En el último suspiro. Así salvó un punto San Lorenzo este sábado frente a Belgrano, de Córdoba, en un partido en el que comenzó ganando con una polémica, se lo dieron vuelta en seis minutos y llegó al 2-2 en el tiempo de descuento. En un duelo entre dos de los cinco equipos que habían comenzado ganando en la zona A de la Copa de la Liga, el Ciclón estuvo contra las cuerdas, pero quedó de pie al final. Encontró algo de alivio, cuando ya no parecía tener oxígeno.

El comienzo fue con más errores que aciertos, muchos pelotazos e imprecisiones. Hasta que, con amor propio, buena actitud y también algo de fortuna en los rebotes, los cordobeses se animaron a más y generaron dos ocasiones de gol casi consecutivas pasados los 10 minutos. Batalla, con una doble intervención, evitó la apertura del marcador al tapar y despejar con los pies el rebote.

Enseguida, el duelo volvió a ser lejos de las áreas, con pocos cambios de ritmo, trabado y un conjunto visitante concentrado en el buen retroceso cuando perdía la pelota. Hasta los 23 no hubo una nueva posibilidad clara, y otra vez tuvo como protagonistas a Passerini y a Batalla. El delantero ganó en el salto y el arquero del Ciclón la envió con un puño al córner por encima del travesaño.

Losada se familiarizó con la pelota a los 25, con un remate desde afuera que se desvió, perdió fuerza y fue a sus manos. Otro débil tiro de Maroni, desviado, también estuvo controlado por el guardameta en su estirada. Y pasada la media hora, agigantó su figura debajo de los tres palos cuando le tapó un cabezazo a Bareiro. Fue tan impresionante la salvada como había sido el movimiento del delantero para ganar la posición y buscar ubicarla muy cerca de la base del palo.

Lo poco que generaba el partido lo desactivaban los arqueros. Juntar pases era la excepción y no la regla. Funcionaban mejor las presiones que las creaciones. Y sobre la hora de la primera etapa, una interpretación del VAR tuvo eco en segunda instancia en el árbitro Herrera, que inicialmente no había cobrado nada, pero consideró que era penal al ver la jugada en el monitor junto al campo de juego.

Un remate en la puerta del área de Sánchez había dado en el codo derecho de Ibacache cuando giró para tapar el disparo, casi sacando la vista de la acción. El sentido común decía que el brazo, detrás de su torso y de perfil, iba a estar obligadamente en algún lugar. La decisión fue cobrar la falta que Bareiro ejecutó al centro para abrir el marcador, en medio de la polémica.

La segunda etapa tuvo un lanzamiento con más ritmo. Antes del minuto, Losada se revolcó para controlar el primer avance de San Lorenzo, que tenía a Maroni más adelantado por el ingreso de Irala por Auzqui. El local jugaba con más velocidad en el ataque, aunque la pelota la tenía Belgrano y no tardó en darlo vuelta.

Primero, un centro cruzado para un nuevo duelo entre Passerini y Batalla; lo ganó a medias el arquero al lanzarse a contraluz hacia adelante con los puños, pero la pelota quedó a disposición de Barinaga, que con el arco vacío no perdonó.

Y luego, un envío bombeado a la salida de un córner que devolvió el travesaño encontró a Passerini donde tienen que estar los goleadores y el número 9 puso el 2-1 con más reflejos que Batalla e Irala, que estaban en la línea del arco.

En un estadio acostumbrado a ovacionar a un arquero, el propio, esta vez terminaban lamentándose por las atajadas de Losada, el contrario. Braida pudo empatarlo de cabeza, pero la volada del guardameta del Pirata fue colosal. Sus muy buenas intervenciones atentaban contra el ánimo del Ciclón. Pero nada era definitivo, porque en la última pelota y otra vez en tiempo de descuento, Bareiro llegó al gol, ahora con un potente cabezazo tras un tiro libre ejecutado por Ramírez en el que se sacó de encima a la marca antes de ganar en el salto y conectar.

El empate dejó un sabor a alivio en San Lorenzo, que se veía derrotado ya en el cuarto minuto de descuento, y un gusto a decepción en Belgrano, que se sentía puntero y se le escapó de las manos. Y, por esas cosas de las programaciones en el fútbol argentino, también terminó siendo un juego de estudio, ya que los dos equipos volverán a encontrarse el miércoles próximo por los octavos de final de la Copa Argentina, en la cancha de Colón de Santa Fe. Y ahí no habrá margen de error.

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