Derechos de las personas trans en Europa: ¿Cuál es la situación en su país?
Los derechos de las personas transgénero son siempre un tema candente de debate, que divide a amigos y arruina el legado de ricos y famosos.
Esta semana, el Tribunal Supremo de Japón ha declarado inconstitucional una ley que obligaba a los transexuales a extirparse los órganos reproductores para cambiar oficialmente de sexo.
La decisión, adoptada por la instancia, compuesta por 15 jueces, fue la primera que se adoptaba sobre la constitucionalidad de la ley japonesa de 2003 que exigía la extirpación de los órganos reproductores para un cambio de género reconocido por el Estado, una práctica criticada desde hace tiempo por grupos internacionales de derechos humanos y médicos.
En Europa, el panorama tampoco está claro.
Aunque un reciente informe de Transgender Europe (TGEU) mostraba que el enfoque europeo de los derechos de las personas transgénero ha avanzado positivamente, también se observa un notable aumento de la reacción antitrans por parte de algunos gobiernos y medios de comunicación.
Aunque se han producido avances en la aplicación de más derechos para las personas trans en Europa durante 2022 y 2023, esto sólo se basa en la vuelta al progreso de 2022, que se produjo tras años de disminución de los niveles de derechos.
Sin embargo, el panorama no es del todo positivo.
TGEU afirma que el riesgo de regresión y de reacciones antitrans en amplias zonas del continente sigue siendo un problema acuciante para la comunidad.
Eslovaquia corre especial peligro de sufrir un mayor retroceso.
En este país se debate la posibilidad de prohibir el reconocimiento legal del género.
Rumanía, Letonia, Lituania, Chipre, Bielorrusia y Bulgaria tampoco apuestan por proteger a las personas trans.
En el otro extremo de la escala, los países elogiados por su desarrollo de los derechos de las personas trans fueron España, Moldavia, Andorra, Finlandia e Islandia.
Este año, Islandia consiguió superar a Malta y situarse en el primer puesto de la clasificación.
España también ha hecho grandes cambios, con su ley de gran alcance que abarca el empleo, la protección de los migrantes trans y la discriminación basada en la expresión de género.
Esa ley significa que la nación del sur de Europa ha adoptado el reconocimiento legal del género basado en la autodeterminación.
Aunque se ha criticado que las personas no binarias hayan quedado excluidas del cambio en el reconocimiento legal de género, con España ya son 11 los países europeos que cuentan con una forma de "autoidentificación" o, en términos sencillos, un modelo de reconocimiento legal de género basado en la autodeterminación.
Se considera que el Reino Unido va muy a la zaga de los países más progresistas de Europa.
El primer ministro, Rishi Sunak, ha sido acusado de burlarse de las personas trans y su gobierno está dispuesto a seguir adelante con los planes para prohibir las prácticas de conversión de homosexuales y trans.
Altos cargos conservadores han manifestado su preocupación por la posibilidad de que esta cuestión pueda dividir al partido. Algunos diputados han expresado su preocupación por la posibilidad de que una prohibición total de las prácticas de conversión trans pueda criminalizar involuntariamente a los padres o profesores que aconsejan a los niños que luchan con su identidad de género.
A principios de año, Westminster bloqueó un proyecto de ley de apoyo a la autoidentificación aprobado por el Gobierno autónomo escocés. Esta decisión ha suscitado voces de discriminación y actualmente se encuentra en los tribunales.
Curiosamente, países menos laicos como España y Grecia también han avanzado en la prohibición de la llamada "terapia de conversión" por motivos de identidad de género, y Moldavia ha tomado medidas para proteger a las personas trans de la discriminación, así como de los delitos de odio y la incitación al odio.
En general, parece que el movimiento hacia la aceptación trans va en la dirección correcta, pero como Nadya Yurinova de TGEU dice a Euronews, todavía queda mucho por hacer.
"Lo ideal sería que todos los países empezaran por el reconocimiento legal del género y el acceso a la atención sanitaria específica para personas trans para todos, especialmente para los grupos más marginados en las intersecciones con los refugiados, los BIPOC, los solicitantes de asilo y las comunidades de personas discapacitadas. También pedimos un periodismo con información trans y concienciación pública sobre la vida de las personas trans, la discriminación y la violencia a la que se enfrentan a diario", explica Yurinova.
En un informe visto por Euronews, TGEU critica a muchos Estados miembros de la UE por "incumplir sus obligaciones con las personas trans".
Afirma que nueve países -Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Estonia, Francia, Hungría, Lituania, Polonia y Rumanía- no ofrecen protección en materia de asilo, lo que supone una violación de la legislación de la UE. El TGEU considera que, al mantener unas normas rígidas para los solicitantes de asilo de orígenes diversos -en particular trans-, las personas en cuestión se encuentran inmediatamente en desventaja a la hora de ser aceptadas en un nuevo país.
Este parece ser sólo uno de los problemas que preocupan a quienes hablan en nombre de la comunidad trans.
Pekka Rantala, presidente de SETA, la organización de defensa de los derechos LGBTI más antigua y prominente de Finlandia, explica a Euronews que la situación es desoladora, incluso en el progresista país nórdico.
"Según mi experiencia en Finlandia y en conversaciones con activistas LGBTIQA+ de todo el mundo, la situación en torno al discurso del odio sigue siendo mala. Basándome en eso, diría que la situación sigue igual que en 2022", afirma.
Rantala explica que el conservadurismo en la política y "los agresivos enfoques en las redes sociales adoptados por los grupos antitrans" son los culpables, pero cree que hay esperanza de futuro para la comunidad trans.
"Campañas generales de sensibilización de la opinión pública, formación de funcionarios y medios de comunicación, prevención y lucha contra el discurso del odio y asegurarse de que existen las salvaguardias adecuadas para evitar la discriminación en la sociedad son medidas clave que hay que tomar", afirma.
"Estas acciones harían que la sociedad fuera más consciente y comprensiva con la comunidad transexual, pero también permitirían que el vínculo, a menudo tenso -cuando no roto- entre la comunidad transexual y la sociedad en general empezara a cicatrizar", añade Rantala.