La selección argentina busca ante Perú el primer lugar del grupo, sin Messi ni Scaloni
MIAMI (Enviado especial).– Todo parece relativo cuando el sol aprieta en este lugar del mundo. Alguna noticia policial o un alerta de incidente climático acaso saque de la despreocupación a un lugar regido por el consumo y el ocio, que mira de reojo y desde la lejanía las vicisitudes del debate presidencial entre Biden y Trump. Nada de eso que pase más allá, incluso las idas y vueltas entre los dos hombres que pueden modificar (o no) el curso de la política local, mueve la aguja. Tampoco la Copa América, más allá de que la gran figura deportiva de la ciudad esté en casa. Una cosa es Messi y otra bien distinta es un torneo que pasa como un evento más por las distintas locaciones estadounidenses. Lo que sube la temperatura es la marea de argentinos –residentes, turistas y quienes peregrinan siguiendo a la selección– que le ponen música y color a un torneo atomizado en un territorio enorme.
Pero el Messi celebridad de esta ciudad no podrá satisfacer a los fanáticos del Messi más atractivo, el futbolista. La molestia inguinal que estaba subyacente desde hace un tiempo reapareció al principio del partido con Chile. Y el 10 deberá parar, rehabilitarse y recuperar su mejor forma.
Después del esforzado triunfo con el gol de Lautaro Martínez en la noche de East Rutherford, automáticamente Scaloni diagramó lo que vendría. Asegurado el pase a cuartos de final y con el primer lugar del Grupo A casi a mano, el DT avisó que pondrá un equipo alternativo para el encuentro ante Perú, esta noche, desde las 21 de nuestro país, en el Hard Rock Stadium, de esta ciudad. El plan, que contemplaba también el descanso de Messi, ahora se enfoca en generar las condiciones apropiadas para que el capitán llegue en forma para el encuentro de cuartos –que si Argentina finaliza primera, lo más probable, será en Houston, el jueves 4–. ¿El rival? Estaría entre Ecuador y México. Habrá que esperar día a día, desentrañando la evolución en el mayor de los misterios, pues no hubo siquiera un parte oficial de la AFA sobre la lesión del mejor futbolista del mundo. El 10 estuvo junto con el plantel en el entrenamiento vespertino de ayer, pero no hizo trabajos de campo -al igual que Marcos Acuña, con una sobrecarga muscular-.
También habrá descanso para Lionel Scaloni, que no estará al pie del campo de juego. El entrenador fue sancionado por salir tarde al entretiempo del último partido (también lo había hecho contra Canadá, lo que generó la queja posterior del DT norteamericano) y el triunvirato de colaboradores (Samuel, Aimar, Ayala) se hará cargo del equipo en la cancha. La pena, que incluyó una multa de 15.000 dólares, impidió también al estratego argentino estar en la conferencia de prensa previa.
El escenario deportivo es propicio para la idea de Scaloni. La selección de Perú llega muy debilitada. Marcha última en las eliminatorias, sin triunfos en las seis fechas disputadas. Jorge Fossati asumió a principios de año para reencauzar la situación, hubo triunfos para ganar algo de confianza, pero ante rivales menores (Nicaragua, El Salvador, República Dominicana). El punto ante Chile en el comienzo de la Copa le generó expectativa, pero la derrota con Canadá lo devolvió a la realidad. No hizo goles. Y eso que tiene delanteros experimentados. Pero ahí radica otra cuestión clave. No hubo recambio generacional. Paolo Guerrero (40 años), Gianluca Lapadula (34), Christian Cueva (32) y Edison Flores (30) son los referentes ofensivos. Perú tiene el promedio de edad más alto del torneo, eso lo dice todo.
Perú, que de 54 partidos oficiales solo venció en cinco oportunidades a Argentina, tiene un solo antecedente de triunfo en una Copa América. En Bolivia 1997, eliminó en cuartos de final a la selección dirigida por Daniel Passarella tras vencerla por 2 a 1 en Sucre.
Argentina, en cambio, tiene jerarquía por todos lados. Scaloni logró en su ciclo algo difícil de encontrar: que todos estén en condiciones de ser titulares fiables. Pero yendo más allá de este banco de pruebas, la selección deberá imaginarse el más incómodo de los escenarios, el de jugar sin su guía futbolístico y anímico. Es probable que Messi no esté en plenitud para cuartos de final. ¿Está Argentina preparada para afrontar los desafíos que se vienen sin el líder? Una de las fortalezas de este grupo es que ha dejado de ser messidependiente; ha superado ese estadío, en cambio, y conformó una fuerza que alimenta al 10 para que saque lo mejor de él. Eso ha funcionado, los resultados están a la vista. También es cierto que no han tenido, en competencias oficiales, períodos largos o momentos cruciales sin Messi.
En el ciclo Scaloni –sacando alguna serie de amistosos irrelevantes– solo hubo tres compromisos importantes que se asumieron sin el mejor del mundo. Una doble fecha eliminatoria para Qatar, a comienzos de 2022, contra Chile en Santiago y contra Colombia en Córdoba. Ambos terminaron en triunfo argentino (2-1 y 1-0, respectivamente). En sendos encuentros, Scaloni armó un 4-2-3-1, con Papu Gómez en la función más parecida a la de Messi.
El antecedente más reciente es otro partido por eliminatorias, pero en 2023. En la primera doble fecha hacia la Copa del Mundo de 2026, Messi –que venía de darle el triunfo a Argentina ante Ecuador– descansó en La Paz frente a Bolivia, también aquejado por una molestia muscular. Los de Scaloni asimilaron bien la ausencia y golearon 3 a 0. En este caso, el DT utilizó un claro 4-3-3, con De Paul, Enzo y Mac Allister en el medio, y Di María, Julián y Nico González en la delantera. Por características en el plantel actual, Scaloni recurrirá a algo similar. No hay hoy ninguno que pueda hacer de Messi, como en el pasado reciente con Papu Gómez o incluso Thiago Almada.
El último entrenamiento, en el que la prensa pudo observar los primeros 15 minutos de actividad, Scaloni hizo un guiño a los presentes: repartió pecheras azules a los que, se presume, serán titulares ante Perú. ¿La sorpresa? Que jugarían los dos juveniles del grupo, Valentín Carboni y Alejandro Garnacho. Habrá que ver si los utiliza por las bandas en un 4-4-2 o Carboni va de interno y el de Manchester United juega de extremo por izquierda, ya que también será de la partida Ángel Di María, portante de la cinta de capitán.
Será la segunda vez que Messi se pierda un partido de Copa América, en las siete de las que participó. La única fue en el debut del torneo jugado en 2016 justamente en Estados Unidos. Aquella noche, contra Chile, Messi –que estaba con alguna molestia– vio el triunfo por 2 a 1 en el banco de suplentes. No lo quisieron arriesgar. Esta vez, en Miami, la ciudad que lo venera y que él eligió para su último tramo de carrera, tendrá un lugar preferencial para observar y pensar en ponerse bien para los desafíos que vienen y que no admiten errores.
Los probables equipos
Argentina: Emiliano Martínez; Gonzalo Montiel, Nicolás Otamendi, Germán Pezzella y Nicolás Tagliafico; Valentín Carboni, Leandro Paredes, Exequiel Palacios y Alejandro Garnacho; Ángel Di María y Lautaro Martínez.
Perú: Pedro Gallese; Aldo Corzo, Carlos Zambrano y Alexander Callens; Andy Polo, Wilder Cartagena, Sergio Peña, Marcos López; Edison Flores, Bryan Reyna y Gianluca Lapadula.
Árbitro: César Ramos (México)
Estadio: Hard Rock Stadium