DeSantis abre período legislativo prometiendo más guerras culturales y prohibiciones del aborto

Proclamando “todavía no han visto nada”, el gobernador Ron DeSantis usó el martes el primer discurso sobre el Estado del Estado de su segundo mandato para dirigirse a una audiencia política nacional y hacer un guiño a una Legislatura liderada por los republicanos que prometió trabajar unida para aprobar su agenda.

“Desafiamos a los expertos. Desafiamos a las élites. Ignoramos las habladurías. Lo hicimos a nuestra manera, a la manera de la Florida”, declaró DeSantis cuando los legisladores iniciaron su período de sesiones legislativas anual de 60 días.

El discurso de 30 minutos fue claramente menos político que sus recientes discursos en recaudaciones de fondos y charlas literarias por todo el país con el lanzamiento la semana pasada de su autobiografía política, “The Courage to be Free”. Pero DeSantis insinuó más escaramuzas políticas por venir mientras pone a la Florida a la vanguardia en el campo de batalla de las guerras culturales, ya que una Legislatura cooperativa ya ha propuesto una lista de proyectos de ley que lo mantienen ahí.

“Les puedo prometer esto, no han visto nada todavía”, concluyó.

Pocos minutos después de la apertura del período de sesiones, los republicanos presentaron un proyecto de ley, solicitado por el gobernador, que impone nuevas penas a las organizaciones que ayudan a los inmigrantes ilegales y otro proyecto de ley para reducir la prohibición de los abortos de un período de gestación de 15 semanas a seis en la Florida, a pesar de que la prohibición a partir de las 15 semanas todavía está pendiente de una sentencia de la Corte Suprema de la Florida.

En su discurso, el gobernador no hizo mención alguna a la ampliación de la prohibición del aborto y, a diferencia de los gobernadores republicanos de otros estados, no ofreció proporcionar asistencia a los nuevos padres, salvo una exención del impuesto sobre la venta de pañales.

“Tener un hijo será no conllevará impuestos”, dijo. “Estamos orgullosos de estar a favor de las familias, y estamos orgullosos de estar a favor de la vida en el estado de la Florida”.

Pero en una rara conferencia de prensa con reporteros del Capitolio después de su discurso, DeSantis calificó el proyecto de ley sobre el aborto “sensato” y dijo que da la bienvenida a la “legislación a favor de la vida”. Dijo que el momento de la prohibición “es menos [sobre la] semana que el hecho de que hay un latido cardíaco detectable”, dijo DeSantis.

La prohibición propuesta, que añadiría a la Florida a la lista de estados gobernados por republicanos con las prohibiciones más estrictas del aborto, fue de inmediato criticada por los demócratas, incluida la Casa Blanca, que la calificó de ataque directo a las libertades de las mujeres.

“Los republicanos de la Florida han recurrido a [la táctica de] tierra arrasada con lo que es efectivamente una prohibición total del aborto, con amenazas de criminalizar a las mujeres y a sus médicos”, dijo la senadora Lauren Book, de Plantation, líder demócrata en el Senado.

La representante Fentrice Driskell, demócrata de Tampa, advirtió que la medida será contraproducente para los republicanos.

“Creo que han mordido más de lo que pueden masticar”, dijo. “No creo que los floridanos vayan a estar contentos con esto”.

Legislatura se alinea con la agenda de DeSantis

El día de la apertura marca el momento en que los tópicos políticos se convierten en lenguaje de proyectos de ley y la agenda de la Legislatura para el período de sesiones pretende dar a DeSantis victorias políticas antes de un esperado enfrentamiento en las primarias presidenciales del Partido Republicano con el ex presidente Donald Trump.

Los legisladores republicanos también han propuesto proyectos de ley que prohíben los programas de diversidad, igualdad e inclusión, así como los estudios de género en los sistemas de universidades estatales e institutos superiores estatales. Permitirían la revisión de la titularidad de los miembros del profesorado y permitirían al gobernador controlar la contratación de profesores y controlar la junta que supervisa los deportes en las escuelas secundarias del estado. Otros proyectos de ley debilitan las leyes que protegen a los periodistas de las demandas, permiten la sentencia de muerte sin la decisión unánime del jurado y permiten a las personas portar armas ocultas sin licencia o entrenamiento adicional.

Los legisladores también están dispuestos a seguir el esfuerzo del gobernador para restringir los derechos LGBTQ con una legislación que apunta a espectáculos de drags y tratamientos para menores transexuales, y proponen extender la prohibición en el aula de discusiones sobre orientación sexual e identidad de género hasta el octavo grado.

DeSantis no mencionó al presidente Joe Biden, excepto para señalar que la administración “está demandando a la administración de Biden por sus políticas de captura y liberación’‘, una referencia a la práctica federal de liberar a los inmigrantes en la comunidad mientras esperan una audiencia de inmigración.

Señaló que la Florida ha transportado a “extranjeros ilegales a jurisdicciones santuario”, pero no se refirió al proyecto de ley presentado el martes que prohibirá a los municipios locales proporcionar fondos a entidades que expidan documentos de identidad a inmigrantes indocumentados y exigirá a los hospitales que aceptan Medicaid que pregunten a los pacientes si están “legalmente en Estados Unidos”.

Sin referencias al ‘progresismo’ esta vez

DeSantis no hizo mención a la palabra “progresismo”, en su discurso, como a menudo ha llamado a corporaciones, grandes empresas tecnológicas y medios mientras proclama con frecuencia que la Florida es “donde el progresismo va a morir”.

De los 19 gobernadores republicanos que ya han pronunciado su discurso anual sobre el Estado del Estado, solo uno, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha adoptado el uso de DeSantis de la palabra “progresismo”.

“Las escuelas son para educar, no para adoctrinar. Las escuelas no deben impulsar agendas progresistas”, dijo Abbott en su discurso sobre el Estado del Estado del 16 de febrero.

DeSantis dijo que la Florida no solo es el estado de más rápido crecimiento en la nación, sino que declaró que, bajo su liderazgo, ha “ocupado el primer lugar en la inmigración neta. Somos el número uno del país en creación de nuevas empresas. Somos el número uno en crecimiento económico entre los grandes estados”.

“Hemos promulgado aumentos récord en los salarios de los maestros”, dijo, y “proporcionado un sólido apoyo a la educación básica”.

También dijo a los reporteros que estaba dispuesto a reducir la financiación de las universidades e institutos superiores estatales para hacer cumplir sus enérgicas medidas contra la diversidad, la equidad y los programas de inclusión.

Sentados entre el público junto a su esposa, Casey, y su hijo pequeño Mason, había varios floridanos que, según él, se beneficiaron de sus políticas. Entre ellos estaban la maestra del año de la Florida, Melissa Anne Matz, del Condado Clay; habitantes de la isla de Sanibel cuya casa fue destruida por el huracán Ian; un médico de Panama City que ha criticado la vacuna contra el coronavirus, y una mujer que tomó bloqueadores de la pubertad y se sometió a una doble mastectomía cuando era adolescente en un esfuerzo por cambiar de género, pero que ahora se ha echado atrás.

“Nuestros niños no son conejillos de indias para la experimentación científica, y no podemos permitir que la gente gane dinero mutilándolos”, dijo DeSantis.

Lo que DeSantis no dijo

El discurso de DeSantis no mencionó muchos de los temas en la mente de muchos floridanos: el aumento del costo de la vivienda, el seguro de propiedad, las tarifas de los servicios públicos y la escasez de maestros. No se refirió a los 1.75 millones de floridanos que comenzarán a perder el seguro de salud a través de Medicaid en marzo o a los pronósticos de otro verano de floraciones de algas tóxicas.

Se hizo eco de muchos de los temas de sus discursos estatales anteriores, como declarar que la Florida no sería un estado santuario para los inmigrantes ilegales, a pesar que durante su mandato nunca ha habido gobiernos locales en el estado que operen como ciudades santuario.

Pidió a los legisladores que “se unan a otros 25 estados para promulgar la portación constitucional”, en referencia al proyecto de ley para eliminar el requisito de que los propietarios de armas tengan licencia o reciban capacitación para portar un arma oculta.

Prometió continuar con la expansión de los cupones para escuelas privadas que inició cuando fue elegido y prometió ampliar la prohibición estatal de los mandatos de vacunación contra el coronavirus y de mascarillas en el gobierno y las empresas.

“Hemos rechazado el estado de seguridad biomédica en la Florida y hemos proporcionado protecciones a los floridanos contra intervenciones médicas no deseadas, pero esas protecciones expiran en julio”, dijo. “Es importante que implantemos estas protecciones. La protección permanente contra el autoritarismo médico no debería tener fecha de caducidad en el estado libre de la Florida”.

Al igual que otros gobernadores en todo el país, DeSantis exhortó a los legisladores a “aumentar las penas para los traficantes de fentanilo”. Un proyecto de ley pendiente impondrá la pena de muerte en ciertos delitos de drogas.

No hizo mención a la legislación que ha respaldado que prohibiría a los bancos y empresas de inversión las llamadas inversiones “progresistas” destinadas a reducir el cambio climático o aumentar la igualdad social.

DeSantis no mencionó una medida que ha respaldado para que sea más fácil demandar a los medios de comunicación por difamación, pero al comienzo de su conferencia de prensa expresó su molestia por el hecho que se está vinculando a la legislación propuesta presentada por los republicanos. Dijo que no apoyaba un proyecto de ley presentado por el senador estatal republicano Jason Brodeur, republicano de Sanford, que requeriría que los blogueros que escriben sobre funcionarios electos se registren en el estado.

Mucho ha cambiado desde el primer discurso del gobernador sobre el Estado del Estado en 2019, liderando el estado a través de una pandemia global y ganando la reelección con un margen dominante en el proceso.

“Los resultados electorales de noviembre representan una reivindicación de nuestros esfuerzos conjuntos durante estos últimos cuatro años”, dijo.

En breves declaraciones ante el Senado, la presidenta del Senado, Kathleen Passoidomo, republicana de Naples, calificó a DeSantis de “gobernador de Estados Unidos” y dijo que “bajo el liderazgo del gobernador DeSantis, la Florida es más que un laboratorio. Somos un modelo”.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Renner, republicano de Palm Coast, también usó un breve discurso para llamar a DeSantis “gobernador de Estados Unidos” y prometió “resultados transformadores”.

“Continuaremos abordando las preocupaciones de asequibilidad a través de una asistencia fiscal sustancial”, dijo Renner, y promocionó el esfuerzo con respaldo empresarial para restringir las demandas contra las empresas, a las que calificó de impuesto sobre los floridanos. Renner también prometió imponer penas más severas a los delitos relacionados con armas de fuego, prometió ampliar las leyes de armas y fue el único que insinuó la búsqueda de leyes sobre el aborto más estrictas.

Los demócratas, que comienzan la sesión con menos miembros que el año pasado después de perder 11 escaños en la Cámara de Representantes y el Senado, están en la posición más débil desde 2011, cuando los republicanos tuvieron por última vez una supermayoría. Mientras DeSantis se disparaba a una victoria de 19 puntos, los demócratas perdieron cinco escaños en el Senado estatal y siete escaños en la Cámara estatal.

“En mi opinión demócrata, gran parte de esto se ha puesto en peligro por la agenda divisiva de un gobernador que compite por ser el más conservador de la nación”, dijo Book, la líder demócrata del Senado.

Repitió la crítica de que la agenda del gobernador, centrada en las elecciones, no aborda los problemas que consideran más apremiantes para los floridanos, como los bajos salarios, los elevados costos de la vivienda en propiedad, la atención sanitaria y los seguros de coche y propiedad.

“Es cierto, la economía de la Florida está en auge, pero desde el extremo sur hasta la costa del Golfo, la gente trabajadora sigue pasando apuros”, dijo Book. “Cuando los maestros y los socorristas no pueden permitirse vivir en las comunidades en las que trabajan, es hora de preguntarse, ¿por qué?”.

Ana Ceballos, redactora del Miami Herald, y Lawrence Mower y Romy Ellenbogen, reporteros del Tampa Bay Times, contribuyeron a este artículo.