Por qué está siendo tan dificil arrestar al presidente de Corea del Sur, inhabilitado por insurrección tras aplicar la ley marcial
Más de 100 agentes de policía provistos de una orden judicial se presentaron este viernes en la residencia oficial del inhabilitado presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, para arrestarlo.
Pero, tras seis horas en el exterior del complejo, no lograron su objetivo.
Esn ese intervalo tuvo lugar una confrontación con el equipo de seguridad de Yoon, que formó un muro humano y utilizó vehículos para bloquear el camino a las autoridades, informaron medios locales.
Ha sido un mes sin precedentes en la política surcoreana: Yoon decretó la ley marcial en el país, una inesperada orden que fracasó a las pocas horas, y el Parlamento votó a favor de destituirlo.
Luego fue objeto de una investigación criminal pero se negó a comparecer para ser interrogado y, a principios de esta semana, se emitió una orden de arresto en su contra.
El líder conservador todavía tiene una fuerte base de apoyo, y miles de ciudadanos se presentaron fuera de su residencia en la mañana del viernes para impedir que lo arrestaran.
Pero, según la percepción generalizada en Corea del Sur, Yoon es ahora un líder caído en desgracia tras ser inhabilitado por el Parlamento, suspendido de su cargo y a la espera de la decisión del tribunal constitucional para su destitución definitiva.
Entonces, ¿por qué ha resultado tan difícil para la policía arrestarlo?
Los hombres que protegen al presidente
Pese a que Yoon ha sido despojado de sus poderes presidenciales -esto ocurrió cuando los legisladores votaron a favor de destituirlo- todavía tiene derecho a conservar su equipo de seguridad.
Y los hombres que lo integran desempeñaron un papel clave a la hora de bloquear su arresto el viernes.
El servicio de seguridad presidencial (SSP) podría haber actuado por lealtad a Yoon o bajo "una comprensión equivocada de su papel legal y constitucional", interpreta Mason Richey, profesor asociado de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros de Seúl.
Con Yoon inhabilitado, el SSP debería estar siguiendo las instrucciones del presidente en funciones, Choi Sang-mok.
Sin embargo, "o bien no han recibido instrucciones del presidente en funciones Choi de retirarse, o están rechazando sus órdenes de hacerlo", dice Richey.
Algunos expertos creen que los agentes de seguridad estaban mostrando "lealtad incondicional" a Yoon, más que a la oficina presidencial en sí.
Señalan el hecho de que el jefe del SSP, Park Jong-joon, fue designado por el propio presidente para el puesto en septiembre.
"Podría ser que Yoon haya llenado la organización de personas leales de línea dura precisamente en preparación para esta eventualidad", indica el abogado y experto en asuntos coreanos Christopher Jumin Lee.
Además, el predecesor de Park al frente del servicio de seguridad fue el ex ministro de Defensa Kim Yong-hyun, a quien acusan de aconsejar a Yoon que impusiera la ley marcial.
Park está actualmente detenido para ser interrogado como parte de la investigación criminal a Yoon.
El riesgo de escalada
La solución "más simple", opina Christopher Jumin Lee, es que el presidente en funciones, Choi Sang-mok, ordene al SSP que se retire provisionalmente.
"Si no está dispuesto a hacerlo, eso puede ser motivo de que la Asamblea Nacional también vote su destitución", agregó.
Choi, que es el ministro de Finanzas, asumió el liderazgo del país en funciones después de que los legisladores votaran a favor de la destitución del primer sucesor de Yoon, el primer ministro Han Duck-soo.
Este estancamiento político también refleja la polarización en la política surcoreana entre los que apoyan a Yoon y su decisión de imponer la ley marcial, y los que se oponen a ella.
Y las diferencias no terminan ahí.
La gran mayoría de los surcoreanos coinciden en que la declaración de la ley marcial por parte de Yoon el 3 de diciembre fue un error y que debe rendir cuentas, explica Duyeon Kim, investigadora adjunta del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, aunque no hay unanimidad sobre cómo debe ser la rendición de cuentas.
"Los actores involucrados no están de acuerdo sobre el proceso, el procedimiento y su base legal, lo que se suma a la incertidumbre política actual", asevera.
Esa incertidumbre también está creando tensos enfrentamientos como el que tuvo lugar el viernes dentro y fuera de la residencia presidencial de Yoon, donde sus partidarios llevan días acampados, lo que ha provocado acaloradas discusiones e incluso escaramuzas con la policía.
Las fuerzas del orden podrían regresar con más agentes y usar la fuerza, pero eso sería "muy peligroso", advierte Mason.
El SSP también está fuertemente armado, por lo que los agentes que trataran de arrestarlos buscarían evitar cualquier escalada.
"¿Qué sucede si la policía se presentara con órdenes adicionales exigiendo el arresto del personal del SSP y este desafiara esas órdenes y empuñara sus armas?", plantea Lee.
La policía divulgó que está investigando al director del SSP y a su adjunto por obstrucción, por lo que podría haber más cargos y órdenes de arresto en camino.
Las consecuencias de la orden de ley marcial de Yoon también plantean un importante desafío, a juicio de la Oficina de Investigación de la Corrupción (OIC), que está investigando el tema.
La OIC, que lleva funcionando solo cuatro años, fue creada en respuesta a la ira pública por el escándalo de corrupción en torno a la expresidenta Park Geun-hye, quien fue inhabilitada, destituida y luego encarcelada.
Si bien otros presidentes surcoreanos han sido encarcelados antes, Yoon es el primero que se enfrenta a un arresto antes de dimitir.
Los "trumpistas" surcoreanos
Los investigadores tienen hasta el 6 de enero para detener al líder conservador antes de que expire la actual orden de arresto.
Es posible que intenten arrestar de nuevo a Yoon durante el fin de semana, aunque podría ser aún más problemático si aumenta el número de sus seguidores congregados para impedirlo.
Unos 11.000, según la policía, se encontraban el viernes en el lugar para tratar de obstaculizar el arresto del inhabilitado presidente.
Algunos de ellos llevaban pancartas con el lema "Stop the steal!" ("¡Paren el robo!"), tomado de los grupos extremistas de Estados Unidos que no reconocían la victoria de Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones de 2020.
En el caso de los partidarios de Yoon, consideran un amaño el resultado de las elecciones legislativas surcoreanas de 2024, que reforzaron a la oposición.
Las autoridades también pueden solicitar una nueva orden judicial e intentar detenerlo más adelante.
En todo caso, teniendo en cuenta que Corea del Sur se ha adentrado en territorio desconocido, es probable que la incertidumbre continúe.
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