Cómo detectarlo a tiempo: un cáncer que demora una década en producirse provoca cada año más de 7000 muertes en el país

El dolor abdominal es uno de los síntomas
El dolor abdominal es uno de los síntomas

Parece absurdo, pero un cáncer que se puede prevenir porque las lesiones que produce demoran hasta diez años en volverse malignas es, sin embargo, la segunda causa de mortalidad oncológica en la Argentina, con más de 7200 decesos anuales. Apenas el 31,6% de las personas adhieren a las indicaciones que deben seguirse para detectar a tiempo el cáncer colorrectal, que suma casi 16.000 nuevos casos cada año, es decir, un promedio de 43 diagnósticos diarios.

Para llamar la atención sobre el problema, la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec), la Fundación Gedyt y Merck instalaron cabinas especiales todo el fin de semana en el hall central de la terminal ferroviaria de Retiro y, desde el 1° al 3 de abril, funcionarán en la estación Constitución. Allí, una IA preguntará la edad, tomará una foto y entregará luego esa foto con información. La campaña se realiza bajo el lema “¿Y si hubiera algo dentro tuyo ocultándose en silencio?” por el Día Mundial de la Prevención del Cáncer Colorrectal, que se conmemora este lunes 31 de marzo.

Además, varias sociedades científicas, junto al Programa Nacional de Prevención y Detección Temprana del Cáncer Colorrectal (Pnccr), llevan adelante una campaña de prevención permanente a través de un QR en carteles en la vía pública de todo el país. Mañana, desde las 19, se iluminarán de azul el Obelisco; el Planetario y el Puente de la Mujer en la ciudad de Buenos Aires y otros puntos en el interior del país. Desde la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) invitan al público a sacarse una foto en alguno de esos monumentos, subirla y etiquetarse en @sage_online, para dar más visibilidad a la campaña.

Los principales síntomas suelen ser inespecíficos y varían según el estadio del tumor: cambio en los hábitos intestinales, sangre en las heces, dolor abdominal persistente o malestar, pérdida involuntaria de peso, fatiga constante y anemia por la pérdida de sangre.

Guías claras y pesquisa baja

Según el Pnccr, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, el rastreo de cáncer de colon se debe realizar en personas de ambos sexos de 50 a 75 años sin antecedentes de pólipos adenomatosos, cáncer colorrectal ni antecedentes heredofamiliares o síntomas. En individuos con antecedentes, suele recomendarse la consulta médica más temprana. El primer paso es el test inmunoquímico de sangre oculta en materia fecal (TSOMFi), que se realiza en centros públicos de salud en las provincias adheridas al tamizaje; son todas menos Santa Cruz y Misiones.

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Si se encuentra sangre en materia fecal se progresa a una videocolonoscopía (VCC), un examen que requiere preparación especial y que se hace bajo sedación con un endoscopio, que permite “ver” a través de una pequeñísima cámara qué ocurre dentro del colon. El objetivo es detectar pólipos y extirparlos antes de que algunos puedan convertirse en cáncer. Y si esos pólipos ya son cancerosos, pero están en etapas tempranas (no diseminado), es posible la curación en más del 90% de los casos.

“Las barreras contra la detección precoz ocurren por falta de conciencia o educación –explica María Florencia Eguren, médica gastroenteróloga y especialista en cirugía endoscópica, coordinadora del Servicio de Endoscopía de Clínica del Sol–. Muchos no saben que se puede prevenir. Existe un desconocimiento general sobre quiénes deben realizarse los estudios y los métodos disponibles. Hay una percepción errónea del riesgo, porque el 95% de los pólipos son asintomáticos y se detectan con búsqueda activa. También influyen la vergüenza ante un estudio como la VCC y el temor a recibir un diagnóstico desfavorable. Hay barreras económicas y del sistema de salud; por ejemplo, experiencias previas negativas que generan desconfianza en los pacientes. Además, algunos médicos no priorizan la medicina preventiva porque no la practican en ellos mismos o desconocen su impacto positivo”.

Para llegar tanto a los médicos como a la población, Lisandro Pereyra, del Servicio de Gastroenterología y Endoscopía del Hospital Alemán, diseñó, junto a su colega Leandro Steinberg, dos apps avaladas por sociedades científicas. Por un lado, Captyva, que “está dirigida a médicos de todas las especialidades y simplifica la tarea de indicar estudios y controles y estratificar el riesgo de cada paciente, es decir, pone las guías científicas al alcance del médico. Tiene 15.000 usuarios, cirujanos, ginecólogos, médicos de familia, clínicos. Está traducida al inglés y acabamos de publicar una versión para Cataluña”, explica Pereyra.

La cabina instalada en Retiro como parte de la campaña por el Día Mundial de la Prevención del Cáncer Colorrectal
La cabina instalada en Retiro como parte de la campaña por el Día Mundial de la Prevención del Cáncer Colorrectal

La otra app dirigida al público se llama Chequeatucolon.com.ar, también es gratuita y tiene tres partes: una educativa y dos herramientas inteligentes. Una pregunta síntomas, antecedentes familiares, edad y, al final, indica cuál es el riesgo y cuándo corresponden los chequeos. Luego, otra con foco en la prevención, orientada a mejorar el estilo de vida. Por último, un semáforo sintetiza la situación de cada persona. Esta app se utiliza solo en la Argentina y tiene medio millón de usuarios.

Edad y test bajo la lupa

El año pasado, varias sociedades científicas de los Estados Unidos recomendaron adelantar la pesquisa del cáncer de colon a los 45 años o aun antes de los 40 en grupos de riesgo. “Vieron un aumento de casos en más jóvenes –dice Pereyra–. Coincidía en gran medida con población afrodescendiente y obesa. En diciembre pasado se publicó un estudio que analizó el problema en 50 países y en 27 de estos, incluida la Argentina, se verificó efectivamente una disminución en la edad de incidencia del cáncer colorrectal. Sin embargo, aún no hay evidencias claras de que merezca convertirse en una estrategia a adoptar también aquí”.

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“Este trabajo es un estudio piloto que incluyó un porcentaje muy bajo de personas y de la Argentina usó una pequeña muestra en la provincia de Mendoza, un estudio ‘oportunista’, es decir, el paciente consulta porque tiene antecedentes familiares o síntomas y se le indican controles. Es distinto de un programa ‘organizado’, y por eso los datos no pueden ser extrapolados a la población general –afirma Raúl Matano, ex director médico del Hospital El Cruce y coordinador del Pnccr–. La decisión de bajar el inicio del tamizaje es compleja porque el gran problema, en especial de América Latina, es el segundo nivel de atención, es decir, el acceso al gastroenterólogo y a la VCC. Y en un país donde todavía no alcanzamos la cobertura de tamizaje de la actual población objetivo, no tiene sentido bajar la edad a 45 años”.

Matano agrega que desde el programa a su cargo se elaboró un documento en el que instan a enfatizar el diagnóstico en pacientes jóvenes, considerando signos y síntomas sugestivos, principalmente la hematoquecia (expulsión de sangre por el recto y/o ano) y los antecedentes familiares, pero que ratifican no tamizar de manera programática a menores de 50 años. Al mismo tiempo, confirmó que los cambios operados sobre el Instituto Nacional del Cáncer (INC) no afectarán el desenvolvimiento del Pnccr.

La colonoscopía es un método eficaz para detectar pólipos en colon y recto
La colonoscopía es un método eficaz para detectar pólipos en colon y recto

En cambio, para Eguren, que también es coordinadora de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva de la sede Nordelta del Sanatorio Las Lomas, “hoy se recomienda comenzar los estudios preventivos a los 45 años, tanto en hombres como en mujeres, basándonos en el aumento de diagnósticos en menores de 50 años. También se ha detectado un número significativo de pólipos entre los 40 y 50 años, lo que justifica adelantar la edad de pesquisa en muchos países, incluida la Argentina”.

Las provincias adheridas al Pnccr se comprometen a garantizar el diagnóstico endoscópico (VCC) en aquellos que hayan dado positivo al test de sangre oculta. “El programa se cumple según cada distrito –añade Matano–. Lleva esfuerzo, capacitaciones en terreno y virtuales. El cáncer de colon tiene un período precanceroso subclínico muy largo, por eso invertir en estos programas es costo-efectivo, está demostrado. Pero para que se desarrolle debe ser una política de Estado, no estar sujeta a vaivenes políticos. Un endoscopio puede resultar caro, pero más caro es tratar un cáncer que podría haber sido prevenido”.

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En cuanto al primer eslabón de la cadena de prevención, el test de sangre oculta en materia fecal, la Fundación Gedyt anunció la presentación del test Q-FIT, utilizado en el plan de prevención y detección temprana del cáncer colorrectal de Misiones. “Ahora, esta prueba estará disponible para todos –aclara Emilia Caro, directora ejecutiva de esa fundación–. A diferencia del TSOMFi, que se utiliza en el Pnccr, este test posee una tecnología más avanzada; no solo detecta sangre oculta, sino que también mide la cantidad. Además, tiene mayor sensibilidad. Todo esto puede llevar a menor posibilidad de resultados ambiguos o imprecisos. El costo del test es de $85.000. No tiene cobertura de prepagas ni obras sociales”.

Para Matano, el TSOMFi que utiliza el Pnccr es un test útil en programas organizados y de gran alcance en la pesquisa del cáncer colorrectal, ya que se trata de una mejora del test Guayaco, el único que mostró reducir el descenso de la mortalidad por este cáncer en todos los programas que lo utilizaron. “Hacia 2010 aparecieron los métodos inmunoquímicos, que es el que utilizamos en nuestro programa. Con una sola toma es suficiente, detecta sólo hemoglobina humana, no demanda preparación y su punto de corte es adecuado. La tasa de positividad es cercana al 10% y coincide con los datos internacionales. No es necesario cambiarlo, ni gastar de más”.