La disputa territorial entre Pekín y Manila, clave en la reunión EE.UU., Japón y Filipinas

Bangkok, 10 abr (EFE).- El conflicto soberanista entre Pekín y Manila, que se concentra últimamente alrededor de unos atolones del mar de China Meridional, es uno de los asuntos candentes que abordarán los mandatarios de Estados Unidos, Japón y Filipinas en la primera cumbre trilateral que celebran estos países este jueves.

En la reunión en Washington, está previsto que el presidente estadounidense, Joe Biden; su homólogo filipino, Ferdinand Marcos Jr.; y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, envíen un mensaje a Pekín a propósito del aumento del acoso de buques chinos contra barcos filipinos en aguas disputadas en el citado mar.

Estos tres países, que realizaron una patrulla conjunta de barcos de sus Guardias Costeras en el mar de China Meridional por primera vez el pasado junio, también negociarán formalizar estas misiones de manera periódica, según explicó el embajador filipino en Washington, Jose Manuel Romualdez, en una entrevista con el canal filipino ANC.

Aumento de incidentes marítimos

En los últimos meses se han multiplicado los enfrentamientos entre buques chinos y filipinos en el mar de China Meridional, principalmente en torno a los atolones de Scarborough y de Second Thomas, adonde acuden pescadores filipinos a faenar.

Las autoridades filipinas alegan que los atolones se encuentran dentro de las 200 millas náuticas (370 kilómetros) de su zona de exclusividad económica, que según la ley internacional le da derecho a la explotación de los recursos aunque sea consideradas aguas internacionales.

Pekín, que tiene una flota mucho mayor que la filipina, alega razones históricas para reclamar casi la totalidad del mar de China Meridional, por el que circula alrededor del 30 % del comercio global y que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, además de yacimientos de petróleo y gas.

El último enfrentamiento tuvo lugar el pasado 23 de marzo cerca de Second Thomas cuando varios barcos de la Guardia Costera y de la milicia marítima de China rodearon a un barco de aprovisionamiento filipino, contra el que usaron cañones de agua que causaron daños en el navío y varios heridos, un incidente similar a otro ocurrido el día 5 del mismo mes.

Las autoridades filipinas envían regularmente misiones de aprovisionamiento a Second Thomas (conocido en Filipinas como Ayungin y en china como Ren'ai Jiao), donde cuenta con un barco varado, el Sierra Madre, con un pequeño destacamento militar.

Manila dejó de manera intencionada el Sierra Madre en 1999 en Second Thomas, en el archipiélago Spratly, para reclamarlo como propio.

Los encontronazos entre buques chinos y filipinos también se producen con regularidad en torno al atolón de Scarborough (conocido como bajo de Mansiloc en Filipinas y como Huangyan Dao en China), situado cerca de la isla filipina de Luzón y ocupado por las fuerzas chinas en 2012.

El pasado septiembre, miembros de la Guardia Costera filipina retiraron una barrera marina en Scarborough que impedía faenar a los pesqueros filipinos, pero las autoridades chinas colocaron otra red unos meses más tarde.

Giro de la política de Filipinas hacia EE.UU.

Según la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia (AMTI, siglas en inglés), solo en torno a Second Thomas buques chinos acosaron hasta en cinco ocasiones a navíos filipinos, principalmente usando cañones de agua, frente a un incidente serio registrado el año anterior.

El aumento de las tensiones soberanistas se incrementó después de que el actual presidente filipino decidiera acercarse a Estados Unidos dando un giro a la política diplomática de su antecesor, Rodrigo Duterte (2016-2022), quien se alineó con Pekín con la esperanza de rebajar las tensiones en las aguas disputadas y conseguir inversiones.

Filipinas, que tiene un acuerdo de defensa mutua con EE.UU., ha tratado diversas vías para proteger sus intereses en sus aguas en el mar de China Meridional.

En 2013, inició un litigio ante la Corte de Arbitraje Permanente de La Haya, que tres años más tarde falló a favor de Manila y afirmó que los "derechos históricos" esgrimidos por Pekín en el mar de China Meridional no tienen justificación legal.

Las autoridades chinas, que se negaron a participar en este litigio, han desacatado el laudo hasta hoy día y siguen defendiendo sus reclamaciones sobre el conocido como el mapa de las nueve líneas que cubre casi todo el mar de China Meridional, incluidos los archipiélagos Spratly y Paracel.

Además de Pekín y Manila, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunéi también reclaman parte de este estratégico mar, donde Estados Unidos y la Unión Europea defienden la libertad de navegación frente las reivindicaciones sobernistas de China.

Curiosamente, Estados Unidos exige a Pekín que cumpla con sus obligaciones como signataria de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, a pesar de que Washington es de los pocos países que no ha firmado este tratado.

Gaspar Ruiz-Canela

(c) Agencia EFE