Trump fue condenado. Esto es lo que sigue

No existe ninguna prohibición legal para que Donald Trump se postule para presidente siendo un convicto, o incluso para que ejerza como presidente una vez condenado. (Haiyun Jiang/The New York Times)
No existe ninguna prohibición legal para que Donald Trump se postule para presidente siendo un convicto, o incluso para que ejerza como presidente una vez condenado. (Haiyun Jiang/The New York Times)

El expresidente ha prometido apelar, pero puede enfrentar restricciones para viajar y votar mientras hace campaña por la Casa Blanca.

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La condena a Donald Trump del jueves es solo el paso más reciente en su odisea legal por el sistema judicial de Nueva York. El juez, Juan Merchan, fijó la fecha de sentencia de Trump para el 11 de julio. El expresidente podría ser sentenciado a un máximo de cuatro años tras las rejas o a libertad condicional.

Trump ya ha indicado que planea apelar, después de meses de criticar el proceso y atacar al fiscal del distrito de Manhattan que presentó el caso, así como a Merchan, quien presidió su juicio.

Sin embargo, mucho antes de que se admita ese recurso, Trump se verá envuelto en los engranajes del sistema de justicia penal.

Un informe de presentencia hace recomendaciones basadas en los antecedentes penales del acusado —y previo a este caso Trump no tenía antecedentes—, así como en su historial personal y en el delito en sí. El expresidente fue declarado culpable de falsificar registros comerciales en relación con un pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels, una estrella del cine porno que dice haber mantenido una breve relación sexual con Trump en 2006, a fin de comprar su silencio.

En la entrevista previa a que se dicte sentencia, un psicólogo o trabajador social del departamento de libertad condicional también podría hablar con Trump en una entrevista durante la cual el acusado puede “tratar de causar una buena impresión y explicar por qué merece un castigo más leve”, según el Sistema Judicial Unificado del Estado de Nueva York.

El informe previo a la sentencia también puede incluir presentaciones de la defensa, y puede describir si “el acusado está en un programa de asesoramiento o tiene un trabajo estable”.

En el caso de Trump, por supuesto, está solicitando —por así decirlo— un trabajo estable como presidente de Estados Unidos, en una campaña que puede verse complicada por su nueva condición de delincuente. Es probable que Trump tenga que presentarse periódicamente ante un agente de libertad condicional, y podrían imponérsele normas para viajar.

No existe ninguna prohibición legal para que Trump se presente a las elecciones presidenciales siendo un convicto, ni siquiera para que ejerza como presidente. Votar —por sí mismo, presumiblemente— sería más complicado: Trump está registrado como votante en Florida, donde se exige a los delincuentes que cumplan toda su condena, incluida la libertad condicional, antes de recuperar el derecho al voto. A pocos meses de las elecciones, parece poco probable que Trump pueda cumplir su condena antes de esa fecha.

Trump fue condenado por 34 delitos graves de clase E, el nivel más bajo de Nueva York, cada uno de los cuales conlleva una pena potencial de hasta cuatro años de prisión. La libertad condicional o el confinamiento domiciliario son otras posibilidades que Merchan puede considerar.

Dicho esto, el juez ha indicado anteriormente que se toma en serio los delitos de cuello blanco. Si impusiera penas de prisión, probablemente lo haría de forma concurrente, lo que significa que Trump cumpliría condena por cada uno de los cargos por los que fue condenado simultáneamente.

Si, por el contrario, Trump fuera condenado a libertad condicional, existe la posibilidad de que sea encarcelado si se descubriera que ha cometido otros delitos. Trump, de 77 años, se enfrenta actualmente a otros tres casos penales: dos federales, relacionados con el manejo de documentos clasificados y sus esfuerzos para anular las elecciones de 2020, y un caso estatal en Georgia relacionado a la interferencia electoral.

Incluso antes de la sentencia, se espera que el equipo legal de Trump interponga una apelación, un procedimiento sencillo que, sin embargo, debe resolverse con celeridad .

Dado que fue condenado por delitos no violentos, es poco probable que Trump sea encarcelado en espera de la sentencia, la cual también podría ser suspendida durante la apelación. Esto podría retrasar la sanción más allá del día de las elecciones, ya que la vista y el fallo de la apelación podrían tardar meses.


Jesse McKinley
es un reportero del Times que cubre el norte del estado de Nueva York, los tribunales y la política. Más de Jesse McKinley

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