Desalojaron el Bar Británico

Tras varios intentos de cierre, esta mañana fue desalojado el histórico Bar Británico por orden judicial y ante la presencia de los vecinos y clientes que resistieron por meses la medida.

El procedimiento comenzó a las 7 en el edificio situado en Defensa y Brasil, frente al Parque Lezama, por decisión del Juzgado en lo civil 107, cuyo titular es Diego Ibarra, y estuvo a cargo de personal policial y judicial.

José Trillo, tal vez "la cara" del Británico, con sus 70 años largos y con el guardapolvo de mozo todavía puesto, confesó su profunda tristeza al verse obligado a dejar el lugar en el que trabajó durante medio siglo.

Regreso a Galicia.

"Estoy muy triste, pero algún día tenía que ser",

dijo Trillo , para anunciar que ya se decidió y volverá a su Galicia natal, luego de haber estado radicado en la Argentina la mayor parte de su vida.

Trillo, junto a sus socios Pepe Quiñoni y Manolo Ponce, lentamente cargaban las cosas del bar en un camión de mudanzas: allí iban desde una caja registradora de más de 30 años de antigüedad, a cuadros, objetos, recuerdos de los 50 años en que el Británico era lugar de reunión de los parroquianos y de fuerte interés turístico.

También cargaron en los camiones mercadería, fiambres, pan, aceitunas y vajilla, además del antiguo mobiliario.

El operativo fue presenciado con dolor por decenas de vecinos del barrio que desde hace meses se oponían al cierre del café y hasta llegaron a realizar varias protestas contra el desalojo, entre ellas la recolección de firmas para ser elevado al Ejecutivo porteño.

La orden del juez Ibarra tenía fecha el 6 de junio pasado, pero fue suspendida hasta hoy, cuando finalmente se efectivizó con la llegada al lugar de los oficiales de Justicia, mientras en las puertas del café un cartel decía: "No al desalojo del Bar Británico. Preservamos nuestra identidad y patrimonio histórico cultural".

Atropello. La vecina Nora Palancio Zapiola señaló que el desalojo del Británico se constituyó en "un atropello al patrimonio cultural e histórico y al deseo de 20 mil personas que firmaron un acta en rechazo al cierre de este bar".

La mujer dijo, en declaraciones al canal TN, que "el bar no puede volver a abrir sus puertas a menos que el dueño del local compre el fondo a `los gallegos´", en referencia a José Trillo, Manolo Pose y Pepe Miñones, que desde hace 46 años están al frente del café.

El propietario del bar, Juan Pablo Benvenuto, alquiló las instalaciones a un nuevo locatario, quien no podrá abrir las puertas del local como el Británico si antes no compra el fondo de comercio, que es propiedad de `los gallegos´.

Al respecto, Palancio Zapiola sostuvo que "se está tratando de ver si es que hay una posibilidad de que después del desalojo, este nuevo inquilino o el propio dueño del local puedan comprar ese fondo".

El alma de la esquina.

Otro de los tradicionales clientes del café, Marino Santamaría, quien todas las noches se sentaba en una de las mesas a escribir sus cuentos, confesó: "Hoy se está viviendo un velatorio porque se está despidiendo el alma de esta esquina".

En tanto Trillo, acongojado y cargando él mismo bolsas de manies, aceitunas, jamón y pan, afirmó que ya no tenía "más ganas" de pelear por mantener abierto el bar. "Me voy a España", concluyó.

Agencias DyN y Télam