El truco inesperado para asar los mejores hot dogs

Utiliza los condimentos clásicos o sé creativo con los aderezos para los hot dogs. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Testani/The New York Times)
Utiliza los condimentos clásicos o sé creativo con los aderezos para los hot dogs. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Testani/The New York Times)

Este sándwich es la felicidad al alcance de la mano, sobre todo cuando no le das demasiadas vueltas a su preparación.

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Mete una salchicha al congelador y déjala ahí hasta que se endurezca. Ese es el primer paso para cocinar un hot dog, según un video publicado en junio y visto decenas de millones de veces. Después, la salchicha congelada se rebana con un pelador de verduras, se cocina en la freidora de aire y quedan tiras que parecen rizos.

En otros videos, las salchichas han sido sometidas a tratamientos más extremos: cortadas en espiral y como bellotas, marcadas con cortes en forma de “x” y como escamas de pescado. Aunque estas preparaciones prometen trocitos dorados y tiempos de cocción más rápidos, no todos esos retoques valen la pena.

Receta: Hot dogs a la parrilla

En pruebas con varias marcas de salchichas (de ternera, cerdo, ave y de origen vegetal) en parrillas de carbón y de gas, y en una fogata, solos y en panecillos con aderezos, el método más firme para conseguir unos hot dogs dorados y consistentes fue también el más sencillo. No hace falta pelador de verduras ni tutoriales de TikTok.

La preparación es mínima: una llama, una rejilla y pinzas. El método también es simple. Estos son los tres consejos a tener en cuenta.

Procura un fuego que no esté demasiado caliente

En las pruebas realizadas, el calor moderado es el más adecuado para obtener las salchichas crujientes por fuera y calientes por dentro. Calentarlas gradualmente minimiza el riesgo de que se revienten y deja más tiempo sobre el fuego para que adquieran sabor ahumado. Para conseguir esa temperatura no demasiado alta, espera a que el fuego del carbón pase de ardiente a humeante y cubierto de ceniza, o ajusta la parrilla de gas entre 162 y 190 grados Celsius. Deberías poder mantener la mano a diez o quince centímetros por encima de las rejillas durante seis o siete segundos.

Evita preparaciones y pasos adicionales

Cortar una salchicha por la mitad a lo largo para que quede plana en la parrilla como un libro abierto la vuelve muy crujiente y crea un canal conveniente para recibir y contener los aderezos, pero la carne se achicharra fácilmente y se seca. Trinchar la salchicha con un diseño específico exige mucho del cocinero, quien idealmente está más concentrado en tomar una bebida fría que en hacer una escultura artística. Y mantenerlas enteras garantiza su jugosidad. Durante las pruebas de recetas, cortarlas produjo la mayor pérdida de humedad y grasa por peso: un 20 por ciento en comparación con el 10 por ciento de las salchichas cocinadas directamente del envase.

En resumen, la única preparación que hay que hacer es secar las salchichas.

Si utilizas salchichas envueltas en tripa natural, hay un paso adicional: pincharlas por todos lados con un tenedor antes de cocinarlas para que suelten parte del vapor y no revienten al cocinarse. O, si tienes una cacerola a mano, cuécelas a fuego lento en agua hasta que se calienten y, después, ásalas en la parrilla durante uno o dos minutos.

Coloca las salchichas paralelas a las rejillas

Las marcas de la parrilla lucen bien, pero una salchicha bien dorada sabe más rica. En lugar de colocar las salchichas perpendiculares a las rejillas, colócalas entre las barras, como las que giran en las cajas de los estadios o las tiendas. De este modo, la carne queda más expuesta a las llamas, se tuesta más rápidamente y no se rueda. (Asegúrate también de que haya al menos un centímetro entre cada pieza para que el calor pueda circular y dales vuelta cada minuto para que se doren por igual).

Los hot dogs son la felicidad al alcance de la mano, mejor cuando no se les da demasiadas vueltas. Solo tienes que cambiar la dirección en la que los pones en la rejilla y chisporrotearlos a fuego moderado hasta que tengan buen aspecto, olor y sabor. Después, solo hay que ir por los panecillos, los aderezos y sonreír.

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