás en Gaza dijeron que habían informado a Ismail Haniyeh, líder político de Hamás en Catar, sobre “el gran proyecto”. Hasta ahora se desconocía si Haniyeh, asesinado por Israel en julio, había sido informado del atentado antes de que se produjera.

Preludio a la guerra

Los documentos proporcionan un mayor contexto sobre uno de los momentos más cruciales de la historia moderna de Medio Oriente, y muestran que fue tanto la culminación de un plan de años, como un movimiento en parte moldeado por acontecimientos específicos después de que Netanyahu volviera al poder en Israel a finales de 2022.

El ataque contra Israel causó la muerte de unas 1200 personas y llevó a Israel a bombardear e invadir Gaza, matando a decenas de miles de civiles y militantes palestinos. En última instancia, se convirtió en una guerra más amplia entre Israel y los aliados regionales de Hamás, que condujo al asesinato por Israel de altos dirigentes iraníes y de Hizbulá y a su invasión en Líbano, así como a los ataques con misiles balísticos de Irán contra Israel.

Hasta qué punto Irán y Hizbulá conocían los planes iniciales de Hamás ha sido uno de los misterios persistentes del 7 de octubre. La cuestión cobró nueva resonancia en las últimas semanas, tras la invasión israelí de Líbano y los ataques de Irán contra Israel.

El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ha negado públicamente que Irán tuviera algún papel en el atentado del 7 de octubre. Y funcionarios estadounidenses han descrito información de inteligencia que demuestra que los principales dirigentes iraníes fueron tomados por sorpresa, lo que alimenta las dudas de que Irán desempeñara un papel directo en la planificación. Pero los dirigentes de Hamás han hablado ampliamente del apoyo que han recibido de aliados regionales, y ha habido informes dispersos y a veces contradictorios de que funcionarios iraníes y de Hizbulá ayudaron a planear el atentado y a entrenar a los combatientes.

Las actas fueron descubiertas en un ordenador hallado a finales de enero por soldados israelíes mientras registraban un centro de mando subterráneo de Hamás en Jan Yunis, en el sur de Gaza, del que los dirigentes del grupo habían escapado recientemente.

El Times evaluó la autenticidad de los documentos compartiendo parte de su contenido con miembros y expertos próximos a Hamás. Salah al-Din al-Awawdeh, miembro de Hamás y ex combatiente de su ala militar, quien ahora trabaja como analista en Estambul, dijo que estaba familiarizado con algunos de los detalles descritos en los documentos y que mantener notas organizadas era coherente con las prácticas generales del grupo. Un analista palestino conocedor del funcionamiento interno de Hamás, que habló bajo condición de anonimato para discutir temas delicados, también confirmó ciertos detalles así como operaciones estructurales generales de Hamás que coincidían con los documentos.

El ejército israelí, en otro informe interno obtenido por el Times, llegó a la conclusión de que los documentos eran reales y representaban otro fracaso de los servicios de inteligencia a la hora de impedir el atentado del 7 de octubre. El Times también investigó los detalles mencionados en los registros de las reuniones para comprobar que correspondían a hechos reales.

El descubrimiento de estos documentos ha desatado recriminaciones entre las agencias de inteligencia israelíes. La revisión militar interna de los documentos cuestionó por qué los espías de Israel no lograron obtenerlos antes de que Hamás lanzara su ataque ni lograron discernir la estrategia descrita en ellos. Aunque Israel sí obtuvo los planes de batalla de Hamás antes del ataque del 7 de octubre, los mandos israelíes rechazaron repetidamente la idea de que Hamás tuviera la capacidad o la intención de llevarlos a cabo de forma inminente.

El ejército israelí declinó hacer comentarios. Hamás y Hizbulá no respondieron a las solicitudes de comentarios. La misión de Irán ante las Naciones Unidas negó las afirmaciones recogidas en las actas.

“Toda la planificación, toma de decisiones y dirección fueron ejecutadas exclusivamente por el ala militar de Hamás con base en Gaza, cualquier afirmación que intente vincularla a Irán o Hizbulá —ya sea parcial o totalmente— carece de credibilidad y procede de documentos fabricados”, dijo el comunicado iraní.

Hablar en clave

Los documentos insinúan por primera vez la operación en enero de 2022, cuando las actas muestran que los líderes de Hamás discutieron la necesidad de evitar verse arrastrados a escaramuzas menores para centrarse en “el gran proyecto”. Los agentes de inteligencia israelíes descubrieron que los líderes de Hamás utilizaban repetidamente la misma frase en contextos similares, pero los agentes no entendieron lo que significaba el término hasta que leyeron los documentos después del asalto, según dos funcionarios israelíes familiarizados con la información de inteligencia sobre los comandantes de Hamás.

Las actas no proporcionan una lista clara de todas las personas presentes en cada reunión, pero afirman que Sinwar asistió a todas las discusiones, mientras que su adjunto se unió al menos a tres. También figuran como asistentes varios mandos militares a los que solo se hace referencia por su alias.

Los analistas de los servicios de inteligencia israelíes, según varios funcionarios israelíes y la evaluación de los documentos por parte del ejército, llegaron a la conclusión de que los principales dirigentes militares de Hamás, Muhammad Deif, Marwan Issa y Muhammad Sinwar, se encontraban entre los que figuraban por su alias. El analista palestino conocedor del funcionamiento interno de Hamás también dijo que creía que las actas mostraban que Deif estaba presente.

Durante una reunión llevada a cabo en abril de 2022, los dirigentes celebraron cómo los momentos más tensos del mes musulmán del Ramadán habían transcurrido sin una escalada importante, lo que ayudó a Hamás a “ocultar nuestras intenciones” y “camuflar la gran idea (nuestro gran proyecto)”. Hablaron de conservar municiones y llevar a cabo “un gran y proceso de cubierta y engaño convincente”.

En junio de 2022, los dirigentes dijeron que la operación seguía cobrando impulso: señalaron que Hamás evitó un enfrentamiento con Israel después de que ultranacionalistas judíos celebraran una marcha provocadora por la Ciudad Vieja de Jerusalén a finales de mayo, fomentando la falsa impresión de que el grupo ya no buscaba una confrontación mayor. Aunque los dirigentes de Hamás han hablado en público de manera ambigua sobre cómo intentaron engañar a Israel en los años previos al atentado, las actas revelan el alcance de ese engaño.

En ese momento, los preparativos para el ataque estaban aproximadamente a un mes de su finalización, según las actas de junio de 2022. Los planes incluían atacar 46 posiciones de la división militar israelí que vigila la frontera, y luego atacar una importante base aérea y un centro de inteligencia en el sur de Israel, así como ciudades y pueblos.

Los dirigentes dijeron que sería más fácil atacar esas zonas residenciales si primero se invadían las bases militares, una predicción que resultó acertada el 7 de octubre. Estos planes militares parecían ser una versión simplificada y ligeramente modificada del plan de batalla más detallado que Israel interceptó en 2022 pero descartó.

En una muestra de qué tan encubierta fue la preparación del ataque, Sinwar y sus subordinados decidieron que los planes debían mantenerse en secreto para muchos combatientes de Hamás de rango inferior hasta algunas horas antes del asalto, según las actas de la reunión de junio.

En la misma reunión, Sinwar también discutió brevemente con sus colegas cómo un gran ataque contra Israel muy probablemente requeriría sacrificios, al parecer de civiles gazatíes. Fue la primera y única vez que se alude en las actas a las penurias que podrían sufrir los civiles palestinos. Desde el 7 de octubre, algunos dirigentes de Hamás han reconocido que el consiguiente contraataque israelí causó una enorme destrucción, pero dijeron que era un “precio” que los palestinos debían pagar por la libertad.

En una reunión de septiembre de 2022, el consejo de liderazgo parecía dispuesto a iniciar el ataque en el plazo de un mes, durante las altas fiestas judías, y Sinwar revisó los últimos planes de batalla. Los documentos no explican por qué se pospuso el ataque, pero un tema recurrente es el esfuerzo de los dirigentes de Hamás por conseguir el apoyo de Irán y Hizbulá para la operación.

Cortejando aliados

En diciembre de 2022, un nuevo gobierno de extrema derecha tomó posesión en Israel, devolviendo a Netanyahu al poder. Los dirigentes de Hamás señalaron en una reunión celebrada al mes siguiente que necesitaban tiempo para evaluar el comportamiento del gobierno, y afirmaron que Itamar Ben-Gvir, un ministro de extrema derecha conocido por sus acciones provocadoras hacia los palestinos, ya había realizado una polémica visita al complejo de la mezquita de Aqsa.

Los dirigentes predijeron que las acciones del gobierno “nos ayudarán a avanzar hacia el gran proyecto” al atraer la atención de los aliados de Hamás y reforzar el apoyo a su ataque.

En una reunión celebrada en mayo de 2023, Sinwar y sus colegas expresaron su alivio por haber pasado otro Ramadán sin verse envueltos en un enfrentamiento menor con Israel, a pesar de las tensiones en la mezquita de Aqsa y de una breve recrudecimiento entre Israel y la Yihad Islámica.

Una vez más, parecían dispuestos a ultimar los planes para el atentado. Según las actas, los dirigentes debatieron si lanzarlo el 25 de septiembre, cuando la mayoría de los israelíes estarían observando el Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío, o el 7 de octubre, que coincidía ese año con el día sagrado judío de Simchat Torá. Los líderes subrayaron la importancia de evitar cualquier intensificación importante con Israel que pudiera alterar sus preparativos finales.

“Tenemos que controlar el comportamiento de la Yihad Islámica y de otras facciones, para no recurrir a provocaciones que arruinarían nuestro proyecto”, decía el acta. Además, Hamás trataría de transmitir la impresión de que “Gaza quiere vida y crecimiento económico”.

En la misma reunión, el consejo de dirigentes dijo que querían llevar a cabo el ataque a finales de 2023 porque Israel había anunciado que estaba desarrollando un nuevo tipo de láser que podría destruir los cohetes de Hamás con más eficacia que su actual sistema de defensa antiaérea.

Hamás planeaba presentar el atentado a Hizbulá, según los documentos, como una forma de desbaratar los esfuerzos por normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, una medida que habría integrado aún más a Israel con Medio Oriente sin resolver del todo el conflicto palestino-israelí.

Según las actas de una reunión celebrada en agosto de 2023, el adjunto de Sinwar, Khalil al-Hayya, discutió el plan el mes anterior con el alto comandante iraní Mohammed Said Izadi, de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, quien tenía su base en Líbano y ayudaba a supervisar las relaciones de Teherán con los grupos armados palestinos. Esas actas también decían que al-Hayya tenía intención de planteárselo a Nasrallah, el líder de Hizbulá.

La reunión con Nasrallah se pospuso, y las actas de reuniones posteriores no aclaran si el diputado de Hamás pudo finalmente presentarle ese argumento en persona.

Aunque Hamás y funcionarios iraníes han reconocido previamente cierto nivel de coordinación antes del atentado, no se había informado previamente del alcance de sus comunicaciones.

Las actas también refutan los informes sobre una brecha entre los dirigentes de Hamás en Gaza y su líder político en Catar, Haniyeh. Las actas muestran que los dirigentes compartieron información sensible con Haniyeh, le informaron sobre “el gran proyecto” y decidieron que, de los dirigentes de Hamás en el exterior, solo él debía ser informado de las reuniones que al-Hayya esperaba celebrar con Hizbulá e Irán.

Las actas de agosto —el último documento visto por el Times— informaban de que al-Hayya había dicho al alto comandante iraní, Izadi, que Hamás necesitaría ayuda para atacar lugares sensibles durante “la primera hora” del ataque.

Según el documento, Izadi dijo que Hizbulá e Irán acogían el plan con satisfacción en principio, pero que necesitaban tiempo “para preparar el entorno”.

En consecuencia, los dirigentes de Hamás parecían esperanzados en que sus aliados no los dejaran “expuestos”, pero aceptaron que quizá tuvieran que llevar a cabo el ataque en solitario. El afianzamiento de la ocupación israelí de Cisjordania, así como la creciente presencia israelí en el recinto de la mezquita de Aqsa, “no pueden hacernos ser pacientes”, decía el documento de agosto.

La oficina de al-Hayya no respondió a las solicitudes de comentarios, pero en una entrevista con el Times el año pasado, describió el atentado de octubre como “un gran acto” que “despertó al mundo de su profundo sueño”.

Al final, Irán no atacó directamente a Israel hasta meses después del ataque de Hamás, y Hizbulá acudió en ayuda de Hamás solo el 8 de octubre, después de que Israel hubiera empezado a restablecer el control sobre sus fronteras. Hizbulá siguió distrayendo al ejército israelí de Gaza al lanzar cohetes contra Israel. El enfrentamiento desembocó en una guerra total en la que Israel asesinó a Nasrallah y a otros dirigentes de Hizbulá e invadió los bastiones del grupo en el sur de Líbano.

Hamás tuvo más éxito en sus esfuerzos por despistar a Israel. En las primeras horas del 7 de octubre, los oficiales de inteligencia israelíes detectaron que los combatientes de Hamás se habían embarcado en una maniobra inusual. Pero desestimaron su importancia, concluyendo que se trataba de un ejercicio de entrenamiento o de una maniobra defensiva.

“Se estima que Hamás no está interesado en una escalada ni en entrar en una confrontación en este momento”, señalaba un memorando confidencial distribuido por los oficiales de inteligencia a las 3:17 a. m., y revisado posteriormente por el Times.

Poco más de tres horas después, comenzó el ataque.

Farnaz Fassihi colaboró con reportería.


Ronen Bergman
es reportero de The New York Times Magazine y vive en Tel Aviv. Su libro más reciente es Rise and Kill First: The Secret History of Israel’s Targeted Assassinations, publicado por Random House. Más de Ronen Bergman


Adam Rasgon
es reportero del Times en Jerusalén y cubre asuntos israelíes y palestinos. Más de Adam Rasgon


Patrick Kingsley
es el jefe de la corresponsalía en Jerusalén, y lidera la cobertura de Israel, Gaza y Cisjordania. Más de Patrick Kingsley

Farnaz Fassihi colaboró con reportería.

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