DeSantis reconoce derrota de Trump en 2020, pero mantiene su preocupación por la seguridad electoral

El gobernador Ron DeSantis quizás haya puesto fin a las dudas sobre si cree que el ex presidente Donald Trump perdió la reelección en 2020. Sin embargo, cuando se trata de la seguridad general de esa elección, su respuesta no es tan clara.

Presionado durante una entrevista con NBC News sobre si cree que Trump perdió las elecciones de 2020 frente al ahora presidente Joe Biden, DeSantis reconoció sin rodeos que el ex presidente había sido derrotado y que Biden era el presidente legítimamente elegido. Sus declaraciones pusieron fin a un periodo de casi tres años en el que el gobernador de la Florida se negó a adoptar una postura clara sobre las afirmaciones de Trump de que las elecciones estuvieron amañadas.

Pero también esbozó lo que describió de una defectos y deficiencias en la elección, que van desde la prevalencia de los votos por correo y otros métodos de votación alternativos durante la pandemi, la existencia de las llamadas prácticas de “recolección de votos” y los supuestos esfuerzos de empresas tecnológicas como Facebook para “censurar” historias poco favorecedoras sobre el hijo de Biden, Hunter.

“Cuando cambiaron las reglas del COVID, creo que eso estuvo mal. Creo que algunos de esos cambios fueron inconstitucionales. Cuando hacen votaciones masivas por correo, creo que eso está mal. Creo que la recolección de votos está mal”, dijo DeSantis.

Si bien se desentendió de una de las acusaciones más atroces sobre las elecciones de 2020, que las máquinas de votación habían sido manipuladas,, las declaraciones de DeSantis subrayaron la delgada línea que el gobernador espera seguir mientras busca compensar una brecha obstinadamente amplia en las encuestas con Trump en la contienda por la nominación presidencial republicana de 2024.

El gobernador se abstuvo durante años de decir abierta e inequívocamente que Trump había perdido su candidatura a la reelección. Pero la presión para que reconozca esa derrota ha aumentado en los días transcurridos desde que Trump fue encausado por cargos federales relacionados con sus esfuerzos por aferrarse al poder tras las elecciones de noviembre de 2020.

Estrategas y donantes republicanos han exhortado a DeSantis y a otros candidatos republicanos durante meses a adoptar un enfoque más agresivo hacia Trump y su afirmación que las elecciones presidenciales de 2020 fueron amañandas, pero hacerlo pudiera ser a costa de aislar al menos a algunos electores conservadores que creen que a Trump le robaron la reelección hace dos años y medio.

“Está tratando de encontrar una manera de diferenciarse de Trump pero sin dejar de apaciguar a la base republicana. Y, en consecuencia, va a hacer enfadar a todos”, dijo Ford O’Connell, estratega del Partido Republicano y ex delegado de la campaña de Trump en 2020. “Una cosa es decir que perdió. Otra cosa es luego seguir con todas las formas en que la elección no estuvo a la altura”.

No hay evidencia de fraude o actividad ilícita generalizados en las elecciones presidenciales de 2020. Sin embargo, la idea de que la elección estuvo plagada de problemas se ha vuelto común entre los electores del Partido Republicano. Una encuesta de la Universidad de Monmouth publicada en junio encontró que más de dos tercios de los electores republicanos creen que la victoria de Biden en 2020 fue resultado de un fraude, mientras que solo 21% dijo que ganó unas elecciones “justas y limpias”.

Como gobernador, DeSantis ha firmado políticas que al menos hacen un guiño a las preocupaciones de los republicanos sobre el fraude electoral.

El año pasado promulgó un conjunto de nuevas normas electorales que prohibían la recolección de boletas, imponían restricciones a las herramientas de votación anticipada como los buzones de votación y endurecían los requisitos para solicitar boletas por correo. Esa legislación también estableció una de las primeras dependencias estatales dedicadas específicamente a investigar y perseguir el fraude electoral y los delitos electorales.

Pero tanto DeSantis como la oficina electoral de la Florida han adoptado medidas que él ha criticado en otros estados.

Por ejemplo, aunque ha criticado el voto por correo generalizado, salieron de la Florida más de 10 millones de boletas por correo en 2020. El gobernador también usó una orden ejecutiva durante la pandemia para ayudar a contar el diluvio de votos por correo suspendiendo una parte de la ley estatal que se aplica al escrutinio de esas boletas.

“Recuerdo que, después, muchos medios decían: ‘Estas son las elecciones más seguras de la historia’”, añadió en su entrevista con la NBC. “¿Cómo iban a ser las más seguras con esos millones de votos por correo emitidos?”.

También ha animado a los republicanos a aprovechar el voto por correo y el voto anticipado, y a participar en la “recolección de boletas”, una práctica que, según él, ha ayudado a los demócratas a poner el pulgar sobre la balanza en las elecciones de los estados donde está permitida.

En respuesta a la solicitud de comentarios del Miami Herald, un portavoz de la campaña presidencial de DeSantis destacó las declaraciones del gobernador a los periodistas en Iowa durante el fin de semana, en las que dijo que si bien preferiría prohibir la recolección de boletas, los republicanos deberían participar en la práctica mientras siga siendo legal.

“Como candidato para 2024, tendremos las organizaciones necesarias en cada estado para poder usar todas estas normas en nuestro beneficio”, dijo. “No vamos a quejarnos por ello. No vamos a luchar con una mano atada a la espalda. Vamos a entrar y no vamos a ceder al otro bando ni un milímetro en lo que a esto se refiere”.

Un aspecto central del argumento de DeSantis es que las diversas medidas relacionadas con las elecciones destinadas a hacer que el voto sea más seguro y más accesible durante la pandemia del coronavirus en 2020 se pusieron en marcha al azar. En su entrevista con NBC News, DeSantis culpó a Trump de sentar las bases para su propia derrota en 2020, señalando el dinero de asistencia federal enviado a los estados durante la pandemia. Parte de ese dinero estaba destinado a ayudar a los estados con la administración electoral.

Alex Conant, estratega republicano y ex asesor de la campaña del senador Marco Rubio a la Casa Blanca en 2016, dijo que los comentarios de DeSantis solo pueden enturbiar su mensaje sobre la seguridad electoral.

“Ser matizado en la política presidencial por lo general solo termina confundiendo a la gente”, dijo Conant. “Los electores esperan que los candidatos presidenciales tomen decisiones y adopten posiciones claras, ya que eso es lo que hacen los presidentes”.