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Día de la Mujer: 5 mujeres mexicanas que hicieron historia y relegamos al olvido

El día de la Mujer es un momento como cualquier otro para recuperar a alguna de esas pensadoras, pioneras y revolucionarias mexicanas que trascendieron el ámbito doméstico en búsqueda de la tan necesaria igualdad de género.

Mujeres mexicanas excepcionales que la historia dejó olvidar. (Photo credit should read ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
Mujeres mexicanas excepcionales que hasta ahora se empiezan a incluir en la historia oficial. (Photo credit should read ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)

Las mujeres han sido parte fundamental en la historia y pioneras en múltiples disciplinas, aunque nos hayamos dado a la tarea sistemática de erradicar cualquier vestigio de sus logros. La escritora nigeriana Chimamanda Adichie advirtió en 2009 del peligro de convertir una sola historia en la única historia. Eso hemos hecho con las mujeres: convencernos de que su escasa presencia en la vida pública durante siglos responde a un mandato divino y no a una exclusión artificial creada a partir de la subordinación histórica de las mujeres frente a los hombres.

Explica la socióloga Alicia G. Puleo que “tendemos a valorar más aquello que es percibido como masculino y despreciar o minusvalorar lo que creernos propio de mujeres porque el estatus de género afecta no solo a la situación de los individuos dentro del entramado social, sino también a sus características, habilidades, estilos de producción cultural, etc.”. Dicho de otro modo: las mujeres han sido excluidas durante siglos del ejercicio de cualquier derecho político, civil, cultural y profesional por esa clara atribución de prácticas diferencias según el sexo. Su lugar estaba en el hogar y quien osara salirse de esas cuatro paredes era silenciada.

La historia oficial lleva años ­–pocos, si me preguntan– tratando de revertir ese olvido sostenido en el tiempo, asumido como lo real, cuando, la realidad, es que obedece a un borrado consciente y perfectamente ejecutado por nuestras sociedades patriarcales. El Día de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, es un momento como cualquier otro para recuperar a alguna de esas profesionales, pensadoras y revolucionarias mexicanas que se atrevieron a cuestionar su rol en pro de la tan ansiada igualdad de género.

1. Matilde Montoya (1857-1938)

Nació en Ciudad de México en 1857 y fue una niña prodigio que aprendió a escribir y leer cuando tenía cuatro años. Con tan solo 16, creó un consultorio en Puebla donde ejerció de partera. Quiso inscribirse en la Escuela de Medicina, pero acabó abandonando el sueño y la ciudad tras una campaña de desprestigio por parte de grupos conservadores y medios locales que la tacharon de “impúdica y peligrosa” por atreverse a ponerse al mismo nivel de los hombres.

No sería la primera vez que Montoya se tendría que enfrentar a un sistema discriminatorio que cuestionaba el derecho de las mujeres a acceder a educación. Trató de matricularse en diferentes instituciones médicas, pero o bien no era admitida o la desacreditaban hasta obligarla a abandonar. Finalmente, gracias a la intervención del por aquel entonces presidente de México, Porfirio Díaz, pudo terminar sus estudios y presentar el examen profesional. Se convirtió así en la primera mujer del país en graduarse como médico cirujano. Un hito que abrió la puerta a que otras como ella pudieran acceder a la carrera de medicina y se organizaran en torno a la Asociación de Médicas Mexicanas, que ella misma fundó en 1923.

2. Valentina Ramírez (1893-1979)

Hasta no hace muchos años, la historia de la guerra (de las guerras) se ha caracterizado por borrar de forma sistemática cualquier mención a las mujeres que combaten en el campo de batalla al mismo nivel que sus compañeros varones. 'La Valentina' o ‘La leona de Norotal’, como la conocían, fue una de esas combatientes que arriesgó su vida en nombre de sus ideales y que la historia simplemente decidió erradicar hasta que en 1964 fue reconocida como Veterana de la Revolución.

Hija de un labrador asesinado, decidió rendir homenaje a su padre alistándose como soldado en las tropas del General Ramón F. durante la Revolución Mexicana. La duranganense luchó al lado de otras guerrilleras como Clara de la Rocha y participó en la toma de Topia, Tamazula y Culiacán. Esta fue su última batalla antes de abandonar las armas por, supuestamente, ser expulsada por su condición de mujer. Murió sumida en la pobreza en 1979 y su cuerpo descansa en una fosa común del Panteón Civil de Culiacán. Nunca le fue reconocida la pensión como veterana de guerra. Eso sí, inspiró la popular canción La Valentina y el nombre de la salsa Valentina.

3. María Izquierdo (1902-1955)

Fue la primera mexicana en exponer su obra en Estados Unidos y, en la actualidad, es una de las mujeres más representativas del arte pictórico de su país del siglo XX. Nació en 1902 en San Juan de los Lagos, una pequeña población de Jalisco, pero se trasladó a los 25 años a Ciudad de México, donde estudio en la Academia Nacional de Bellas Artes. Su defensa del papel de la mujer en el arte le valió la hostilidad de sus compañeros hombres, quienes bloquearon cualquier intento de Izquierdo por exponer su obra en espacios que no fueran mercados o escuelas, lugares “de segunda categoría” reservados a las pintoras.

A pesar de la censura de los muralistas de su país, expuso en galerías de Paris, Tokio, Brasil, Bombay, en el Art Center de Nueva York y en Los Ángeles. “Nunca escatimé esfuerzo, tiempo ni trabajo para mi única obsesión: servir a México a través del arte”, escribió en 1953.

4. Elvia Carrillo Puerto (1878-1968)

La primera diputada electa en el Congreso de Yucatán fue una líder feminista excepcional, maestra y activista incansable por la emancipación femenina. De padres obreros y educada en el laicismo, fundó en 1912 la primera organización femenina de campesinas en México, desde donde abogó por la distribución igualitaria de la propiedad de la tierra.

Junto con otras feministas de la época, fundó las Ligas de Resistencia Feministas, una red de agrupaciones con la que buscaba movilizar a las mujeres en temas tan relevantes para el ejercicio de sus derechos públicos y privados como el sufragio femenino, el control de la natalidad, el divorcio y la libertad sexual.

Nunca abandonó su lucha por lograr la tan ansiada igualdad de género, ni siquiera cuando se vio obligada a abandonar Yucatán y su cargo de diputada tras el asesinato de su hermano, gobernador del estado. Ciudad de México pasó a ser refugio y nuevo centro neurálgico desde el que ‘La monja roja’, como la apodaban, continuó con su activismo férreo a favor del voto femenino y los derechos de los campesinos.

5. Benita Galeana (1903/7-1995)

Conocida como ‘La muchacha de las trenzas’, Galeana fue una escritora, sufragista y sindicalista que consagró toda su vida a luchar por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y su participación en la vida pública. Nació en San Jerónimo, Guerrero, entre 1903 y 1907, según la fuente que se consulte, y militó en diferentes movimientos políticos durante la segunda mitad del siglo XX, como el Partido Comunista Mexicano y el Partido Socialista Unificado, este último tras la disolución del primero.

La historia del movimiento feminista en México no puede entenderse sin sus aportaciones a favor del voto femenino, la creación de guarderías y la legalización del aborto. Galeana fue también clave para lograr el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas y el derecho de los trabajadores a la huelga. Falleció en 1995 a causa de una embolia cerebral en Ciudad de México.