Disfunción en Miami: los electores exigieron una reorganización del Ayuntamiento | Opinión

Las elecciones de noviembre en la ciudad de Miami no podían haberlo dejado más claro: los electores quieren un cambio después de destituir a un presidente en funciones y a un comisionado suspendido que había sido detenido por corrupción y soborno.

No hay soluciones sencillas para Miami, pero hay reformas que la ciudad debe explorar para hacer que el gobierno trabaje para su gente y no para los que están en el poder. El primer paso debería ser ampliar la Comisión Municipal de cinco a siete o nueve miembros para tener en cuenta el crecimiento de la población y crear más representación en un estrado que actualmente carece de ella. Esta fue la primera recomendación de la Junta Editorial en nuestra serie Disfunción en Miami y la idea ha ganado adeptos entre los activistas de la comunidad y los electores.

Los nuevos comisionados Damián Pardo y Miguel Gabela tienen el mandato de abordar los problemas sistémicos de Miami con el abuso de poder, pero no es solo responsabilidad suya: sus tres colegas también están sobre aviso.

Miami tuvo un 2023 tumultuoso, marcado por el arresto en septiembre del ex comisionado Alex Díaz de la Portilla, quien perdió frente a Gabela en noviembre. En junio, un jurado federal emitió un veredicto de $63.5 millones contra el comisionado Joe Carollo por perseguir a dos propietarios de negocios, usando la policía y la aplicación de códigos para acosarlos. Carollo apeló la sentencia. Por otro lado, los pagos por consultoría que el alcalde Francis Suárez recibió de un urbanizador con negocios ante la ciudad están siendo investigados a nivel federal.

Entre los comisionados que hablaron con la Junta Editorial, Pardo es el único que se está tomando en serio las reformas: dijo que propondrá la creación de un comité de revisión de los estatutos y que examinará las áreas de los estatutos de la ciudad —que funciona como la constitución de Miami— que necesitan cambios, entre ellos el tamaño de la comisión. Cualquier cambio en la estructura política de la ciudad requiere una enmienda aprobada por los electores.

Pardo también quiere considerar la posibilidad de limitar los ingresos externos de los funcionarios electos y trasladar las elecciones de años inhábiles como 2023 a años de elecciones de mitad de mandato y presidenciales para remediar la baja participación electoral de Miami. Esta última fue también una de las recomendaciones de la Junta Editorial en Disfunción en Miami.

Pardo dijo que la idea de ampliar la comisión surgió durante varios foros de electores durante su campaña para representar al Distrito 2, que se extiende desde Coconut Grove hasta el centro y Morningside. Pardo derrotó a la ex comisionada Sabina Covo en una segunda vuelta en noviembre.

“Podemos usar distritos más pequeños que estén más orientados al servicio de los habitantes”, le dijo Pardo a la Junta Editorial.

Miami, con 450,000 habitantes, destaca entre ciudades de tamaño similar, como Tampa y Atlanta, que tienen poblaciones parecidas, pero comisiones más grandes. El tamaño del órgano legislativo de Miami es más comparable al de pequeñas ciudades de la Florida con menos importancia política que la puerta de Estados Unidos a Latinoamérica.

Miami se está convirtiendo en un destino de talla mundial y en un centro financiero y de negocios. Debe actuar como una gran ciudad.

Actualmente, tres comisionados elegidos con una participación electoral inferior al 15% constituyen la mayoría en la mayor parte de las decisiones. Esto permite una concentración de poder de la que se aprovecharon, por ejemplo, Carollo y Díaz de la Portilla. Con solo un voto más para reinar en la comisión, usaron su poder para intimidar a otros funcionarios de la ciudad.

Hay un dicho común en la política de Miami: todo el que necesita algo del Ayuntamiento sabe contar hasta tres y eso incluye a los que, como nosotros, queremos ver reformas. En este caso, estamos pidiendo a los comisionados que voten para diluir su propio poder, pero semejante muestra de servicio público no es fácil en Miami.

Carollo le dijo a la Junta Editorial “Siempre tengo la mente abierta”, pero no cree que una comisión más grande resuelva los problemas de la ciudad. En su lugar, culpó a las fuerzas del orden y a los medios de comunicación por no responsabilizar a los infractores. A este respecto, señalamos que gracias a los reporteros de Herald salieron a la luz los contratos de trabajo externos de Suárez y su ausencia del Ayuntamiento. Los medios de comunicación también cubrieron la sentencia civil federal contra Carollo por usar su cargo público para tomar represalias contra dos empresarios, William Fuller y Martín Pinilla, y una investigación policial estatal y local que duró años condujo a la detención de Díaz de la Portilla y de un miembro de un cabildero municipal.

El comisionado Manolo Reyes le dijo a la Junta Editorial durante su campaña de reelección este otoño “No creo que la respuesta sea el número de comisionados: es la calidad de los comisionados”. Es un argumento sólido, pero creemos que solo tiene razón a medias.

Gabela y la comisionada Christine King no respondieron a las solicitudes de comentarios. La vocera de King escribió en un correo electrónico que “no ha oído nada significativo” sobre peticiones para ampliar la comisión, “así que no estoy segura de que una conversación fuera fructífera”.

Estamos en total desacuerdo.

Los miamenses claman por un cambio. Personas razonables pueden estar en desacuerdo sobre las soluciones, pero nuestros comisionados le deben a un electorado desconfiado explorar cómo sacudir el Ayuntamiento de una manera positiva.



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