La doctora Carolina Reyes, esposa de Xavier Becerra, habla sobre la lucha contra el racismo

La doctora Carolina Reyes, formada en Harvard y especializada en embarazos de alto riesgo, se dedicó a la medicina para ayudar a las mujeres a obtener atención sanitaria, especialmente a las marginadas o desatendidas que enfrentan un racismo sistémico. A lo largo de tres décadas ha visto avances, aunque lentos, pero el número de muertes maternas sigue aumentando cada año.

Por suerte, cuenta con el apoyo del secretario de Salud del presidente Joe Biden.

Reyes, de 64 años, está casada con el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, quien defiende la iniciativa de la administración de exigir a todos los estados que proporcionen cobertura de Medicaid a las madres durante un año después de dar a luz. En marzo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron datos que mostraban un aumento del 40% en las muertes maternas en Estados Unidos de 2020 a 2021. La tasa de mortalidad entre las mujeres afroamericanas fue 2.6 veces superior a la de las mujeres blancas, independientemente de su situación económica.

A lo largo de los años, Becerra ha hablado muy bien de la experiencia de su esposa, pero ella resta importancia a su influencia, diciendo que su marido durante casi 35 años “tenía en él desde el principio” la intención de mejorar la atención sanitaria para las mujeres y exigir menos muertes relacionadas con el embarazo. Ella también califica de inaceptable y evitable la elevada tasa de mortalidad materna del país.

Reyes, una latina que creció siendo una de ocho hijos en el corazón agrícola de California, ejerce ahora la perinatología en el Centro Médico UC Davis. Es miembro de un grupo del Departamento de Salud Pública de California que examina los casos de mortalidad materna y recomienda mejoras. Además, preside el consejo de la California Health Care Foundation, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para aumentar el acceso a la atención sanitaria. (KFF Health News produce California Healthline, un servicio editorial independiente de la California Health Care Foundation).

Su trabajo ha sido una mezcla de medicina y activismo, y le preocupan las recientes sentencias de los tribunales federales que erosionarán las victorias tan duramente peleadas en relación con la seguridad de las mujeres embarazadas y sus bebés. Habló de la crisis de salud materna del país y de las disparidades en la atención sanitaria; la entrevista se editó por extensión y mayor claridad.

La doctora Carolina Reyes, médico materno-fetal y esposa del secretario de Salud y Servicios Humanos de EEUU, Xavier Becerra, afirma que el aumento de la mortalidad materna es inaceptable cuando la mayoría de las muertes son evitables.
La doctora Carolina Reyes, médico materno-fetal y esposa del secretario de Salud y Servicios Humanos de EEUU, Xavier Becerra, afirma que el aumento de la mortalidad materna es inaceptable cuando la mayoría de las muertes son evitables.

P: ¿Cuándo se dio cuenta por primera vez de que existen disparidades en el sistema sanitario?

R: Cuando estaba en la preparatoria, en el Distrito Escolar Unificado de Fresno, estábamos sometidos a un decreto de consentimiento para eliminar la segregación racial. Por aquel entonces, yo era la presidenta del órgano estudiantil de Roosevelt High School. Me pidieron que formara parte del grupo de trabajo para la desegregación del distrito escolar unificado, donde el distrito tenía que elaborar un plan.

Fue una época en la que realmente me di cuenta de cómo se hacen las políticas a un nivel más amplio, a nivel social, que realmente determinan dónde vive la gente, dónde pueden buscar atención sanitaria, dónde van a la escuela. Esa experiencia tuvo un tremendo impacto en mi vida en cuanto a lo que quería hacer en mi carrera y cómo retribuir algo a la sociedad.

P: Estados Unidos tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero la tasa de mortalidad materna es alta en comparación con otros países desarrollados. ¿A qué cree que se debe?

R: Lo que sabemos por los CDC y los comités de revisión de la mortalidad materna es que alrededor del 60% de las muertes maternas se consideran evitables. Y eso es en lo que me he centrado: ¿Qué podemos hacer para reducir la gravedad de la enfermedad? ¿O qué podemos hacer dentro del papel que desempeñamos en la salud materna para reducir eso?

Sabemos que hay problemas sociales que aumentan los riesgos de las mujeres y que hay problemas de salud pública. Pero los hospitales pueden contribuir a reducir ese riesgo. Hace 10 años, formé parte del comité de revisión de la mortalidad materna del estado de California, cuando empezamos a revisar los casos de mujeres que morían dentro de los sistemas hospitalarios para ver: “¿Hay algún papel que podamos desempeñar en un sistema hospitalario para reducir ese riesgo?”.

Nos dimos cuenta de que, a veces, había enfermedades que no se reconocían con la suficiente antelación, por lo que se producía un retraso en la atención. A veces había un diagnóstico erróneo. O en algunos sistemas hospitalarios, especialmente los rurales, donde no hay tantos recursos, a veces faltaban especialistas. Así que hemos identificado estos riesgos y hemos dicho: “Podemos hacer algo al respecto”.

P: Usted formó parte hace 20 años de un grupo federal que publicó un reporte pionero que identificaba el racismo en la atención sanitaria. Parece como si pudiéramos estar mucho más avanzados.

R: El objetivo de ese comité era responder realmente a la pregunta: ¿Reciben los pacientes un nivel de atención diferente en función de su raza? Mirando en retrospectiva, sabíamos que había algo, pero realmente no lo identificábamos. Y el comité tardó meses en llegar a ese acuerdo, que había una diferencia. Sinceramente, fue algo monumental, porque antes no teníamos ese nivel de consenso. Decir: “Este trato es desigual e inaceptable” fue algo realmente profundo.

Pensamos que el reporte de 700 páginas iba a ser un periodo en el que iba a haber un movimiento tremendo, y creo que he aprendido a lo largo de 20 años que el cambio no se produce rápidamente, en especial cuando los proveedores y los sistemas sanitarios no ven que desempeñan un papel. Es como... “Muy bien, quizás exista, pero no para mí”.

Todos vimos a George Floyd y cómo fue tratado. Y durante el COVID vimos una enorme diferencia en quién estaba muriendo, ¿verdad? Las minorías subrepresentadas; sin duda en mucho mayor número. Fue esa culminación la que nos hizo darnos cuenta del elefante en la habitación. No podemos ignorar que esto existe, que hay una diferencia en cómo se trata a la gente, incluso en nuestro sistema sanitario.

P: Al abordar el racismo en la atención sanitaria, usted habla de diversificar no solo al personal sanitario, sino también a los consejos de administración de los hospitales y los sistemas sanitarios. ¿Por qué es importante?

R: En los consejos de administración, el cambio es difícil. Pero todos desempeñamos un papel, porque el liderazgo realmente ayuda a determinar gran parte de lo que se lleva a cabo. Por lo tanto, contar con un liderazgo comprensivo y representativo de las comunidades a las que sirven, creo que ha quedado demostrado que marcamos la diferencia.

P: Como proveedora de atención sanitaria, ¿tiene alguna lista de políticas que le gustaría que adoptara el gobierno?

R: Se hizo un gran esfuerzo por ofrecer servicios sanitarios preventivos como parte de la cobertura de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible [ACA]. Y las personas exhalaron, pensando por fin que esto es una tremenda victoria, especialmente para las mujeres embarazadas. Porque hemos luchado para que los servicios de salud preventiva les ayuden a tener acceso para que puedan prepararse para su embarazo. Así que, para las mujeres, esto fue enorme. Pero ahora que el tribunal federal de Texas ha dictaminado que el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos no tiene ninguna autoridad, es un retroceso enorme.

Tenemos estándares cultural y lingüísticamente apropiados, pero es una cuestión de cómo se aplican en cada estado y en cada sistema hospitalario. Mi lista de deseos es que realmente escuchemos a nuestros pacientes, que les hablemos en el idioma que elijan y que les proporcionemos material escrito en el idioma que elijan. No lo hacemos del todo.

P: Ha mencionado una sentencia de Texas sobre la ACA. ¿Qué opina de la sentencia de otro juez de Texas que suspende la píldora abortiva? Y la anulación por la Corte Suprema de Estados Unidos del caso Roe contra Wade?

R: Como especialista en medicina materno-fetal que intenta ayudar a las mujeres a planificar sus embarazos, esas sentencias son un tremendo revés.

P: ¿Y qué pasa con las mujeres de color? ¿Tendrán más dificultades para acceder a los servicios de aborto?

R: Por supuesto. Cuando hablamos de minorías subrepresentadas o con menos recursos, tienen menos recursos para buscar la atención adecuada. Algunas mujeres pueden tener la oportunidad de ir a otro estado o buscar atención en otro lugar si su estado no se la proporciona. Muchas mujeres simplemente no tienen esos recursos para dedicarlos a eso y no tienen opción. Por tanto, veremos cómo se amplía esa disparidad”.

Kaiser Health News es un servicio de noticias sin ánimo de lucro que cubre temas de salud. Es un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation, que no está afiliada a Kaiser Permanente.