Descubre a la mujer que guarda el olor de la Historia

Cecilia Bembibre y su proyecto de olores históricos
Cecilia Bembibre y su proyecto de olores históricos

Poseemos diversos sistemas sensoriales, los cinco más conocidos son la vista, el tacto, el oído, el olfato y el gusto, pero además tenemos otros como el sistema nociceptor que nos avisa del dolor, la equilibriocepción o sentido del equilibrio, o también la termorrecepción que nos ayuda a sentir frío o calor en el ambiente.

Sin embargo, el ser humano ha evolucionado como una especie fundamentalmente visual. Muchas de las percepciones que recibimos del mundo exterior nos llegan a través de nuestros ojos y de hecho, como explica el periodista Antonio Martínez Ron en su obra el ojo desnudo: Nuestro cerebro destina una gran parte de sus recursos energéticos íntegramente a procesar la información que le llega mediante la vista.

Y aún así, numerosos estudios han demostrado que hay un sentido mucho más poderoso que la vista cuando hablamos de recordar y evocar memorias de nuestra vida: el olfato. Se conoce como “memoria olfativa” y es capaz de transportarnos a cualquier momento o lugar en apenas unas décimas de segundo.

En el University College de Londres se encuentra una mujer que conoce bien la importancia de los olores en nuestra vida y que se ha propuesto como trabajo de doctorado una tarea fascinante: Capturar, guardar y confeccionar un catálogo de olores históricos para conservar el aroma del pasado y ponerlo a disposición del público. Se llama Cecilia Bembibre y su proyecto reúne labores químicas, instrumentos de alta tecnología y una paciencia realmente admirable.

Cecilia Bembibre recogiendo el aroma de un objeto histórico
Cecilia Bembibre recogiendo el aroma de un objeto histórico

Para empezar, nuestro olfato cuenta con más de 350 receptores capaces de distinguir docenas de miles de aromas diferentes y sin embargo apenas poseemos vocabulario para referirnos a ellos. Paradójicamente nuestro cerebro guarda las conexiones sinápticas de esos aromas que hemos vivido y cuando nos volvemos a encontrar con ellos se despiertan rápidamente los recuerdos asociados a esos olores.

Existen archivos históricos que guardan documentos, museos que albergan objetos y artefactos, o pinacotecas que exponen cuadros… un enorme abanico de posibilidades para nuestra vista. También poseemos fonotecas que guardan los sonidos históricos más destacados (al menos desde que pudimos empezar a grabarlos) e incluso existen proyectos para recuperar sabores y recetas antiguas. Sin embargo, hasta ahora, no contábamos con un catálogo similar para el sentido del olfato.

Bembibre utiliza diversas técnicas para capturar el aroma de lugares y objetos
Bembibre utiliza diversas técnicas para capturar el aroma de lugares y objetos

Bibliotecas emblemáticas, libros antiguos, lugares históricos… Cecilia Bembibre ha comenzado a guardar el olor de lugares y objetos representativos a lo largo de toda Gran Bretaña, buscando localizaciones especialmente significativas y conservadas, como Knole House (una célebre propiedad inglesa que está habitada por la misma familia desde que fue construida en el siglo XV) o la Biblioteca de la Catedral londinense de Saint Paul.

¿Pero cómo se recoge y guarda un olor?

La científica utiliza diversos métodos. Uno de ellos consiste en colocar dentro de una bolsa o una campana limpia y sellada el objeto. Esa campana tiene una válvula en la que se inserta una fibra de carbono absorbente que recoge los componentes químicos de su interior. Otro método utilizado es el de colocar una especie de esponja de carbono en un lugar concreto y dejar que absorba los olores cercanos.

Recreando el aroma de la historia a partir de sus componentes químicos
Recreando el aroma de la historia a partir de sus componentes químicos

A partir de estos olores, Bembibre analiza y diferencia los componentes químicos para recrearlos posteriormente utilizando cromatografía de gases, sistemas de nariz electrónica y olfatometría. El resultado es una copia, si no exacta sí muy similar, del aroma original que la investigadora guarda y cataloga.

El último paso es poner a disposición del público nuevamente esos olores, mediante tecnologías desarrolladas y adaptadas por la empresa Odournet que reproducen los componentes químicos.

Cecilia frente a una de las tecnologías que permiten recuperar el olor de lugares insignes y objetos históricos
Cecilia frente a una de las tecnologías que permiten recuperar el olor de lugares insignes y objetos históricos

Una iniciativa muy interesante que ojalá algún día se popularice tanto como para inaugurar museos olfativos en los que poder disfrutar del aroma de objetos y lugares históricos. O incluso podría ser un complemento perfecto para añadir una nueva experiencia a museos y exposiciones ya existentes.

Referencias científicas y más información:

Matija Strlic “Seaha student Ceciia Bembibre sniffs out historic smells

Eric Grundhauser “Meet the Woman Who Is Preserving the Smell of History” Atlas Obscura