Triple Corona: qué tienen las canchas que hizo cambiar el orden de los abiertos de Tortugas y Hurlingham luego de 52 años

Las canchas de Tortugas lucen espléndidas, pero su antigua construcción y su poca ventilación las hacen de secado lento, y por ende, vulnerables a las lluvias.
Las canchas de Tortugas lucen espléndidas, pero su antigua construcción y su poca ventilación las hacen de secado lento, y por ende, vulnerables a las lluvias. - Créditos: @Rodrigo Nespolo

El trío de torneos de polo más importante del mundo, Tortugas-Hurlingham-Palermo, que era recitado de memoria como una delantera exitosa de fútbol, acaba de alterar su orden, quizás para siempre. El Abierto de Hurlingham ya coronó campeón a La Dolfina, el sábado 7 de este mes, y desde el martes 10 se desarrolla el Abierto de Tortugas, que se definirá este sábado entre La Natividad –defensor del cetro– y La Hache. Uno de los motivos que propiciaron el cambio tras 52 años de Triple Corona es la particularidad que presentan las canchas de ambos certámenes.

Y justo ocurre en un año en que el calendario está apretado, entre aquel comienzo del 26 de septiembre y el cierre del 2 de diciembre, día en que concluirá el Argentino Abierto. En varias de las últimas temporadas, a Tortugas las lluvias lo han complicado sobremanera, entre múltiples suspensiones, partidos comenzados que fueron interrumpidos y hasta un encuentro que empezó en una cancha y terminó en otra, un rato más tarde, por los resbalones que estaban padeciendo los protagonistas. En cambio, desde hace varios años no existe ese problema en el Abierto de Hurlingham, que, por cierto, exportó casi todas sus fechas al predio de Pilar de la Asociación Argentina de Polo (AAP) y, en 2023, sus semifinales al Campo Argentino de Polo, de Palermo, el mismo lugar donde se celebró su final de 2019, por caso, a raíz de... lluvias que habían afectado su principal campo de juego.

Los campos de juego del predio de Pilar de la Asociación Argentina de Polo, muy abiertos, demoran poco en evacuar la humedad tras una precipitación.
Los campos de juego del predio de Pilar de la Asociación Argentina de Polo, muy abiertos, demoran poco en evacuar la humedad tras una precipitación. - Créditos: @Rodrigo Nespolo

¿Por qué el enroque ahora entre las dos primeras competencias de la tríada? Por dos motivos. En primer lugar, el inicio de la primavera es en general frío y lluvioso, y no es hasta bien entrado octubre que el clima se vuelve templado. Por el otro, los suelos: su constitución en Manuel Alberti, la localidad donde se asienta Tortugas, y las condiciones del lugar hacen menos refractarios al exceso de agua a esos pisos. La explicación puede ser mucho más rigurosa y minuciosa que eso si la dan especialistas, claro.

Tortugas Country Club se presenta como el primer country de la Argentina, fundado en 1930. Tiene seis canchas de polo, de las cuales este año son utilizadas tres para el Abierto. “Tienen algunos factores que las llevan a retener más la humedad”, explica Marcos Paillot, el agrónomo a cargo de ellas, parte del equipo de Battro Polo Fields. Detalla tres cuestiones principales: su entorno, la ubicación y la construcción original.

La forestación y las viviendas circundantes obstruyen la circulación de aire en el elegante Tortugas Country Club; son uno de los tres factores que complican a sus canchas.
La forestación y las viviendas circundantes obstruyen la circulación de aire en el elegante Tortugas Country Club; son uno de los tres factores que complican a sus canchas. - Créditos: @Rodrigo Nespolo

“Tienen poca ventilación, por estar rodeadas por árboles y edificaciones. Se las construyó en lo que originalmente era una zona baja, por lo que la napa freática no está muy lejos de la superficie, y a eso se suma que la sub-base más arcillosa genera menor infiltración. Y por último, la construcción es muy antigua, de cuando los perfiles de caída de las canchas para el drenaje superficial eran hechos muy leves”, precisa Paillot. Todo esto lleva a un desenlace: el torneo de Tortugas sufre mucho las lluvias, porque sus canchas se secan lentamente.

De esos tres problemas, dos no son solucionables, y uno es complicado. Los árboles circundantes no serán talados, ni las casas, derribadas, para mejorar la ventilación de las canchas, por supuesto. Tampoco éstas pueden ser trasladadas, como si fueran una mesa billar, a una zona más elevada. Lo único viable sería reconstruir sus pendientes con las inclinaciones modernas, de ocho centímetros de caída cada diez metros. Pero eso presenta un inconveniente.

Una imagen simbólica: la cancha, la bandera de Tortugas y, a muy pocos metros, una casa; su retraso en el calendario debería favorecer al ahora segundo torneo de Triple Corona.
Una imagen simbólica: la cancha, la bandera de Tortugas y, a muy pocos metros, una casa; su retraso en el calendario debería favorecer al ahora segundo torneo de Triple Corona. - Créditos: @Rodrigo Nespolo

“Si alterás toda la superficie ahora, retrocedés en calidad de cancha”, advierte Paillot. Y explica: “No hay nada peor para una cancha de polo que la desigualdad en su superficie; siempre se procura la uniformidad. Estas canchas tienen muchos años de agregado de arena, para llegar al actual espesor de unos 20 a 24 centímetros. Reconstruir la cancha haría que todo esto se alterara”.

A 30 kilómetros de Tortugas se encuentra Hurlingham Club, decano del polo argentino y fundado en 1888 por miembros de la comunidad británica. Posee cuatro canchas de polo, que tienen medidas reglamentarias, cerca de los mínimos. Para los cuartos de final (primera rueda) fueron empleadas las canchas de la AAP, en Pilar. Para las semifinales, las del Campo Argentino de Polo. Y sólo la final tuvo lugar en Hurlingham Club. ¿Y qué tal son esas canchas?

Adolfo
Adolfo "Poroto" Cambiaso transita la cancha Lewis Lacey, histórica de Hurlingham Club, en la final que hace dos semanas La Dolfina le ganó a La Hache por el Abierto; ése fue el único partido del certamen que tuvo lugar en la sede de la entidad de origen inglés. - Créditos: @Santiago Filipuzzi

“La 1 de Hurlingham es de las que más se secan en Argentina”, afirma Gonzalo Ray, del mismo equipo que Paillot y encargado de las canchas de la AAP y la de Hurlingham. Y abunda que eso se debe a un sistema de drenajes que fueron hechos para conectar con las napas, que a su vez están asentadas sobre una sub-base más franca, de mejor circulación hídrica.

De las canchas de la Asociación, en el primer campeonato de Triple Corona fueron usadas solamente las números 1 y 2, que Ray controló durante la competencia. Se mide la compactación del terreno, la densidad del pasto, la humedad (“ahora está cerca de 20%, pero de a poco se va llevándola con riego hasta 40%, ya por noviembre”). También se lleva un registro de temperatura del suelo, que fue de 14 grados durante las primeras fechas. “Lo ideal, para que crezca activamente el césped, es entre 17 y 27 grados. Por eso el comienzo de la temporada es un momento delicado”, sostiene Gonzalo, que menciona que “el mejor momento del tifton [el tipo de césped de estas canchas] es marzo”. En tanto, la altura de corte está en 22 milímetros, una cifra que se puede llegar a bajar hasta 16. “Hoy las canchas de la Asociación están aptas para un Abierto”, confía Ray.

Juan Martín Nero va a fondo por la 1 de Hurlingham, una de las canchas más viejas del país, la principal del club decano del polo argentino.
Juan Martín Nero va a fondo por la 1 de Hurlingham, una de las canchas más viejas del país, la principal del club decano del polo argentino. - Créditos: @Santiago Filipuzzi

En un deporte de torneos antiguos, el clima se impuso a la tradición. Si bien a medida que se avanza en la primavera las probabilidades de precipitaciones aumentan, también lo hace la insolación (la cantidad de energía que llega en forma de radiación), que favorece el secado de las canchas luego de una precipitación. Al Abierto de Hurlingham el cielo lo ayudó. Y en lo que transcurrió de Tortugas el tiempo viene haciendo guiños. Así, con un lugar más tardío en el calendario, el torneo del añejo country espera un poco más tranquilo ante la chance de que llueva algún día. Porque sus canchas puedan estar más secas, sin necesidad de talar árboles para tener más sol.

El bello entorno de Tortugas conspira contra la elasticidad hídrica de sus campos de juego, que además son bajos y no tienen la caída suficiente para el drenaje, pero el certamen está más cubierto del clima con la nueva fecha que se le asignó en el orden de la Triple Corona.
El bello entorno de Tortugas conspira contra la elasticidad hídrica de sus campos de juego, que además son bajos y no tienen la caída suficiente para el drenaje, pero el certamen está más cubierto del clima con la nueva fecha que se le asignó en el orden de la Triple Corona. - Créditos: @Hernán Zenteno