Cómo detectar el recién descubierto cometa verde Nishimura, que no volverá hasta dentro de 400 años

Cómo detectar el recién descubierto cometa verde Nishimura, que no volverá hasta dentro de 400 años

Un visitante de las profundidades del espacio se aproxima a nuestro planeta y, si no se le ve, habrá que esperar 400 años hasta la próxima oportunidad.

El recién descubierto cometa Nishimura será visible para los observadores de estrellas de todo el hemisferio norte durante varios días, más en concreto a partir del 12 de septiembre.

El cometa, de un kilómetro de diámetro, pasará a menos de 125 millones de kilómetros de nosotros y será visible a simple vista, aunque habrá que utilizar un equipo para verlo bien, ya que es muy débil.

"Se necesitan unos buenos prismáticos para distinguirlo y saber dónde mirar", explica Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.

Se volverá más brillante a medida que se acerque al Sol, y estará en su punto más cercano a nuestra estrella el 17 de septiembre, antes de volver a salir del sistema solar.

¿Qué hay que hacer para avistar Nishimura?

Para verlo desde el hemisferio norte, hay que mirar hacia el horizonte noreste alrededor de una hora y media antes del amanecer.

Según The Planetary Society, deberá buscarlo saliendo entre las constelaciones de Cáncer y Leo y acercándose a Venus.

El astrónomo italiano Gianluca Masi, fundador del Virtual Telescope Project, dijo a Associated Press que esta semana representa la última oportunidades de ver el cometa desde el hemisferio norte antes de que se pierda en el resplandor del Sol.

"El cometa tiene un aspecto asombroso en este momento, con una cola larga y muy estructurada, una alegría que se apreciará desde un telescopio", dijo.

Si sobrevive a su viaje más allá del Sol, debería ser visible en el hemisferio sur a finales de mes, en el crepúsculo vespertino, añadió Masi.

El cometa fue descubierto por un astrónomo aficionado, Hideo Nishimura, y lleva el nombre del astrónomo japonés.

El cometa nos visitó por última vez hace unos 430 años, según Chodas. Es decir, una o dos décadas antes de que Galileo inventara el telescopio.