El desfiladero del Cares, una excursión imprescindible en los Picos de Europa

El asombroso tajo que el río Cares abre entre los macizos Occidental y Central es una "garganta divina". En uno de sus extremos, el que se abre a pocos metros de Caín, las paredes parecen estar cortadas a plomo, lisas y tan juntas entre sí. Hasta la construcción del canal que lleva las aguas a la central hodroeléctrica de Puente Poncebos solo dejaba pasar las aguas del río. Pero después hizo falta una senda para su mantenimiento, que hoy es un paseo espectacular. Por las vistas que ofrece, con puentes tendidos de pared a pared y cornisas talladas en la roca al borde del abismo, la senda se ha convertido en una de las excursiones más impactantes y atractivas del sector leonés del Parque Nacional de los Picos de Europa.

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En muchos puntos la anchura del camino por el que se transita, tallada directamente en la roca en muchos tramos, no alcanza los dos metros y casi siempre bordea precipicios de decenas de metros. Por eso hay que tener mucha precaución. Dicho esto, solo queda disfrutar del maravilloso espectáculo natural que supone recorrer el desfiladero. Una aventura que, desde el lado leonés, suele comenzarse en la propia localidad de Caín, una minúscula población de montaña a la que se llega desde Posada de Valdeón por la única y estrechísima carretera posible.

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El tramo más espectacular del desfiladero y la senda que lo atraviesa discurren entre la localidad de Caín, en el lado leonés, y Poncebos, en el asturiano. En total son 12 kilómetros de longitud para las que habrá que calcular unas 4 horas, más la vuelta al punto de partida. Una tirada que para muchos caminantes puede ser excesivamente larga y un motivo para que la zona más frecuentada del desfiladero y el recorrido más habitual sea el que media entre la localidad de Caín y el puente de Bolín, el tercero de los puentes que saltan de lado a lado el río, a 3 kilómetros del inicio. Otra razón es que, precisamente en ese tramo, encontramos algunos de los recovecos más impresionantes de todo el recorrido, como la sucesión de túneles que fue necesario horadar en la roca para hacer pasar la senda.

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Para no regresar andando al punto de partida, podemos optar por recorrer el desfiladero entre Caín y Poncebos para después contratar alguno de los servicios de taxi (asturias4x4.com; Rosana, 679 59 29 50; Ángel y Sofía, 619 85 46 66; Emiliano y Quintina 609 56 96 47; Sebio; 689 01 72 83), que desde ambas localidades cubren los 106 km que median entre ambos puntos por carretera.

OTRAS SORPRESAS EN EL VALLE DE VALDEÓN

El valle es un cuenco natural tan sabroso de degustar como los afamados quesos que llevan su nombre y con numerosos puntos de interés. En todos los pueblos del mismo encontramos arquitectura tradicional y un reguero de hórreos autóctonos -91 en concreto- que tienen la consideración de patrimonio histórico. Solo en Soto de Valdeón podemos ver 21. De camino al desfiladero merece la pena detenerse también en el Mirador del Tombo, presidido por una escultura de Coomonte; en el Chorco de los Lobos, trampa ancestral antes de alcanzar Caín a la que eran conducidos los lobos de Valdeón; o la ermita de Corona, en cuya campa la leyenda asegura la coronación de Pelayo como rey de los visigodos. También para hacer parada, el mirador de Piedrashitas, que brinda una espectacular panorámica del valle y al que se accede a pie desde el aparcamiento del puerto de Panderruedas, y Santa Marina de Valdeón, que conserva buenas muestras de arquitectura tradicional y unas impresionantes vistas del macizo Occidental de Picos de Europa.

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GUÍA PRÁCTICA

CÓMO LLEGAR

Posada de Valdeón, la capital del valle, se localiza a 130 km de la capital leonesa desde donde puede accederse partiendo por N-621 en dirección a Boñar. En esta localidad la CL-626 permite enlazar con la N-625 cerca de Sabero para tomarla en dirección a Riaño. Pasado el embalse, la carretera asciende hasta el puerto de El Pontón donde se localiza el desvío a Posada. Entre esta localidad y Caín la carretera termina convertida en un estrechísimo carril que, en algunos puntos, impide siquiera que puedan cruzarse dos coches.

CONVIENE SABER…

Pero recorrer el desfiladero hay que tomar las debidas precauciones. Y estas van desde contar con el calzado adecuado -fundamental para evitar resbalones- a llevar una mochila con cosas tan básicas como agua potable para toda la jornada, protección solar, bastones de senderismo, ropa de abrigo para los imprevisibles cambios de tiempo y al menos algo de picar para reponer fuerzas. Sobreentendida queda la sensatez mínima para no llevar animales sueltos o asomarse al borde de unos acantilados con decenas de metros de caída.

DÓNDE DORMIR

Una excelente ubicación tiene en Posada de Valdeón el hotel Cumbres de Valdeón (cumbresvaldeon.es), un alojamiento de estilo sencillo pero confortable. Y en esta misma localidad, el moderno con toques nórdicos Eigón Hotel (eigonhotel.com), de ecoración elegante y acogedora, llena de detalles personales.

DÓNDE COMER

En Posada de Valdeón, buena elección es El Desván de Valdeón (desvanvaldeon.com), donde sirven platos traidcionales y de vanguardia, como boletus edulis con huevo y foie-gras, cabrito asado a baja temperatura, panna cotta de caramelo ronchito, quesos azules, carnes de bovino, truchas de alta montaña, setas... Y cocina casera con productos de la zona en Residencia Campo (hostalresidenciacampo.com).

MÁS INFORMACIÓN

En Posada de Valdeón se encuentra la Oficina administrativa y de información del Parque Nacional de Picos de Europa (tel. 987 74 05 49).