La victoria en la Copa Mundial Femenina es una alegría y un catalizador para las niñas españolas

Tino Herrero Cervera, gerente del club de fútbol juvenil local, en Barcelona, España, el 20 de agosto de 2023. (Constant Méheut/The New York Times)
Tino Herrero Cervera, gerente del club de fútbol juvenil local, en Barcelona, España, el 20 de agosto de 2023. (Constant Méheut/The New York Times)

SAN PEDRO DE RIBAS, España — En los últimos segundos del partido, Ona Sánchez no podía estarse quieta. Luego, cuando por fin el árbitro pitó el final del partido para confirmar que España había ganado la Copa Mundial Femenina, Sánchez y la gente a su alrededor —niñas, niños, padres y otros aficionados que se habían reunido para ver el partido en San Pedro de Ribas, cerca de Barcelona— estallaron en vítores.

“¡Campeonas! ¡Campeonas! ¡Olé, olé, olé!”. Ona y su amiga Laura Solórzano, ambas de 11 años y arropadas con una bandera española, cantaron en la plaza central adoquinada de la pequeña ciudad mientras otros seguidores salpicaban agua de una fuente cercana. Las dos amigas, jugadoras de un club de fútbol local, afirmaron que no podían haber esperado un mejor final.

“Fue la primera vez que vi un Mundial”, comentó Ona, mientras salía de un grupo de niños que bailaban. “¡Y ganamos! ¡Estoy tan contenta! Me llena de esperanza”.

La primera victoria de España en la Copa Mundial Femenina y la clasificación de Inglaterra a la final no solo fueron logros formidables para equipos que se han transformado en eternos aspirantes al título en el espacio de unos pocos años. También fueron un mensaje fortalecedor para la gran cantidad de chicas de ambos países que cada vez practican más el deporte: las mujeres también pueden elevar una nación a la cima del fútbol mundial.

La final ha reflejado el creciente interés e inversión en el fútbol femenil en España e Inglaterra, donde cada vez más chicas se unen a clubes y las ligas crecen en tamaño y profesionalidad, un cambio profundo en países donde el fútbol durante mucho tiempo fue dominio exclusivo de los todopoderosos equipos varoniles y que es probable que se acelere después de la Copa del Mundo de este año.

“La percepción del fútbol femenil ha cambiado”, opinó Dolors Ribalta Alcalde, especialista en deportes femeniles de la Universidad Ramon Llull de Barcelona. “Ahora se ve como una oportunidad real y emocionante para las chicas. Este Mundial, con su alto perfil, tendrá un impacto en cómo la gente ve el fútbol femenil. Ayudará a dar un gran paso hacia adelante”.

Laura Solorzano, a la izquierda, y Ona Sánchez, después de que España ganó la Copa Mundial Femenina, en Gijón, España, el 20 de agosto de 2023. (Constant Méheut/The New York Times)
Laura Solorzano, a la izquierda, y Ona Sánchez, después de que España ganó la Copa Mundial Femenina, en Gijón, España, el 20 de agosto de 2023. (Constant Méheut/The New York Times)

En Inglaterra, el ambiente fue más sombrío pues se frustraron las esperanzas de la selección nacional de darle continuidad a su victoria en la Eurocopa. A pesar de esto, en los últimos años, las mujeres y las niñas se han interesado más en las ligas profesionales y recreativas, en una nación que se ha considerado a sí misma el hogar espiritual del deporte. El avance de las Leonas hasta la final solo ha alimentado ese optimismo.

“Es un catalizador para el cambio”, afirmó Shani Glover, embajadora del juego igualitario de la Asociación de Fútbol de Londres, la cual se ha comprometido a fomentar que las mujeres y las niñas jueguen tanto a nivel profesional como recreativo. Glover, una defensora de este cambio, afirmó haber observado un creciente interés de las chicas en el deporte, en particular después de la victoria de Inglaterra en la Eurocopa. “Tener a las mujeres en el centro del escenario cambia la mentalidad del público”, aseguró.

En San Pedro de Ribas, los residentes no tuvieron que esperar la Copa del Mundo de este año para beneficiarse del protagonismo del fútbol femenil.

Aitana Bonmatí, la mediocampista estrella española a quien nombraron la mejor jugadora del torneo, creció en la ciudad y jugó en el club de fútbol juvenil local durante varios años. Cuando Bonmatí alcanzó el éxito, muchas chicas se comprometieron con el fútbol esperando seguir sus pasos.

“Nuestro club ha crecido mucho”, comentó Tino Herrero Cervera, el gerente del club, quien hizo notar que la cantidad de equipos femeniles ha pasado de uno a diez desde 2014. En la actualidad, las chicas representan un tercio de los jugadores del club.

“Ver cómo Aitana se convirtió en una gran jugadora me motiva”, mencionó Laura, quien quiere ser futbolista profesional. Su equipo ganó este año un campeonato de liga juvenil con 14 puntos de ventaja sobre el subcampeón.

“Son las próximas Aitanas”, aseguró Herrero sonriendo para referirse a Laura y Ona. Agregó que el alto calibre del juego de las chicas había ayudado al ascenso del club en la clasificación de la liga. “Es sencillo, queremos que jueguen más chicas”, señaló.

No siempre ha sido así. Ribalta, la académica del deporte, también supervisa el fútbol femenil en el Espanyol, un club profesional de Barcelona, donde ella jugó durante más de una década. “Que una niña jugara fútbol solía ser traumático para la familia”, afirmó.

El cambio llegó apenas en los últimos años. Inglaterra creó una liga profesional nacional para mujeres en 2018 y España siguió su ejemplo tres años después. Los patrocinadores corporativos acudieron en masa y la élite de los clubes femeniles como el Arsenal y el Barcelona femenil empezaron a atraer más atención. El equipo del Barcelona ganó dos de las tres últimas ediciones de la Liga de Campeones femenil.

Esa tendencia se está filtrando a ligas más pequeñas y menos profesionales, así como a jugadoras más jóvenes. En Inglaterra, la cantidad de equipos que juegan en una liga femenil en Hackney Marshes, un famoso sitio para practicar fútbol recreativo al este de Londres, aumentó de 26 a 44 equipos en una temporada. En España, el número de jugadoras registradas ha aumentado más del doble desde 2015 y ya alcanzó casi 90.000 en la actualidad.

Esta cifra sigue estando muy lejos de los cientos de miles de hombres que juegan en ambos países. Sin embargo, muchas personas están convencidas de que la Copa Mundial de este año inspirará a más chicas a aficionarse al fútbol y a unirse a equipos juveniles talentosos, una cantera para las selecciones nacionales femeniles.

“Muchas niñas han visto a estas jugadoras en pantallas gigantes durante varias semanas y las han seguido en redes sociales”, explicó Soraya Chaoui López, fundadora de Women’s Soccer School en Barcelona, una academia que inició en 2017 para ayudar a las niñas a jugar al fútbol y promover la participación de la mujer en el deporte. “Son referentes a las que escucharán e imitarán. Ahora pueden aspirar a convertirse en jugadoras profesionales”.

c.2023 The New York Times Company