Simone Biles en París 2024: una sonrisa que ilumina los Juegos Olímpicos

El arte de Simone Biles en el Bercy Arena de París
El arte de Simone Biles en el Bercy Arena de París - Créditos: @LOIC VENANCE

Tres años después de las dificultades que padeció en Tokio, la estadounidense Simone Biles regresó este domingo con fuerza a la competición olímpica durante la jornada de clasificación de gimnasia de los Juegos Olímpicos de París 2024, rodeada de una gran expectativa. Todas las miradas en un repleto Arena Bercy estaban puestas en Biles, quien entró al pabellón con el gesto concentrado entre los vítores y aplausos de un público entre el que se encontraban el actor Tom Cruise, la cantante Ariana Grande o la famosa editora jefe de Vogue en EEUU, Anna Wintour.

Nadie quería perderse la vuelta de esta deportista genial, que es hace tiempo mucho más que eso, y a la que siguen 7,7 millones de personas en Instagram.

La gimnasta, de 27 años, no tardó en demostrar que llega a París en plena forma y ejecutó con precisión su compleja rutina en la viga de equilibrio, aparato donde acumula dos bronces olímpicos. Con un traje destelleante y visiblemente satisfecha tras su primera actuación, Biles aterrizó de la viga con otra sonora ovación. Después, la ganadora de 23 títulos mundiales competirá en suelo y salto de potro, para terminar la clasificatoria en barras paralelas.

Simone Biles es la figura más convocante de la gimnasia olímpica
Simone Biles es la figura más convocante de la gimnasia olímpica - Créditos: @PAUL ELLIS

Ni siquiera una molestia en la pantorrilla izquierda pudo detenerla. Biles inició su jornada en la viga. Fue ahí mismo que resintió una molestia que la sacó de la pista unos minutos, a su regreso para la rutina de piso -al ritmo de Taylor Swift- Biles titubeó brevemente. Y sin embargo, igualmente dominó. Salió acompañado por Marcia Faustin, la doctora del equipo nacional. Por un instante, le sacó el aliento colectivo a la Arena Bercy. Biles abandonó el piso por un instante al finalizar su rutina en la viga de equilibrio. Minutos después volvió y reveló su molestia. Aún sin estar en plenitud, la texana de 27 años demostró por qué es la gimnasta más laureada en la historia del deporte. Regresó y siguió observando la competencia sentada junto al resto de su equipo.

El actor Tom Cruise acepta tomarse fotos con los espectadores
El actor Tom Cruise acepta tomarse fotos con los espectadores - Créditos: @LOIC VENANCE

“Sintió algo en el gemelo, pero eso es todo”, explicó después a los periodistas su entrenadora, Cécile Landi, que dijo que esta molestia que ya había experimentado “hace un par de semanas”, y ahora regresó, no les hizo plantearse que Biles abandonara la competición. ”En ningún momento”, zanjó.

Biles sumó 15.300 puntos en el salto, casi una unidad completa por encima de su más cercana competidora, su compatriota Jade Carey (14.433). Fue su último aparato, las barras, donde demostró que después de todo es un ser humano. Un ser humano que encabeza el ranking del all-around luego de dos subdivisiones.

Las tarjetas de los jueces la enviaron a la final con 14.600. Se pudo escuchar a Biles diciendo ante las cámaras que había sentido algo en la pantorrilla y compitió con la pierna vendada. Salió de la pista con cautela para sentarse a un costado por un momento, recibiendo un abrazo del entrenador Laurent Landi.

Tras rubricar su regreso a la élite después de dos años apartada de la gimnasia con cuatro oros en el Mundial de 2023, Biles opta a entrar en todas las finales de estos Juegos de París, que comenzarán a decidirse a partir del martes para las mujeres. Su presencia en las distintas pruebas dependerá, sin embargo, de cómo se vaya sintiendo durante las rotaciones, ya que su esperado regreso ha sido bajo sus condiciones.

Estrella de los Juegos de Rio de Janeiro 2016, en los que ganó cuatro oros y un bronce. Aquella joven magnética, de amplia sonrisa y talento descomunal fue una de las grandes protagonistas en Brasil, de donde se fue con cuatro medallas de oro -incluido el triunfo por equipos y en el concurso general- y un bronce.Tenía 19 años y ya un lugar destacado en la historia del deporte, rendido ante esta joven nacida en Ohio y con un complejo camino a sus espaldas.

Biles llegó bajo una fuerte presión a Tokio, donde acabó padeciendo un bloqueo mental que mermó su participación. Víctima de los “twisties”, un fenómeno que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire, Biles tuvo que renunciar a la mayoría de las pruebas. Finalmente, se fue de los Juegos de Tokio sin oros -con una plata por equipos y bronce en la viga de equilibrio-, pero fue una de las grandes protagonistas al atraer la atención global hacia los desafíos de salud mental que enfrentan los deportistas de élite.

Simone Biles baila sobre el piso del Arena Bercy
Simone Biles baila sobre el piso del Arena Bercy - Créditos: @PAUL ELLIS

Su potencial no tenía techo, pero en Tokio su cabeza dijo basta. Con una infancia complicada, y víctima después de los abusos del exmédico del equipo nacional de gimnasia, Biles decidió entonces parar para dedicarse a su cuidado mental. Llegó a pensar que no regresaría a la gimnasia, pero acabó recobrando la ilusión por el deporte de su vida. ”Nadie me obliga a hacerlo”, explicó tras rubricar su billete para París. “Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo... ese es mi porqué”.

El plan, de momento, parece haber funcionado. La reina Biles está de vuelta.