DeSantis intensificó las ejecuciones en la campaña electoral. Se detuvieron después que perdió

Reality Check es una serie del Miami Herald que le pone la lupa a las decisiones de las personas con poder y las consecuencias de tales. ¿Tiene alguna sugerencia para un futuro artículo? Envíe un correo electrónico a nuestros periodistas a tips@miamiherald.com.

El año pasado, el gobernador Ron DeSantis firmó órdenes de ejecución para seis reclusos de la Florida, la mayor cantidad en un año en el estado desde 2014. También se estaba postulando a la presidencia.

DeSantis había firmado solo dos ejecuciones, ambas en 2019, hasta ese momento. El repentino aumento, junto con la legislación que firmó para reducir el requisito de jurado para la pena de muerte en la Florida, parecía señalar un nuevo enfoque hacia la pena capital.

Cuando DeSantis firmó la primera de esas seis órdenes de ejecución en enero de 2023, Bryan Griffin, portavoz del gobernador, dijo que el COVID y las emergencias estatales, como los huracanes, pueden retrasar algunas ejecuciones, pero que “el proceso se ha reanudado”.

La oficina de DeSantis no devolvió los correos electrónicos solicitando declaraciones sobre porqué no ha firmado ninguna orden de ejecución este año.

Pero este año, DeSantis no ha avanzado en ninguna ejecución, lo que llevó a algunos a cuestionar si las seis ejecuciones del gobernador el año pasado fueron motivadas por su campaña para presidente y el deseo de ser visto como duro contra el crimen. DeSantis suspendió su campaña en enero.

El oponente de DeSantis en las primarias para la nominación republicana, el ex presidente Donald Trump, supervisó una oleada récord de ejecuciones federales: 13 reclusos fueron ejecutados de julio a enero en los últimos meses de su presidencia.

“Creo que la mayoría de los observadores creen que el gobernador DeSantis estaba tratando de superar a Donald Trump para mostrar lo duro que era con el crimen”, dijo Robert Dunham, experto en la pena de muerte y ex director del Death Penalty Information Center. “Y su error de cálculo, por supuesto, es que la gente no estaba votando a favor o en contra de Donald Trump basándose en las opiniones sobre la pena de muerte”.

La pena capital solía tener un papel sustancial en las campañas de demócratas y republicanos por igual. Pero eso ha sido menos cierto en los últimos 20 años, a medida que el público estadounidense ha reconsiderado la pena de muerte y se ha vuelto menos favorable a ella.

Austin Sarat, profesor del Amherst College, afirma que los políticos siguen usando la pena de muerte con fines políticos, sobre todo si se trata de un delito sensacionalista que pueda ser noticia durante la campaña.

Pero cuando llega el momento de la ejecución, que a menudo se produce décadas después de la condena a muerte, la atención pública se ha perdido.

Sarat cree que el asunto es más complicado que el mero hecho de que los políticos quieran que haya ejecuciones porque están en campaña. DeSantis, incluso con el aumento en el número de ejecuciones que supervisó el año pasado, ha firmado muchas menos órdenes de ejecución que el anterior gobernador Rick Scott.

“Mi sospecha es que habló más del progresismo en las escuelas que de las ejecuciones en la Florida”, dijo Sarat.

Frank Baumgartner, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, dijo que los funcionarios electos esperan un beneficio de actuar con dureza contra la delincuencia.

Pero dijo que los electores no tienen una opinión diferente sobre las ejecuciones en comparación con otras medidas de mano dura contra la delincuencia, como el aumento de la financiación de la policía o la creación de leyes más duras.

“Todo se acumula en el cubo de la mano dura contra el crimen”, dijo. “La gente no hace esas finas distinciones”.

No está claro si DeSantis reanudará las ejecuciones durante sus últimos años como gobernador. La Florida tiene casi 280 personas en el corredor de la muerte, algunas de las cuales han estado encarceladas desde la década de 1970.

Pero su impacto en las personas condenadas a muerte pudiera durar años, y no solo en la Florida. Los cambios liderados por DeSantis a la pena de muerte en la Florida preocuparon a algunos oponentes a la pena de muerte, incluidos activistas, abogados y grupos religiosos, que señalan que la Florida tiene el mayor número de exoneraciones en el corredor de la muerte.

Junto con la firma de un proyecto de ley que requiere que solo ocho personas en un jurado condenen a alguien a muerte, dando a la Florida el umbral más bajo en la nación, DeSantis también aprobó un proyecto de ley que busca desafiar el precedente de la Corte Suprema de Estados Unidos y ejecutar a violadores de niños.

Los primeros fiscales de la Florida que intentaron acusar a un hombre con la pena de muerte por abusar sexualmente de un niño acabaron abandonando el caso tras una petición de la familia de la víctima.

Pero antes de eso, DeSantis era un partidario entusiasta de su intento de imponer la pena capital. En las redes sociales, DeSantis dijo que sería el “primer caso en desafiar a la Corte Suprema federal” desde que firmó la legislación y que los fiscales tienen “todo mi apoyo.”