La dificultad de atravesar una calle

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 6 (EL UNIVERSAL).- Si un peatón busca cruzar la intersección entre avenida San Juan de Aragón y Eduardo Molina tendrá que sortear varios obstáculos. Empezando por los tiempos del semáforo, que toman cuatro turnos antes de ponerse en verde, después tendrá que atravesar las primeras cuatro cebras peatonales para llegar al otro lado de la calle y repetir este proceso dos veces más para llegar al destino deseado.

Jimena, que cruza por aquí a diario, expresó las complicaciones que este cruce presenta.

"Yo recuerdo que cruzar aquí antes era toda una travesía, ya recientemente vinieron a poner más semáforos y cebras, pero antes las laterales no tenían y los carros se pasaban así nomás y como por aquí pasan todos los chavos de la prepa y la gente que viene del Metrobús se llena", explicó.

Aquí es común que grandes grupos de personas se conglomeren cerca de las cebras de la lateral de alguna de las dos avenidas para cruzar escasos metros. Pero deben tener paciencia, ya que no es inusual que los conductores pasen por estas pequeñas vialidades aledañas a alta velocidad para dar la vuelta en "U", refirió la joven.

Como este cruce, hay otros que los capitalinos han descrito como complejos de atravesar. Como Víctor, que a diario cruza desde la estación del Metrobús Hidalgo hasta la calle Basilio Vadillo.

"Sí es un cruce difícil, sobre todo en la mañana (...) yo estudio aquí cerca y en la mañana cuando me bajo del Metrobús siempre tiene que haber varios policías de tránsito porque muchos autos se pasan a la cebra, las motos se vuelan los semáforos y como cruza aquí el Metrobús y el Mexibús, uno sí tiene que correr", externó Víctor, refiriéndose al cruce de Hidalgo y avenida Paseo de la Reforma.

Aquí se encuentran 12 cebras peatonales, tres de estas en diagonal y sin semáforo peatonal. También, se intersectan tres rutas de Metrobús, el servicio exprés del Mexibús, camiones de RTP, ciclovía y 12 carriles para automóviles, este cruce deja poco espacio y tiempo a quienes buscan cruzar (12 segundos por cada semáforo peatonal), especialmente en horas pico.

En este punto no es inusual que las personas corran a mitad de la calle para llegar de un lado a otro, mientras los autos que apenas tienen el verde avanzan y los policías de tránsito hacen sonar sus silbatos para que el tránsito fluya.

También es común ver transeúntes esquivando ya sea a los metrobuses, al Mexibús, autos que quedaron sobre la cebra peatonal o a motociclistas que no respetan los tiempos del semáforo.

Otro punto es Eje Central Lázaro Cárdenas y José María Izazaga, donde hay complejidades tanto para automovilistas como para peatones.

"Aquí cruzar en la tarde es bien difícil, todo el rato se andan pitando los carros para cruzar, quedan cerca de los peatones, tenemos bien poquito tiempo para pasar", indicó Miguel, trabajador de la zona.