'Dibu' Martínez y su actitud odiosa que lo hace ganar y lo vuelve un portero prodigioso

Dibu Martínez y su actitud odiosa que le hace ganar y lo vuelve un portero prodigioso

Dibu Martínez silencia a los aficionados del Lille en los Cuartos de Final de la Conference League. (Matthieu Mirville/BSR Agency/Getty Images)
Dibu Martínez silencia a los aficionados del Lille en los Cuartos de Final de la Conference League. (Matthieu Mirville/BSR Agency/Getty Images)

Emiliano Dibu Martínez ya se acostumbró a tener los reflectores encima. No es un portero normal. El Aston Villa y la Selección Argentina lo agradecen. Pero el resto de rivales lo sufre de manera especial. Lo amas o lo odias. Y eso se ve reflejado cuando le toca recibir gol, cuando se equivoca o cuando sale goleado: hay un regocijo especial en redes sociales por verlo padecer. Él labró esa fama con gestos como el de hoy en la Conference League cuando calló a la afición del Lille.

Su equipo, Los Villanos, viven un año de fantasía. Si hoy acabara la Premier League, estarían calificados a la siguiente edición de la Champions, pues son cuarto lugar de la tabla, un hito imposible de anticipar para un equipo diseñado para la medianía. Y a nivel continental, quieren ganar la Conference League, este torneo joven que los cruzó con el Lille en la ronda de Cuartos de Final. La revancha en Francia dejó una postal inolvidable sobre Martínez.

El portero argentino fue abucheado todo el partido. Tenía guardada la respuesta para la tanda de penales. El partido acabó con empate global de 3-3 y Aston Villa tenía un evidente as bajo la manga. El Dibu, en Francia, no es bienvenido después del Mundial de Qatar, en el que venció a la selección de aquel país para coronarse campeón del Mundo. También fue abucheado cuando recibió el premio a mejor arquero del mundo en 2023 en París (gala Balón de Oro).

Él reaccionó así: atajando dos penales, callándolos y dándole el boleto a su equipo a las Semifinales. Primero fue a Bentaleb, en el cobro inaugural, y el último a Benjamin André. Cuando se supo ganador, Martínez no dudó en hacer su ya clásico baile de burla frente a la afición del Lille. Inmediatamente, sus compañeros lo fueron a abrazar: son el único equipo inglés que accedió a Semifinales en las tres competencias europeas.

Este gesto puede elevar la fama de personaje odioso que se ha hecho Martínez. Como pasó ante Colombia en la Copa América 2021, cuando desconcentró a los cobradores; en el Mundial 2022 tirándole el balón a Tchouaméni, colocándose el trofeo de mejor portero en su entrepierna o usando un muñeco de Mbappé para mofarse de su derrota. Ya es un especialista en esto y ha pagado por el uso de esa actitud: cuando le toca perder, acepta burlas sin enfrascarse.

Pero en la victoria es insoportable. Y para conseguirla, se vale de todo. Jugó con fuego en Lille y le salió a la perfección. La afición del Lille tendrá que reflexionar: ¿fue mejor provocarlo que dejarlo en paz? Porque este portero se hace más grande ante la adversidad. Entre más abucheos reciba, más ganas tendrá de ganar y de devolver los comentarios negativos. Dicen que es odioso, que su arrogancia está de más. Pero Martínez pagó con la misma moneda en este caso. Mientras no se caiga en insultos directos ni en discursos de odio, el futbol tiene que ser así: un afición que presiona al rival y un rival que, si le sale bien, tiene derecho a responder en el mismo tenor.

Callar a una afición y hacer un baile podrán ser actitudes que caigan mal, pero inofensivas al final del día. Y deportivamente, Dibu Martínez ha encontrado así un sello que lo distingue de tantos porteros. Saben sus rivales que enfrentarlo será un martirio. Que puedes anotarle y burlarte, pero no reaccionará. Luego, sin embargo, él te hará una atajada y se burlará de ti. Pareciera que no pierde ni siquiera cuando pierde, valga la redundancia. Ese juego mental, aunado a sus facultades futbolísticas, lo convierten en un prodigio de aquero.

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