‘Estoy desesperado’: La pesadilla de un hispano en Hialeah que se quedó sin vivienda al pedir ayuda a la ciudad

“¿Por qué la ciudad me ilusionó aceptando mi solicitud para renovar mi casa si no podían hacerlo?, ¿no saben hacer su trabajo o no les interesa ayudar?”.

Esta interrogante pesa sobre el corazón de Juan Balbastro, de 65 años, un residente de la Ciudad de Hialeah de origen argentino que hace cuatro años solicitó ayuda al Departamento de Subvenciones para reparar su propiedad.

Balbastro explicó a el Nuevo Herald que compró la casa ubicada en 1060 West 53rd Terrace hace 15 años, donde vivía con su hija Karla, de 33 años, y sus dos nietos, quienes en ese momento tenían seis y dos años.

“Nosotros solicitamos ayuda en 2019, pero por la pandemia se tardaron hasta el 2020 en aprobarlo”, dijo Karla Balbastro. “Estuvimos un tiempo viviendo aquí esperando que la repararan hasta que nos pidieron desalojarla para comenzar el trabajo, pero todavía no han hecho nada”.

La casa de Juan Balbastro, de 65 años, se está cayendo a pedazos. En 2019 solicitó ayuda a Hialeah para que a través de subvenciones le repararan la vivienda, pero cuatro años después los trámites burocráticos han impedido comenzar a ejecutar el proyecto. Las paredes y techo tienen filtraciones, el agua se cuela por la estructura y el daño cada día empeora la inhabitabilidad de la estructura

La ayuda solicitada forma parte del programa de Asociación de Iniciativas de Vivienda del Estado (SHIP) en el que los residentes de Hialeah pueden recibir asistencia para comprar su primera vivienda o reparar la ya existente.

La familia solicitó renovar la plomería de la casa, que estaba filtrándose en las paredes y el sistema eléctrico. Sin embargo, años después de la primera evaluación han determinado que las paredes tienen asbesto y plomo. A juicio de Balbastro tanta estimación ha retrasado la reparación que aún no comienza.

La directora interina del Departamento de Subvenciones, Daniela Tamayo, confirmó a los concejales en la sesión del 12 de diciembre que han pasado varios años desde que Balbastro hizo la solicitud. “Viene de la administración previa (de Carlos Hernández), no estamos seguros de que por qué se detuvo”, dijo.

La concejal Angélica Pacheco increpó a la administración.

“Han pasado más de dos años y durante este tiempo ninguna reparación se ha hecho y la casa continua deteriorándose”, explicó Pacheco.

Para la concejal, las condiciones de la vivienda de Balbastro han empeorado desde que pidió asistencia a Hialeah.

“¿Por qué ha tomado más de dos años? ¿Hay alguna manera en que podamos ayudarlo? esto es una situación urgente”, preguntó Pacheco, quien estima que lo que inicialmente era una reparación de una gotera, se convirtió hace seis meses en el colapso del techo de su cocina.

La vivienda de Juan Balbastro, de 65 años, está inhabitable por muchos daños en su estructura, desde la plomería, y el techo hasta la electricidad. En 2019 solicitó ayuda a la ciudad, que le aprobó las reparaciones pero cuatro años después aún no han comenzado. Recientemente con las lluvias parcialmente el techo de la cocina colapsó, empeorando los daños de la casa

Tamayo explicó que el monto máximo que se autoriza en estas reparaciones es de $100,000, pero eran necesarias muchas restauraciones.

“Recibimos más dinero, pero desafortunadamente no era suficiente, por eso estamos ahora pidiendo más fondos para el proyecto, porque son muchas reparaciones, la licitación es de $336,000”, dijo la directora.

“Es un proceso muy largo pero estamos teniendo progresos. Él va a recibir una casa nueva, lamentamos que se haya tardado tanto, pero ahora tenemos fondos extra para repararla”, dijo Tamayo.

Los concejales aprobaron el pago de $336,923.00 para Vercetti Enterprises, LLC con el fin de reparar la propiedad de los Balbastro.

A pesar de tener una casa en Hialeah vive en la indigencia

El sexagenario, quien padece cáncer y tiene diabetes, explicó a el Nuevo Herald que en 2022 estuvo habitando una vivienda pública de la ciudad, pero de la noche a la mañana fue desalojado cuando inspectores del edificio se dieron cuenta que tenía gatos y que el lugar estaba desordenado.

“Reconozco que fallé, que no estaba muy ordenada la casa pero me dijeron que tenía 48 horas para limpiar e irme”, dijo Balbastro, quien durante los próximos seis meses estuvo pagando $1,000 por un efficiency pero ahora, es imposible para él.

En la sesión, Pacheco advirtió que la situación para este hombre es cada día peor.

“Cuando la ciudad aprobó los primeros $100,000 para la reparación, se le pidió que desconectara los servicios de agua y electricidad y le proporcionaron una vivienda pública, pero de repente se le notificó que tenía dos días para mudarse porque tenía un gato”, dijo. “Ahora es prácticamente un indigente”.

El alcalde Esteban Bovo Jr. dijo desconocer los detalles del proceso de desalojo, pero enfatizó “nosotros no queremos que haya nadie en la calle”.

Bovo se excusó sobre la tardanza en ayudar a Balbastro alegando que al asumir la administración de la ciudad en noviembre de 2021 “había un desastre en el departamento (de subvenciones), cuando comenzamos a hacer preguntas, la respuesta del director fue renunciar. Había muchas cosas en incumplimiento”.

En 2021, cuando Balbastro desalojó su vivienda, tenía la ilusión de regresar a una estructura mejorada, pero ahora vive como un indigente.

“Pago $2,000 por la hipoteca de la casa sin poder habitarla. Cuando no hace tanto calor duermo adentro en un colchón improvisado, pero muchas veces me toca dormir en el carro”, dijo Balbastro.

En una cama improvisada, en medio de la sala de su casa en Hialeah vive Juan Balbastro de 65 años, quien hace cuatro años está esperando que la ciudad cumpla con el acuerdo de reparar su vivienda. La desalojó hace dos años para que hicieran las renovaciones, suspendió el servicio eléctrico y de agua pero aún no han hecho las reparaciones
En una cama improvisada, en medio de la sala de su casa en Hialeah vive Juan Balbastro de 65 años, quien hace cuatro años está esperando que la ciudad cumpla con el acuerdo de reparar su vivienda. La desalojó hace dos años para que hicieran las renovaciones, suspendió el servicio eléctrico y de agua pero aún no han hecho las reparaciones

Trabaja como personal de seguridad en Miami Beach y apenas le alcanza para cubrir la hipoteca de la vivienda, que aunque está inhabitable, piensa que en algún momento la ciudad podrá repararla.

“En lo único que pienso es en poder dejarle esta casa a mi hija y a mis nietos, pero estoy deprimido, yo he trabajado mucho en mi vida y ahora no puedo ni vivir en la casa que compré”, dijo Balbastro. “No tengo electricidad ni agua y no pueden instalarla porque Hialeah decretó esta casa inhabitable. Estoy desesperado”.