Diversos factores contribuyen a las cifras récord de cruces ilegales en la frontera

Por segundo año consecutivo, el número de cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México superó los dos millones.
Por segundo año consecutivo, el número de cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México superó los dos millones.

Por segundo año consecutivo, el número de cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México superó los dos millones, según datos del gobierno publicados este mes.

El año fiscal 2022 estableció un récord de 2,2 millones de cruces fronterizos ilegales. Estas cifras no incluyen los cruces en los puestos de control oficiales. Si se incluyen, los cruces de migrantes en el año fiscal 2023 alcanzan una cifra récord.

La inmigración es un tema trascendental en la agenda del presidente Joe Biden. Los republicanos dicen que sus políticas de inmigración son demasiado débiles para reducir el número de migrantes en la frontera. Algunos miembros de su propio partido, como los alcaldes de Chicago y Nueva York, han afirmado que sus ciudades carecen de recursos suficientes para dar cobijo y otros tipos de asistencia al creciente número de inmigrantes.

Tanto los cambios en las políticas estadounidenses como las pautas migratorias mundiales y la evolución demográfica de los migrantes son factores que influyen en los niveles elevados de cruces ilegales que se han visto en la frontera durante los últimos años.

Cambios en la política estadounidense

El Título 42, una política migratoria de la época de la pandemia, se usó durante más de tres años, con el argumento de proteger la salud pública, para expulsar rápidamente a los migrantes que intentaban cruzar la frontera de manera ilegal. Fue promulgada por el expresidente Donald Trump en marzo de 2020 y ampliada durante el gobierno de Biden.

La política expiró en mayo, y el número de aprehensiones en la frontera cayó más de un 40 por ciento en junio. Desde entonces, el número de cruces fronterizos ilegales ha aumentado cada mes al punto de que los agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron casi 220.000 detenciones tan solo en septiembre.

Antes de que expirara el Título 42, el gobierno de Biden creó más vías legales de entrada para los migrantes. Al mismo tiempo, se endurecieron los castigos por cruzar ilegalmente. Las autoridades afirman que esto redujo el número de cruces ilegales en mayo y junio, ya que más inmigrantes utilizaron las nuevas vías legales habilitadas. Pero los expertos afirman que no esperaban que ese descenso fuera duradero.

“Cada vez que se producen cambios en las políticas fronterizas, se produce una especie de calma mientras todo el mundo se da cuenta, y después aumentan las cifras”, explicó Denise Gilman, profesora y directora de la Clínica de Inmigración de la Universidad de Texas en Austin.

Migración global

Los patrones de migración mundial han contribuido al aumento reciente de los cruces fronterizos ilegales. Por ejemplo, la economía de Venezuela se desmoronó hace más o menos una década, lo que provocó una salida masiva de la población del país. La violencia de las pandillas en Centroamérica ha obligado a muchos a huir. La crisis económica, la violencia y las fuerzas políticas han desplazado a millones de personas y enviado a más gente a Estados Unidos en busca de refugio.

En el pasado, la mayoría de los migrantes llegaban a Estados Unidos desde México, pero en la última década cada vez más vienen del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador). Más recientemente, los migrantes de otros países han representado casi la mitad de los cruces fronterizos ilegales.

Durante años, Estados Unidos y México han mantenido un acuerdo diplomático en virtud del cual México ha aceptado acoger a los migrantes mexicanos que Estados Unidos deporta. Este acuerdo suele entrar en vigor antes de que Estados Unidos deporte o expulse a los migrantes a sus países de origen. Cuando se aprobó el Título 42, México también acordó aceptar a los migrantes expulsados del Triángulo Norte.

Los migrantes de otros países que carecen de estas relaciones diplomáticas se arriesgan en la frontera con la esperanza de ser liberados, al menos temporalmente, en Estados Unidos. En particular, cientos de miles de venezolanos se han presentado en la frontera sur desde el comienzo de la pandemia. Fueron el tercer grupo que más veces cruzó ilegalmente la frontera el año pasado, después de los mexicanos y los guatemaltecos.

Más tarde, México aceptó a algunos inmigrantes de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua. Este mes, el gobierno de Biden empezó a deportar a migrantes de regreso a Venezuela, después de que su presidente accediera a aceptarlos.

Más familias

Hasta ahora, la mayoría de las detenciones fronterizas estaban conformadas por adultos que viajaban solos. Pero entre junio y septiembre, los agentes fronterizos estadounidenses detuvieron a más miembros de familias que intentaban cruzar la frontera que en cualquier otro año fiscal completo anterior.

A veces es más difícil para los agentes fronterizos detener, deportar o aplicar otros castigos a familias que a adultos solos. Hay un límite legal para el tiempo que se puede retener a los niños, y el gobierno de Biden puso fin a la práctica de detener a las familias en 2021.

Las familias quizá estén respondiendo a esta medida, pues han llegado a la frontera en lugar de esperar una cita en un puesto de control oficial o a través de un programa humanitario. De enero a mayo, las personas que cruzaron la frontera en familia representaron alrededor de una quinta parte del total de detenciones fronterizas. Tanto en agosto como en septiembre, ese porcentaje aumentó a cerca de la mitad.

Los expertos afirman que la política estadounidense de intentar disuadir a la gente de cruzar no podría funcionar a largo plazo. Dicen que, aunque la gente quiere estar segura y seguir las normas, las vías legales tienen una capacidad limitada, restricciones de ubicación y largos tiempos de espera. Esto hace que muchos migrantes traten de entrar al país de cualquier manera, se apegue o no legalmente a las políticas actuales.

“Todavía no hemos visto una política fronteriza restrictiva que funcione en términos de mantener bajas las cifras en la frontera”, dijo Gilman. “Simplemente no funciona así porque la gente está huyendo de situaciones extremadamente peligrosas”.

c.2023 The New York Times Company