Tsitsipas y una lesión dejan a Sinner sin final
Redacción deportes, 13 abr (EFE).- La dureza y la batalla que ofreció el griego Stefanos Tsitsipas y una inoportuna lesión en la pierna derecha, en el ecuador de un tercer set que tenía encarrilado, frenaron el victorioso trayecto del italiano Jannik Sinner y llevaron hacia la final del Masters 1.000 de Montecarlo al heleno, que aspira a su tercer éxito en esta competición, el primero de 2024, con un triunfo por 6-4, 3-6 y 6-4.
El número dos del mundo había protagonizado una gran remontada y había dado la vuelta a la ventaja inicial de su rival, que se apuntó el primer set. Ganó el italiano el segundo parcial y se situó con 4-2 en el tercero. Con el triunfo a tiro. Sin embargo, de pronto, empezó a caminar mal. A estirar la pierna derecha. Bajó su nivel y pidió la asistencia del fisioterapeuta.
El médico trató al jugador en la pierna derecha en el intercambio del 4-3, pero con el saque para el transalpino. Pareció recuperado, pero ya nada fue igual. A pesar de su resistencia, perdió su servicio y Tsitsipas igualó el parcial y el partido. Olió sangre y lo aprovechó.
Sinner no pudo disimular la dolencia. Sintió calambres. Dejó de moverse con la soltura necesaria mientras Tsitsipas emergió. No está para desperdiciar situaciones el heleno, que pretende enmendar un curso irregular lejos de las expectativas creadas.
El que fuera tiempo atrás número tres del mundo se hizo con el partido después de dos horas y 39 minutos, y jugará otra vez por el título de Montecarlo que ya conquistó en 2021 y 2022. Lo hará ante el ganador del partido entre el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic y el noruego Casper Ruud.
Fue el griego el autor de la segunda derrota de la temporada de Sinner, el mejor jugador del circuito en lo que va de año y que llegó a la semifinal con veinticinco victorias y solo un partido perdido, ante el español Carlos Alcaraz.
El tope de Sinner en Montecarlo siguen siendo las semifinales tal y como ocurrió el pasado año, cuando perdió ante Holger Rune. Esta vez, en la misma instancia, fue Tsitsipas el que le frenó.
El tenista de San Cándido, ganador por ahora del Abierto de Australia, del torneo de Rotterdam y del Masters 1.000 de Miami, perdió un partido que tenía ganado, en la mano.
Tsitspas ha mostrado una notable mejoría en un año en el que no consigue despuntar. Lejos del nivel que le llevó al tercer lugar del ránking ATP, transita plagado de dudas y apartado de los momentos cumbre de los torneos. No es el caso en Montecarlo, donde ha llegado a su primera final del año.
Fue por delante en el marcador porque rompió en el cuarto juego del primer set y mantuvo el tipo hasta cerrar la manga. Pero Sinner había empezado a mejorar. Superado ese despiste que le llevó a perder el saque, inició el segundo con contundencia. Quebró en cuanto pudo y se puso con 3-0, una ventaja insalvable para el heleno, que afrontó el choque con cinco victorias en ocho partidos sobre el transalpino, tres triunfos de cuatro partidos en tierra. Ahora cuenta con una más.
Igualado el cara a cara, con Tsitsipas afectado y Sinner en pleno vuelo, rompió pronto otra vez el número dos del mundo, que se puso con una ventaja que parecía definitiva. Entonces apareció la lesión en la pierna derecha y frenó en seco. Tsitsipas siempre creyó y mantuvo el pulso sin dar opción de resurrección a su adversario hasta sellar el triunfo.
Espera una nueva final al griego ante el noruego Casper Ruud.
(c) Agencia EFE