“La diplomacia argentina está desorganizada y politizada”, advierte el exvicecanciller Zlauvinen

Gustavo Zlauvinen, exvicecanciller
Gustavo Zlauvinen, exvicecanciller - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Gustavo Zlauvinen habla de construir un par de habitaciones en la sede de Apsen, la sede de la asociación profesional del servicio exterior (Apsen) que nuclea a 1500 diplomáticos activos o retirados que preside desde el año pasado, con mandato hasta 2024. “Los diplomáticos que son del Interior y vienen por alguna urgencia a Buenos Aires y no tienen donde quedarse. Acá hay lugar”, dice Zlauvinen, ex vicecanciller de la gestión Cambiemos y fuertemente crítico del manejo interno de la cancillería durante las gestiones de Felipe Solá y Santiago Cafiero. “Está todo desorganizado y politizado”, asegura el diplomático de carrera. En la larga charla con LA NACION, pintará un panorama desolador que combina problemas operativos serios como la falta de aire acondicionado o las inundaciones en un ascensor del edificio frente al Palacio San Martín, pero también cuestiones pendientes como el pago de 31 jubilaciones demoradas por el Anses, el “congelamiento” de embajadores no kirchneristas o la designación de personal político más allá de lo establecido por ley.

-Se habla de un edificio deteriorado, de cosas que no funcionan. ¿Son casos puntuales o hablamos de algo más sistemático?

-Forma parte de un contexto mucho más grande y grave, demuestra la impericia en el manejo de la Cancillería, aunque hay que reconocer que muchas cosas que vienen de mucho más lejos. En el caso de los aires acondicionados, se sabía desde el año pasado que de las cuatro torres de enfriamiento ninguna funcionaba, hay un problema estructural grave, pero si sos operativo buscas las mejores maneras de resolverlo. Se ha planteado de diferentes maneras, ha habido planteos al Ministerio de Trabajo, hubo otros sectores como los baños, o uno de los ascensores con agua adentro, con todo el riesgo que ello implica.

-¿No hay recursos o se utilizan mal?

-Para mí hay un mal manejo de los recursos, y sobre todo de las prioridades. Recursos hay, aunque sean limitados, de hecho vos ves designaciones políticas acá o allá. El calor o las dificultades en el edificio no sólo afectan a los diplomáticos que trabajamos allí sino también a los empleados públicos contratados, personal de maestranza, no nos quejamos solo por nosotros los diplomáticos. Un día había 38, 39 grados en la calle, y medimos la temperatura adentro del edificio, dónde no se pueden abrir las ventanas...hacían 48 grados. Hay desidia por parte de las autoridades, e inoperancia, la empresa que habían contratado era de una sola persona que finalmente no pudo conseguir lo que se necesitaba para la reparación. Jugaban, además, a que pasara la ola de calor, y no pasó, con gente desmayada por el calor, además.

-¿Cómo ve el servicio exterior en este contexto?

-Desorganizado y politizado. Politizado con las designaciones, más allá de los embajadores políticos que un decreto que los limita a 25 y que se estaría cumpliendo como en todos los gobiernos. La cuestión es la idoneidad, no mandes a alguien sin idoneidad a vincularte con un país complejo, ni tampoco es bueno ideologizar los vínculos diplomáticos. Lo que más nos preocupa es la designación de funcionarios políticos en cargos que siempre fueron de colegas, un ejemplo (aunque no quiero hablar de la persona) es el director de personal, desde esta administración y por primera vez en su historia no es un diplomático.

Entrevista a Gustavo Zlauvinen, exvicecanciller
Entrevista a Gustavo Zlauvinen, exvicecanciller - Créditos: @Ricardo Pristupluk

-¿Por qué sería malo en sí mismo?

-Porque la carrera diplomática tiene muchas especificidades, las embajadas son pequeños infiernos, hay problemas, hay roces entre los funcionarios, y más en un destino difícil, hace falta alguien que haya pasado por ahí, que a los primeros síntomas de problemas esté allí para mediar. No lo hacen, y nosotros terminamos muchas veces desde el Apsen interviniendo, y aconsejando qué es lo que hay que hacer antes de que lleguen las sanciones, y el consiguiente gasto para la Cancillería.

-Durante la gestión de Solá se “congeló” a varios embajadores que no eran kirchneristas…

-Así es, aquí tenés uno (se sonríe)

-¿Es una situación que continúa?

-Sí, claro. A uno o dos les ofrecieron destinos afuera, pero el resto como (Carlos) Foradori, Daniel Raimondi, Daniel Chuburu, y muchas otras, seguimos cobrando (cosa que no es muy linda) y sin destino asignado.

-Muchos embajadores políticos asumieron en el Gobierno anterior. ¿No pasaba lo mismo en esa gestión?

-No. Cuando asumió, (Susana) Malcorra se reunió con el vicecanciller saliente, Eduardo Zuaín (hoy en Rusia) y le preguntó dónde quería seguir, le respondió que a Paraguay, y allí fue. Los destinos sensibles son, claramente, para dirigentes de confianza del Presidente y del canciller, pero se actuó diferente. Esto no es nuevo, en el final de la gestión de (Héctor) Timerman, se designó a 19 colegas que habían trabajado con él a distintas embajadas y con Macri se quedaron, y cuando se va Macri hicieron al revés, nos “bajaron” a todos.

-¿Qué ocurre con las jubilaciones de diplomáticos de carrera? En su momento estaban demoradas…

-Tenemos 31 colegas jubilados de distintas simpatías políticas desde hace más de tres años, a los que Anses no les da el alta, sin ninguna justificación. Presentamos todos los papeles, la ley nos permite jubilarnos a los 67 o a los 70 si sos embajador, por lo que muchos de nosotros aportamos 40 años.

-¿Qué argumentos les dan?

-Nos dicen que falta tal o cual papel, Estamos presentando una denuncia penal contra la Anses, por violar el derecho alimentario, hemos pedido reuniones con (Fernanda) Raverta, que no se nos concede. Esto tampoco ha ocurrido nunca. Si es que no hay dinero, nadie debería cobrar su jubilación, incluida la vicepresidenta. Hay, aunque no pueda probarlo, una decisión política de trabar esta salida, es gente que ya fue dada de baja, y está en un limbo sin cobrar la jubilación.

-Una encuesta de Apsen determina justamente que la diplomacia es, para los consultados, una carrera de altos ingreso y no tan sacrificada. ¿Es así?

-Hay mucho desconocimiento de las especificidades de la carrera. Hay que tener título, un examen de ingreso exigente, prepararse en el Isen, y tal vez te toca un destino difícil, con riesgo serio de vida, con guerras civiles, bombardeos, terremotos, ahí la inmunidad diplomática no cuenta. Es un servicio, tenemos esa vocación y no es para hacer dinero, nuestros sueldos en el Exterior están equiparados a los de Naciones Unidas, pero nos queda un 54 por ciento descontados los impuestos.

-¿Estamos aislados del mundo, como dice la oposición y niega el Gobierno?

-No sé si estamos aislados, pero no tenemos la misma vinculación con el mundo que teníamos unos años atrás. Como subsecretario tenía, todos los días, una bilateral con algún funcionario extranjero, eso hoy no ocurre, y las naciones se relacionan por un conjunto de temas a conversar, no se puede priorizar uno o dos y el resto decir “no hablo”.

-Malvinas es uno de los casos. Hace pocos días, el Gobierno decidió no conversar con Gran Bretaña de otros temas si no se habla de soberanía…

- Son criterios. Obviamente está el deseo de recuperar las islas, pero para bailar un tango se necesitan dos, mal podemos negociar si Londres no acepta sentarse. La estrategia actual de no negociar ningún tema no va a funcionar, no somos China por el cual el Reino Unido devolvió Hong Kong. El día que seamos un Estado y una economía importante, tal vez los británicos acepten negociar, mientras tanto son decisiones para consumo interno.

-Como ex funcionario de Cambiemos. ¿Qué prioridades debería tener una eventual gestión diplomática de Juntos por el Cambio?

-Si hay un cambio de gobierno habrá un cambio de posicionamiento en la relación con Venezuela, Nicaragua y Cuba. También con Rusia y con China, con quien está muy bien negociar pero habría que hacerlo sin condicionamientos políticos. Aquí se firmó alegremente el ingreso a la Ruta de la Seda, siendo como somos un país insular para el mundo, y cultural e históricamente estamos con Occidente, no podemos ser tan impredecibles.