Diseñadora vendía bolsos a famosos, pero sus productos ilegales le costaron la cárcel

Una diseñadora colombiana cuyas creaciones fueron codiciadas por celebridades de todo el mundo —desde la estrella del pop Britney Spears hasta miembros del reparto de la exitosa serie de HBO “Sex and the City”— fue condenada el lunes a 18 meses de cárcel después de ser declarada culpable de enviar ilegalmente bolsos de lujo fabricados con pieles de reptiles exóticos a través de Miami hasta Nueva York.

Dado que ya había estado encarcelada la mayor parte de ese tiempo en su país antes de ser extraditada a Estados Unidos el pasado agosto, Nancy Teresa González de Barberi solo tendrá que pasar entre uno y dos meses en prisión en este país.

En noviembre, González se declaró culpable de los cargos de conspiración y contrabando ante un tribunal federal de Miami en lugar de llegar a un acuerdo con la fiscalía, porque sus abogados defensores y los fiscales estadounidenses estaban en desacuerdo sobre las pruebas. González, de 70 años, permanecerá en libertad bajo fianza hasta el 6 de junio, fecha en la que el juez federal de distrito Robert Scola ordenó su entrega a las autoridades penitenciarias.

Sus abogados Sam Rabin y Andrea López, quienes defendieron que no fuera encarcelada en Estados Unidos, calificaron la decisión de Scola de “muy justa”. Los fiscales instaron inicialmente al juez a que le impusiera una pena de prisión de casi seis años antes de que Scola revisara las directrices de condena a un nivel inferior basándose en el valor de las pieles usadas en la fabricación de sus bolsos, no en el precio real de las etiquetas. Entonces, los fiscales le pidieron que impusiera una pena de dos años y medio.

A pesar de la mala reputación de la diseñadora, su marca “Nancy González” fue en su día tan popular entre los amantes de la alta costura que el actor Stanley Tucci la promocionó en la exitosa película “The Devil Wears Prada”.

González vendió sus bolsos por más de $2,000, cada uno a personalidades como la “Princesa del pop” Britney Spears, Salma Hayek y Victoria Beckham. Sostuvo que la mercancía que su empresa enviaba a través de Miami a los minoristas de lujo de Nueva York se fabricaba con pieles de reptiles criados en granjas, como el caimán y la pitón, y no con pieles de especies silvestres protegidas, en contra de la opinión de los fiscales.

Los abogados de González dijeron que sus bolsos de mano, bolsas y carteras estaban hechos con pieles de caimán y pitón criados en cautividad y no técnicamente de especies silvestres protegidas por la legislación internacional sobre especies en peligro de extinción; también dijeron que había obtenido las licencias y declaraciones adecuadas para la gran mayoría de sus mercancías enviadas a Estados Unidos.

Los fiscales de la Fiscalía Federal y el Departamento de Justicia (DOJ) discreparon, diciendo que González importó ilegalmente mercancía fabricada con pieles de especies amenazadas de caimán y pitón usando mensajeros para transportar cientos de sus bolsos sin los permisos o declaraciones adecuados a través de Miami a Nueva York, citando la acusación presentada en el sur de la Florida.

“La presión de los negocios, los plazos de producción u otros factores económicos no son justificación para que nadie burle a sabiendas el sistema e intente escribir sus propias excepciones a las leyes sobre tráfico de especies silvestres”, dijo el Fiscal Federal Markenzy Lapointe en un comunicado tras la sentencia del lunes.

La diseñadora de bolsos Nancy González aparece en 2008 autografiando uno de sus bolsos en la tienda Neiman Marcus de Bal Harbour. La diseñadora colombiana estaba en la ciudad para mostrar su última colección.
La diseñadora de bolsos Nancy González aparece en 2008 autografiando uno de sus bolsos en la tienda Neiman Marcus de Bal Harbour. La diseñadora colombiana estaba en la ciudad para mostrar su última colección.

En la acusación se culpaba a la diseñadora, a su empresa con sede en Nueva York Gzuniga Ltd. y a dos empleados que trabajaban para su empresa de fabricación colombiana.

El lunes, el juez le ordenó a Gzuniga, que se declaró culpable junto con González, que confiscara su inventario de bolsos incautado previamente por las autoridades federales y le prohibió a la empresa cualquier actividad relacionada con el comercio de fauna y flora silvestres durante tres años; asimismo, fue condenada a tres años de libertad condicional.

Su socio Diego Mauricio Rodríguez Giraldo, quien también se declaró culpable, fue condenado a casi dos años, pero se le dio crédito por haber cumplido ya todo ese tiempo en Colombia antes de su extradición y en Miami mientras estaba detenido antes del juicio; otro socio, John Camilo Aguilar Jarmillo, también se declaró culpable en abril y espera su sentencia.

La acusación inculpó a González, a su empresa estadounidense Gzuniga y a los otros dos acusados de solicitar a amigos, familiares y empleados de su empresa de fabricación en Colombia que actuaran como mensajeros y transportaran cientos de bolsos de diseño sobre sí mismos o en su equipaje mientras viajaban en aerolíneas de pasajeros al Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) y al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) entre febrero de 2016 y abril de 2019.

Otra de las empleadas de González, Paola Soto, desempeñó un papel central como mensajera, de acuerdo con los fiscales. Se declaró culpable en 2022 de los cargos de conspiración y contrabando y recibió una sentencia inicial de dos años y medio de prisión en virtud de un acuerdo con los fiscales Tom Watts-FitzGerald y R.J. Powers; sin embargo, su pena se redujo a unos nueve meses después de que cooperara como testigo contra González y los demás acusados.

Otro empleado, Eric Schneider, director general de la sala de exposiciones de Gzuniga en Manhattan, también se declaró culpable en 2022 de un delito menor al cooperar con los fiscales. Fue declarado culpable de vender “a sabiendas” unos 1,000 bolsos y clutches de diseño de piel de caimán que estaban hechos de especies en peligro de extinción e importados ilegalmente de Colombia.

“Una vez que los bolsos de diseño se introducían de contrabando en Estados Unidos, se entregaban o enviaban a la sala de exposiciones de Gzuniga en Manhattan, Nueva York, en donde se exponían para que los minoristas de lujo los vieran y los compraran para revenderlos en sus tiendas”, se lee en un comunicado de prensa emitido por la Fiscalía Federal en Miami tras la extradición de González el año pasado. “El precio promedio de venta al público de estos bolsos de la marca Nancy González superaba los $2,000”.

Los creativos bolsos de la colombiana se vendían en Bloomingdale’s, Neiman Marcus y otros grandes almacenes de lujo, al igual que los llevaban los personajes de la popularísima serie romántica de HBO “Sex and the City”, ambientada en el mismo vecindario neoyorquino, Manhattan, en donde González causó sensación por primera vez.