Derrota ante San Francisco duele, pero los Marlins enfrentan una gran preocupación con pitcher zurdo

Durante sus tiempos en los Mets de Nueva York, Michael Conforto fue una suerte de verdugo de los Marlins. Evidentemente, y aunque milite en los Gigantes, el jardinero no ha olvidado como infligir castigo y con un batazo potente evitó la humillación de una barrida.

Con la regla del corredor en segunda en la 11na entrada, Conforto encontró una bola sobre la cual descargar todo su poder para depositarla en la falsa grama más allá de la cerca del jardín central para que San Francisco venciera 5-2 a los peces, delante de 8,272 aficionados en el loanDepot park.

Pero la noticia del día no fue la derrota sino la corta apertura de Trevor Rogers, quien se fue a las duchas debido a una rigidez en el antebrazo izquierdo que mantiene preocupado al alto mando del equipo, que ya perdió un abridor en Johnny Cueto.

“Cuando estaba en la preparación del juego me di cuenta de que algo no estaba bien’’, reveló el zurdo.

“Después me di cuenta de que mi velocidad no era la misma. Lo que molesta es la espera para ver los resultados de un examen de resonancia magnética. Ojalá no sea nada grave’’.

Como si fuera una mala premonición, los Marlins tuvieron un tremendo chance de ganar en la décima entrada cuando llenaron las bases con un out, pero el relevista de la novena de la bahía Camilo Doval ponchó de manera consecutiva al dominicano Bryan de la Cruz y el venezolano Avisail García.

“Tuvimos oportunidad y creo que pudimos haber hecho las carreras, pero no pudo ser’’, comentó el manager Skip Schumaker.

“Todo pelotero quiere hacer bien las cosas para ganar y en este caso dejar en el terreno a los rivales, pero no sucedió así’’.

Para echar más sal en la herida, después del cuadrangular de Conforto se apareció en la caja de bateo Mike Yastrzemski para disparar otro enorme batazo por la pradera derecha que puso marcador definitivo al encuentro y final a una racha de 20.2 entradas sin permitir carreras del bullpen de los locales.

Durante 10 entradas el choque se mantuvo cerrado en extremo y la ofensiva contenida casi al mínimo porque Alex Cobb se mantuvo bien hermético en la primera mitad del juego por los Gigantes, mientras que el bullpen de Miami realizaba otro tanto contra los visitantes.

La labor del pitcheo de segunda línea de los peces siempre es necesitada, pero este miércoles mucho más luego de la salida de Rogers, algo que duele porque el zurdo venía de su mejor actuación en mucho tiempo contra Arizona al permitir una anotación en cinco entradas y se hablaba de estar listo para pasar página e iniciar un momento positivo como el del 2021, cuando fue uno de los candidatos al Novato del Año.

Entre lesiones y debilidades, a Rogers no le fue nada bien en el 2022 y se preveía que esta temporada fuera de relanzamiento, algo que flotaba en al aire hace unos días, pero que no quedaba tan claro en el momento en que se marchó luego de apenas tres episodios de faena.

Luego de que Darin Ruf pegara un doble e impulsara la carrera de los Gigantes, Rogers hizo una senal al dugout y el manager Schumaker salió acompañado del coach de pitcheo Mel Stottlemyre y el prepardor físico, quienes decretaron la salida del siniestro.

Como ha sucedido muchas veces en este inicio de temporada, el bullpen de los peces realizó un sólido trabajo comenzando por George Soriano, quien se apuntó dos entradas inmaculadas, y pasando por otros como Matt Barnes, Andrew Nardi, Huascar Brazoban y Tanner Scott.

Eso permitió que los Gigantes no hicieran más estragos hasta la llegada del segundo extrainnings -en el primero vencieron hace exactamente una semana a los Filis en 10 episodios- y que los Marlins pudieran empatar el choque ante Cobb con un sencillo de Garrett Cooper en la quinta entrada.

Las carreras fueron a la cuenta de Devin Smeltzer.

Miami pisó el plato por segunda vez en la parte baja de la 11na con un doble de Jon Berti, pero ya era demasiado poco y demasiado tarde.