San Lorenzo: Leandro “Pipi” Romagnoli reemplazaría a Rubén Darío Insua
Terminó siendo la última opción, pero bien podría haber sido la primera. Tiene aceptación de la gente, conoce al club. Le falta experiencia en la primera división, eso sí. Pero si la nueva dirigencia de San Lorenzo de Almagro necesitaba alguien que le diera plafón, paciencia de los hinchas, después de desprenderse de un personaje querido por el mundo azulgrana, Rubén Darío Insua, Leandro Romagnoli era una alternativa ideal. Tal vez eso hayan interpretado finalmente los directivos, que pasaron por varios candidatos, y sus respectivas negativas, hasta decantarse por el ex 10 azulgrana. Según periodistas que siguen de cerca la actualidad del Ciclón, Pipi, de 43 años, será el próximo director técnico del equipo santo.
Luis Zubeldía, Gabriel Heinze, el colombiano Juan Carlos “Profe” Osorio, Guillermo Barros Schelotto, Nicolás Larcamón y Ariel Holan están entre los entrenadores que rechazaron, o pusieron condiciones insatisfactorias para los directivos, asumir una función que hoy quema: San Lorenzo está en un momento futbolístico bajo y disputando a la vez la Copa Libertadores de América. Y además, trae varias temporadas seguidas de malos resultados y de enojo de sus simpatizantes. No era como para cualquiera el desafío.
Y sin embargo, el elegido sería el preparador de la reserva, que sería primerizo en la división mayor, salvo por un par de interinatos (2020 y 2021). Que hubo a montones en el club en los últimos años, por cierto: pasaron 15 entrenadores en 9 temporadas, con una duración en promedio de 7,2 meses cada uno. Vaya paradoja: alta fugacidad durante demasiado tiempo en la entidad.
Luego de que el nuevo presidente, Marcelo Moretti, respaldara públicamente en febrero y en marzo a Insua prometiendo que cumpliría el contrato y que el Gallego completaría sus dos años de vínculo bajo su gestión, el DT fue despedido la semana pasada, tras el 99º partido de su segundo ciclo en el club. El público lo apoyaba, pero los resultados, y el rendimiento, eran cada vez peores. El 0-2 contra Independiente del Valle en Ecuador por la Copa fue el desencadenante del pedido de renuncia a Insua. El entrenador no quería irse y su salida se dio en malos términos, y aunque el campeón de la Sudamericana 2002 mantuvo silencio público, se supo de su malestar por declaraciones de su hijo Rodrigo.
La desprolijidad requería una pronta superación de la crisis por parte de la dirigencia. Que luego de toparse con tanto “no” de figuras prestigiosas, se habría decidido por alguien de la casa, que supo desempeñarse como director deportivo en la gestión de Marcelo Tinelli y Matías Lammens –muy criticados por Moretti en su campaña y en sus primeros meses de administración– y que ya tiene cierto recorrido en la reserva: asumió a comienzos de 2022 y ya afrontó 92 compromisos. ¿Cómo le fue? Aceptablemente: 39 éxitos, 21 empates, 32 caídas, con 50% de eficiencia en puntos (138 de 276).
Hoy la función de manager es desempeñada por otro referente azulgrana, Néstor Ortigoza, que está en sintonía fina con el presidente. El abundante cariño al ex mediocampista central va, no obstante, en zaga del que se le tiene a Romagnoli, el futbolista más exitoso en la historia de los gauchos de Boedo. El ex enganche conquistó seis trofeos: Torneo Clausura 2001, Copa Mercosur 2001, Copa Sudamericana 2002, Torneo Inicial 2013, Copa Libertadores 2014 y Supercopa Argentina 2015. Su estreno, en caso de que sea confirmado por Moretti, se dará el próximo miércoles frente a Liverpool, de Uruguay, en el estadio Centenario, de Montevideo, por la tercera fecha del grupo F de la Libertadores, en el que San Lorenzo consiguió un punto sobre seis disputados. Por la Copa de la Liga Profesional no tendrá actividad: el conjunto ya quedó eliminado.
Romagnoli quería ascender a la primera división. Esas dos temporadas de currículum, el saldo levemente positivo en la división inmediatamente inferior, los varios juveniles promovidos (Agustín Giay, Iván Leguizamón, Gonzalo Luján) y el generoso margen de tolerancia ante un eventual comienzo adverso estaban en favor de su candidatura. La urgencia del momento y la escasez de material en el plantel profesional desaconsejaban, en cambio, asignarle la función a un debutante en ese nivel. Pero además había una ventaja sobre todos los otros postulantes –involuntarios, por cierto–: el bajo costo en términos económicos. Leandro no sería un DT caro para las exhaustas arcas del club.
Esos factores, y el oportuno encumbramiento de un ídolo para reemplazar a un descartado querido, Insua, hacen apetecible la asunción de Pipi Romagnoli en el papel que nadie más quiso aceptar. Queda el anuncio oficial por parte de Moretti. El directivo que había confirmado que Insua seguiría todo el tiempo que señalaba el papel firmado.