Talentos en fuga: por qué Boca no puede retener a las joyas que surgen de su cantera
“No podemos hacer nada”.
La respuesta de un dirigente de Boca ante la consulta de LA NACION describe a la perfección la situación que atraviesa el club respecto de la incesante fuga de jugadores jóvenes a los más variados destinos futbolísticos. Un mal que aqueja a los clubes argentinos en general y al Xeneize en particular, que por estas horas, y tras las salidas de Ezequiel Fernández (a Arabia Saudita), Luca Langoni (a Estados Unidos) y Aaron Anselmino (a Gran Bretaña, aunque regresó a préstamo) intenta retener desesperadamente a otra de sus joyas surgidas del semillero. ¿Nadie quiere jugar en Boca?
En los últimos días, Cristian Medina se sumó a la larga lista de futbolistas menores de 23 años que manifestaron su deseo de abandonar el club en lo que va de la gestión Riquelme. Nahuel Molina, Nicolás Capaldo, Valentín Barco y Nicolás Valentini son otros de los jugadores nacidos en la cantera del club que optaron por continuar su carrera en el exterior o, incluso, como en el caso del zaguero, prefirieron quedar hasta diez meses parados con tal de conseguir la libertad de acción y negociar con otro club de manera independiente.
En lo que va del mercado, Boca ya perdió a tres de sus juveniles más codiciados y está a punto de perder al cuarto. La oferta por Aaron Anselmino resultó irrechazable: 21.000.000 de dólares por un jugador que, al momento de concretarse su traspaso al Chelsea, no llegaba a la docena de partidos en Primera. Boca, además, se aseguró el préstamo sin cargo del defensor hasta el 30 de junio de 2025, con una opción de repesca en diciembre por otro millón de dólares más. Se trata de la tercera mejor venta de la historia de Boca, detrás de la de Fernando Gago al Real Madrid y la de Walter Samuel a Roma.
Pero no todos los casos fueron iguales. Equi Fernández, por ejemplo, avisó que no volvería a Boca tras su participación en los Juegos Olímpicos y forzó su salida al Al-Qadsiah pese a que en marzo de este año había renovado su contrato hasta finales de 2028 y con una importante mejora salarial. De hecho, fue el propio mediocampista quien ejecutó la cláusula de rescisión de 20.000.000 de dólares para llegar al conjunto árabe, al que se unió por cuatro temporadas. En el club asiático, recién ascendido a la Liga Profesional Saudí, Equi percibirá un sueldo 12 veces superior al que tenía en el Xeneize. En otras palabras: cobrará en un mes lo que Boca le pagaba en un año.
Más allá de lo económico, que juega un papel central en la carrera de todo futbolista, Boca no tuvo manera de sostenerlo en el plantel. El club cuenta con el presupuesto más alto de Primera División y con varios futbolistas cuyos contratos superan ampliamente la media del fútbol argentino (Edinson Cavani, Frank Fabra, Marcos Rojo y Sergio Romero), lo que le impide realizar grandes erogaciones de dinero, pese al brillante pasar económico que vive el club, que en su última Asamblea de Representantes aprobó un superávit récord de $11.573 millones de pesos. Aun así, cualquier propuesta hubiera resultado insuficiente para intentar retener al mediocampista que completó 67 partidos con la camiseta azul y oro, con dos goles y un título.
Por supuesto, el presente futbolístico de Boca también jugó su parte para que Equi decidiera armar las valijas. Sin Copa Libertadores por delante (gran vidriera internacional y usina de importantes premios en dólares), el volante decidió ponerle fin a su etapa en el club y emigrar en busca de nuevos objetivos. Fernández no era el futbolista a vender y su salida tomó por sorpresa a los propios dirigentes de Boca, que no tuvieron manera de convencerlo.
“Hemos tenido la venta de Langoni (al New England de la MLS), a quien le deseamos mucha suerte y esperemos que disfrute mucho. Y, bueno... Como ustedes saben, lo de Equi fue por la cláusula…”, explicó Riquelme, algo disgustado, en TNT Sports.
Inter Miami, Botafogo (en tres oportunidades), Nottingham Forest, Fenerbahce y Fiorentina son solo algunos de los clubes que posaron sus ojos en Medina. El volante de 22 años alcanzó su pico de rendimiento en 2023 y también pidió ser vendido antes del cierre del libro de pases en Europa. Un video publicado (¿por error?) en el canal de Boca en YouTube captó el momento en que el volante le confiesa a Miguel Merentiel su intención de marcharse de Boca. “Si no me voy ahora, no me voy más. Tengo que firmar un contrato de por vida”, susurra el mediocampista.
“Si no me voy ahora, no me voy más. Tengo que firmar un contrato de por vida”.
🗣️ La frase que Cristian Medina le dijo a Miguel Merentiel durante una charla en el entrenamiento. pic.twitter.com/NJQUrFkZPj— Planeta Boca Juniors (@PlanetaBoca) August 26, 2024
El lunes, en la concentración previa al partido contra Estudiantes, Medina y su representante mantuvieron una charla con los integrantes del Consejo de Fútbol en la que el jugador expuso sus ganas de encarar nuevos rumbos. Ya es una decisión tomada: por más dinero que le ofrezca Boca, su deseo es partir. Si es a la Fiore, mejor. Y si no, al subcampeón de la liga turca, con el que ya llegó a un acuerdo por el monto (siete dígitos anuales) y la extensión del contrato (sería por cinco años). “Ustedes fueron jugadores y saben lo que significa un pase a Europa”, habría planteado el futbolista.
El tema, ahora, es la forma en que intentará buscar una salida. Por lo pronto, prometió seguir estando a disposición del DT y el lunes jugó los 90 minutos del empate con el Pincha. Pero el tiempo apremia y Medina espera resolver su futuro cuanto antes. Este viernes cierra la ventana de fichajes en Italia y el 13 de septiembre, en Turquía.
Medina era el jugador a vender en el actual mercado de pases, pero el adiós de Equi Fernández modificó los planes de la dirigencia, que no quiere perder a los dos. La primera respuesta de Boca al planteo de Medina fue que solo le dará vía libre en caso de que él mismo ejecute la cláusula de US$20.000.000 netos. Fenerbahce ofertó 8.000.000 de euros netos más otros tres por objetivos, y todavía no obtuvo respuesta. Los turcos intentarán acelerar las charlas en estos días porque el 4 de septiembre vence el plazo para inscribir jugadores para la fase de grupos de la Europa League.
“Estamos muy contentos con Cristian, lo queremos muchísimo y es muy importante para el equipo. La cláusula es de 20.000.000 y por ahora seguirá acá”, aseguró, tajante, Raúl Cascini.
Fiorentina es el otro equipo interesado, pero la relación de Boca con los italianos dista mucho de ser la mejor. ¿El motivo? El llamado del club de Florencia para intentar llevarse a Valentini en medio del conflicto contractual con el defensor. El Vikingo, marginado del plantel desde abril de este año, se entrena con sus compañeros, pero no es tenido en cuenta por decisión del Consejo de Fútbol. El jugador se negó a renovar su vínculo por considerar insuficiente la oferta salarial de Boca y quedará con el pase libre a partir del 1º de enero de 2025.
En su caso, la relación con la dirigencia está prácticamente rota, ya que el club no le permitió seguir jugando en medio de las idas y vueltas por su contrato. Un caso similar al del campeón del mundo Nahuel Molina, que no llegó a un acuerdo para continuar en el club (al regresar de su préstamo le quedaban solo seis meses de contrato) y se marchó libre a Udinese, de Italia. “Nahuel estaba ganando como un jugador de la C, tenía un contrato firmado con Boca desde hacía cinco años”, denunció en su momento Leonardo Rodríguez, representante del lateral.
La brecha salarial con el resto de los países, la ausencia de desafíos importantes (Boca ya no tiene competencias internacionales por delante y aún no está clasificado a ninguna copa) y cierta intransigencia de la dirigencia a la hora de negociar los contratos provocaron que varios futbolistas jóvenes elijan alejarse del club.
En enero de 2023, sin ir más lejos, Valentín Barco aceptó continuar en Boca hasta el final de la Copa Libertadores siempre y cuando el club le firmara una cláusula de rescisión de apenas 10.000.000 de dólares, una suma irrisoria para un jugador de su proyección. El club le ofreció un vínculo por cuatro temporadas y ser, además, el mejor pago de todo el plantel, por encima de nombres como Romero, Benedetto y Marcos Rojo. Sin embargo, el lateral rechazó todas las propuestas y ejecutó la cláusula para jugar en el Brighton, que acaba de prestarlo al Sevilla.
Con otros apellidos, la historia se repite cada año: jugadores que se van sin que el hincha pueda disfrutarlos.