El suicidio que la historia desmintió

Liza Luna

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 21 (EL UNIVERSAL).- En el aniversario 103 de la muerte de Venustiano Carranza, recordaremos la polémica teoría que Rodolfo Herrero, general responsable de su asesinato, difundió sobre el revolucionario, de que el entonces presidente se suicidó antes que dejarse capturar.

La historia desmintió la muerte autoinfligida de Carranza, pero continúa siendo un aspecto relevante dentro de la investigación y del manejo de las autoridades de la época.

Herrero difundió esa versión para librarse de las consecuencias del asesinato, mientras los obregonistas salían victoriosos gracias a la muerte del presidente, lo que hace todavía más turbio que se culpara más a los carrancistas por la muerte de su jefe y no tanto al general que lo emboscó.

"¡Se ha suicidado el señor presidente!"

La versión oficial sobre la muerte del revolucionario indica que, en la madrugada del 21 de mayo de 1920, los hombres de Herrero sabían el lugar exacto donde Carranza dormía y dispararon directo.

La postura de los "traidores" modificó los sucesos. Según el general Rodolfo Herrero y su segundo al mando, el mayor Facundo Garrido, la intención era capturar con vida a Carranza.

Garrido aseguró que los carrancistas fueron quienes abrieron fuego y los hombres de Herrero respondieron, pero la espesa oscuridad les impidió apuntar con certeza. Para cuando entraron al jacal del mandatario, un hombre dijo "no disparen, nos rendimos".

El mayor Garrido vio el cuerpo inerte de Carranza, con una pistola ensangrentada en su mano. El coronel Paulino Fontes, encargado de Ferrocarriles durante el mandato carrancista, gritó: "¡Se ha suicidado el señor presidente!".

EL UNIVERSAL informó el 28 de mayo de 1920 sobre la conferencia telegráfica entre Rodolfo Herrero y Plutarco Elías Calles, entonces representante de la campaña presidencial del general Álvaro Obregón, donde se repitió la postura del suicidio de Carranza.

Para el 6 de junio de 1920, Rodolfo Herrero llegó a la Ciudad de México. El general comentó para EL UNIVERSAL: "Yo tenía menos de 80 hombres, ellos [los carrancistas] eran no menos de 200, y huyeron cobardemente, abandonando al señor Carranza".

Cuando se le cuestionó sobre el suicidio, dijo: "Carranza murió por la cobardía de sus acompañantes. […] El general Murguía huyó en paños menores, descalzo". Aseguró que, si su intención era asesinar al presidente, también habrían matado a los acompañantes dentro del jacal, para evitar testigos.

El escritor y militar Francisco L. Urquizo refutó en sus memorias México-Tlaxcalantongo la idea del suicidio, pues el cadáver del revolucionario tenía heridas mortales provocadas por un tercero.

Medios estadounidenses y latinoamericanos informaron de la muerte de Venustiano Carranza. Una de las coberturas más severas salió de The New York Tribune, que recuperó reportes de EL UNIVERSAL para ubicar las anomalías en la investigación de las autoridades mexicanas.

Gracias a la cobertura de EL UNIVERSAL, el Tribune cuestionó que los careos a los que asistió Herrero fueran sólo con los hombres que estaban lejos de la choza de Carranza y que no vieron morir al presidente, en lugar de confrontarlo con quienes estuvieron dentro del jacal.

Otra anomalía en el caso fue que no hubo declaración del médico Carlos Sánchez Pérez, responsable de la autopsia al cuerpo de Carranza. Algunos testimonios otorgados a este diario aseguraron que la revisión al cadáver estuvo mal ejecutada y que no recabó los datos necesarios.