Derrumbe en Villa Gesell: encontraron el cadáver de Mirko, el perro de Rosita, y continúa la búsqueda de los desaparecidos
VILLA GESELL.– “Los perros están marcando y vamos a seguir avanzando”, confirman desde la conducción del operativo de búsqueda de sobrevivientes entre la montaña de escombros a la que se redujo la mayor parte del Apart Hotel Dubrovnik. Hasta el momento solo pudieron rescatar esta mañana dos cadáveres: el de Rosa Stefanic, la ex dueña, y más tarde el del perro que la acompañó estos últimos años, Mirko.
Se esperan resultados sobre la suerte de otras seis personas identificadas como ocupantes de esa unidad al momento del derrumbe. La expectativa está puesta en las cercanías de Rosita, como se la conocía a ella, ya que se cree que en el sector que ella habitaba, en medio de la torre que se desplomó y el salón comedor que sobrevivió al colapso, también vivían su sobrino, Nahuel Stepanic, y la pareja de él, Dana Desimone.
Con fotografías ampliadas, el ministro explicó la metodología de trabajo sobre un escenario que ofrece tres volúmenes de construcción: el del frente que se mantuvo en pie, al fondo estaba la torre de 10 pisos del hotel y en medio, como una suerte de transición entre uno y otro y a nivel de cuarta planta, una amplia unidad donde habitaba Rosita, como era más conocida la histórica propietaria del apart. Su cadáver fue recuperado esta madrugada al cabo de más de dos horas y media de trabajo de los bomberos.
“A Rosa la encontramos en el límite entre su departamento y el edificio de transición, abajo y a nivel de la calle”, explicó el funcionario, para reflejar que el hallazgo se logró casi 20 metros debajo de la altura original de la planta donde ella vivía junto a su sobrino, Nahuel Stefanic, y la novia de este, Dana Desimone.
Ese túnel que se improvisó comenzó a ceder y generaba un riesgo para los bomberos que operaban en el lugar. Con la nueva grúa, que puede mover placas de hasta casi 8 toneladas, permitió remover piezas de unos 12 metros de largo por 4 de ancho, según se consignó. Y permitió habilitar un nuevo sendero para continuar con la incursión.
Así se llegó a otro cadáver. En este caso el de Mirko, el perro rottweiler que era el más fiel compañero de Rosa. Se lo retiró de los escombros y, según ordenó la fiscal del caso, Verónica Zamboni, fue entregado a la familia Stefanic para que disponga de los restos de la mascota. “Seguimos buscando a Nahuel y Dana, que estarían cerca de Rosa”, anticipó el ministro.
La primera víctima mortal había sido Federico Ciocchini, que habitaba un departamento en un edificio lindero. Su esposa, María Josefa fue rescatada con vida. Otras ocho personas que estaban en otras unidades de ese complejo escaparon ilesas.
Diez pisos de hormigón
En paralelo se trabaja sobre el fondo de la estructura, allí donde estaba el cuerpo principal del edificio que colapsó. Esos diez pisos de hormigón armado cayeron hasta el segundo subsuelo que tenía este histórico hotel, fundado en 1986 por los padres de Rosa.
Allí estaban alojados los obreros que trabajan en obras de mejoras y remodelación y pernoctaban en el lugar, ya que venían desde Mar del Plata, Batán y la localidad de Merlo, según surge de los cuatro hasta ahora identificados entre los siete desaparecidos que componían la lista original, seis ahora tras el hallazgo del cadáver de Rosa.
La dinámica del derrumbe fue muy parecida a la de una implosión. Casi que cayó la estructura sobre sus propias bases, con una leve inclinación hacia un lateral, lo que provocó daños en el edificio lindero, un complejo de dos plantas que habitaban solo ocho personas. Allí se encontró muerto a Federico Ciocchini y se rescató con vida a su esposa, María Josefa. Los otros seis, repartidos en dos departamentos, resultaron ilesos y salieron por propios medios o asistidos por bomberos en los primeros minutos del operativo de rescate.
Además de Stefanic y Desimone permanecen desaparecidos cuatro operarios. Mariano Troiano, Matías Chaspman y Ezequiel Matu, que hacían obras de plomería, y Javier Fabián Gutiérrez. El primero oriundo de la localidad de Batán, los otros dos de Mar del Plata y el último de Merlo, todos en provincia de Buenos Aires.
A ellos los buscan en el ala posterior, ya que se alojaban en la torre del hotel. Es el otro foco de trabajo que tienen los bomberos y por donde los perros hacen recorridas frecuentes. Sus señales habilitan o no siguientes pasos, como el uso de equipos de sonar o sondas que pueden detectar sonidos o vibraciones.
“Puede ser que alguien esté aprisionado pero en buenas condiciones, y así pueda sobrevivir varios días”, insistió el ministro Alonso con ánimo de mantener en pie la hipótesis más venturosa de este operativo: encontrar y rescatar gente con vida entre tantas toneladas de escombros.
Los familiares de los desaparecidos mantienen su vigilia en una carpa de Calle 1 y Avenida Buenos Aires. Piden informes, consultan, se alarman con rumores de pésimas noticias y esperan confirmaciones. Las que llegaron hasta ahora son desalentadoras.